Oril Pujol Ferrusola, presidente del Grupo de CiU en el Parlamento catalán
- Perfil.
Tiene 45 años y tres hijos aún no convergentes, pero que apellidándose Pujol Maragall podrían parecer sentenciados a la política. Él dice ser más que Pujol, Ferrusola, "más carácter, más energía, más ductilidad". Le gusta la familia, canta mal y reza al ángel de la guarda. Se queja de los siete años pasados en la oposición, "que te casca todo". Le gustan las motos, el atletismo, el monte y el esquí: "Que se me mueva el cabello. Yo no juego al golf".
- Es el año de su salto del tigre: el gran asalto a la secretaría general de Convergència.
- Gran asalto, no. Esto es una labor trabajada desde hace mucho tiempo. Y veremos. Porque a finales de marzo van a decidir un montón de delegados.
- ¿Le cabe alguna duda?
- Hoy por hoy, no. Veremos.
- No le han dejado ni ir en las listas al Congreso ni ser conseller. ¿Le tienen miedo o manía?
- Lo de consejero ni se planteó. Y las listas... Yo soy el que da el paso para ir, y también el que lo deshago para no ir. Y me quieren. Los míos me quieren. Y los otros, que teman. Mejor que teman, ¿no?
- ¿Daría la espalda con más tranquilidad a Duran Lleida o al violador del Ensanche?
- Debe de tener segundas, porque, sin ninguna duda, al violador del Eixample.
- Su padre funda el partido y usted lo hereda. ¿Mas ha sido un interino?
- Pujol solo no funda nada. Ahí hay una generación con unas espaldas mucho más anchas que las nuestras. Yo no heredo nada. Mi lucha es poner el Oriol por delante del Pujol. Pero hay presidente Mas para rato.
- ¿Por qué cosas le regaña papá, como cuando usted apeló a la insumisión fiscal?
- Yo me he llevado muchas broncas. Pero Pujol hoy no tiene respuestas cuando alguien, dejémoslo en alguien, le plantea que no hay otro camino que el derecho a decidir. No sé quién deja de tener respuestas para quién.
- Caramba con el hereu de la botiga. ¿Le gusta más Dinastía o Falcon Crest?
- Es que no es verdad [ríe]. Eso de hijo de es lo que me puede hacer de verdad daño en mis ansias de hacer una carrera con vocación de servicio a este país.
- O sea, que no considera que Cataluña sea patrimonio de su familia.
- No. Aunque considero que el president Pujol es un grandísimo activo del país. Y eso, aunque es una pena, no es hereditario.
- ¿No le enternece que su padre diga que le ve grandes cualidades para presidir la Generalitat?
- No. Me genera un problema, porque nunca he optado a ese puesto, y hoy por hoy no voy a optar, ya que tenemos un gran presidente.
- Porque usted, si engancha la Generalitat, es capaz de quedarse otros 23 años.
- Difícil. Yo creo que eso fue irrepetible. Por muchas razones.
- ¿Qué harían en la familia si les saliera un Pujol del PSC, aparte de desheredarle?
- Ahí se produce la gran respuesta del president Pujol y de mi madre: ¿Eso ha pasado? No cabe suponerlo.
- ¿En casa también le llama usted Pujol?
- No, no. En casa, no. Somos monstruosos, pero no tanto.
- Con el excelente pragmatismo convergente, ahora toca ser amiguitos del PP. ¿Me equivoco?
- Pues un poquito sí se equivoca. Un poquito solo, ¿eh? Alguien puede creer que gritamos, pero que nos someteremos. A Rajoy no le votamos en la investidura. El presidente Mas lo es gracias a los votos del partido socialista, y el pacto fiscal lo estamos empujando con Esquerra Republicana.
- ¿El soberanismo se opera o basta tratarlo con pastillas?
- ¿Para más o para menos? Lo bueno es tratarlo con tilas: una tilita, un poco de paciencia. Nuestros planteamientos no quieren demasiada urgencia ni fuegos artificiales. Si no, son un generador de frustraciones.
- ¿El Estatut se quedó corto?
- No corto. Se produjeron muchísimos fallos, porque no había suficiente musculatura interior. Porque, de verdad de verdad, ¿con el Estatut de qué estábamos hablando? Hablábamos de dinero. Y le metimos no sé cuántos artículos, y un preámbulo, y venga, y competencias exclusivas, y competencias de gestión... pero hablábamos de dinero. Pues digámoslo sin tapujos. Ese es el principal problema que arrastra Cataluña. El Estatut es cuestión de dinero.
- Si esto fuera una peli del Oeste, podría llamarse El soberanismo tenía un precio.
- Puede ser. Y ahí están los más puros que desean que no consigamos un pacto fiscal como el concierto, porque bajaría el suflé del soberanismo.
- ¿Es mejor ser secretario general de Convergència o prior de Montserrat?
- Prior de Montserrat. Es más eterno.
- Dicen que es hiperactivo y que le pierde el frenesí. Será un tigre para el querer.
- Bueno, no demasiado. No soy ningún hacha. Pero no tiene quejas. Y es mujer, porque hay que contarlo todo.
- ¿Ser licenciado en Veterinaria es imprescindible para tratar con políticos?
- Alguien bromeando dice que sí, porque yo soy veterinario de cerdos. Y hay quien añade que todavía estoy en ello.
- ¿Y hay mucho porcino en Convergència?
- Ahhhh... Alguno suelto hay.
Karmentxu Marín, El País