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Ignacio Fernández Toxo: "No vamos a entrar al primer trapo que nos pone el Gobierno"

El líder de Comisiones Obreras asegura que lo que menos necesita España en este momento es un conflicto social.

Ignacio Fernández Toxo, líder de CC OO, quiere confiar en que las manifestaciones del próximo domingo lleven al Gobierno a suavizar la reforma laboral. Sabe que eso es más un deseo. La mayoría parlamentaria no invita a pensar que las posiciones sindicales ganarán terreno en el Congreso. Al contrario.

- Usted ha admitido que esta reforma laboral recorta derechos de los trabajadores. Es el argumento tradicional que los sindicatos esgrimen cuando convocan una huelga general. ¿Van a hacerlo?

- Esta reforma es mucho más que un recorte de los derechos laborales. Va más allá de la rebaja en el coste del despido o el despido libre sin paliativos [durante el primer año]. Aprovecha la crisis, la vuelta de la recesión. Y el Gobierno lo admite. Afirma que no va a servir para crear empleo, que persigue otra cosa.

- ¿A qué esperan?

- Pretendemos abrir un escenario de movilizaciones crecientes que, espero, sean masivas para cambiar lo que ha aprobado el Gobierno. Está en sus manos que esto no desemboque en algo más.

- ¿Quiere decir que habrá huelga si no hay cambios en el Parlamento?

- No lo sé. Es la gente quien tiene que decidir. Vamos a iniciar un escenario de movilizaciones. Lo que no vamos a hacer es entrar al primer trapo que nos pone el Gobierno. No es el Ejecutivo el que va a fijar la fecha de una huelga. Para un sindicato, el fin no es convocar la huelga general. Yo invito a todo el mundo a movilizarse para que no sea necesario llegar al siguiente estadio. Lo que menos necesita este país en este momento es un profundo conflicto social.

- En 2010, con una reforma menos “agresiva”, convocaron huelga.

- Cambia el escenario. Tenemos 5,3 millones de personas en desempleo. Acaban de celebrarse unas elecciones y eso siempre da al Gobierno un plus de legitimidad. La gente tiene que decidir si apoya estas medidas [subida de impuestos, recorte del coste del despido] que no formaba parte del programa electoral.

- ¿Esperan que un Gobierno con mayoría absoluta cambie la reforma en el trámite parlamentario?

- Los sindicatos queremos ser parte de la solución, por eso pedimos al Gobierno que abra un proceso de negociación sobre la reforma para arreglar lo que ha estropeado el decreto. Si no es así, el Gobierno será responsable de lo que pase.

- ¿Le ha sorprendido la reforma?

- No me esperaba que invadiese todos los espacios de la legislación laboral, como lo ha hecho. Yo había hablado con la ministra el viernes, pero solo conocía pinceladas. Por ejemplo, no me esperaba la supresión de la autorización de la autoridad laboral en los expedientes de regulación. Tampoco que se acabara con el despido exprés y lo que pasa con los salarios de tramitación.

- La reforma laboral traspasa los límites que firmaron con los empresarios en el pacto salarial. ¿Cambia este nuevo escenario su posición?

- Tenemos que hablar, pero la negociación de este pacto no se agotaba tras la firma. Hay que ver cómo queda el acuerdo para la solución extrajudicial de conflictos en los convenios.

- ¿Pero van a llevar a las mesas de negociación de convenios, subidas de salarios máximas del 0,5%?

- Eso ya se está trasladando. Pero esto tiene que tener correlación con la evolución de los precios y con facilitar el acceso a la vivienda. No es algo aislado. Si no se avanza en estos otros terrenos, el esfuerzo que se les pide a los trabajadores será baldío.

- ¿Y esperan que lo respete la CEOE?

- Me ha preocupado lo que he oído del presidente de la patronal en alguna radio. Quiero saber cómo ve la CEOE el laudo arbitral [en la Comisión Nacional de Convenios] que fija la reforma, que tiene visos de inconstitucionalidad.

- ¿Traerá confianza esta reforma? ¿Calmará a los mercados?

- Durante cuatro días. No sé si el Gobierno espera que con esta reforma Bruselas dé más margen para rebajar el déficit. Si no es así, no se entiende la reforma. Los mercados son conscientes de que la economía española será débil un tiempo. Y eso lo volverán a valorar.

Manuel V. Gómez, El País