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Juan Rosell: "El despido improcedente tiene que quedar como algo residual"

"Lo importante era clarificar las causas objetivas de despido y ha quedado resuelto".

El presidente de la patronal CEOE, Juan Rosell, se muestra bastante contento con la reforma. Le habría gustado más; pero cree que la mejora es sustancial. Destaca, principalmente, que se haya resuelto las condiciones objetivas de despido, lo que facilita el despido por causas procedentes con una indemnización de 20 días por año trabajado y un tope de 12 mensualidades. Rosell, no obstante, concede mucho valor a la minirreforma del Gobierno de Zapatero. Nobleza obliga.

- Rajoy dijo que la reforma iba a ser “profunda y equilibrada”, ¿lo juzga así?

- La han hecho con el máximo cuidado.

- ¿Y agresiva?, como dijo Guindos.

- Creo que lo dijo en el sentido de que iba a funcionar. Pero es que, dada la situación laboral de este país, como no hagamos cosas no salimos adelante.

- ¿Pero es dura?

- Se tocan todos los temas que se tenían que tocar y de los que habíamos hablado: absentismo, formación, ultraactividad, descuelgue, despido...

- ¿Y le parece acertada?

- La valoración es positiva. Va en línea con los cambios que se han hecho en Europa. Introduce flexibilidad y estructura un mercado laboral que era tremendamente rígido, mientras la economía es flexible.

- ¿O sea, que recoge las peticiones de la patronal?

- No, eso no. Es la reforma del Gobierno. Nuestra plataforma va más allá. Lo que digo es que, si miramos con objetividad, la mejora es muy importante y acaba con muchas rigideces. Nos deja lejos del radicalismo aplicado en Portugal y nos acerca a Alemania. Completa los pasos dados en 2010 y 2011 por el Gobierno de Zapatero. También ha ayudado mucho el pacto que alcanzamos los agentes sociales en enero sobre moderación salarial. Los sindicatos abrieron las puertas y facilitaron este paso.

- Dígame, ¿el Gobierno ha sido valiente?

- No es lo que hubiera hecho yo; pero lo hecho es importante. No podemos pedir que pase de primera a quinta velocidad de una vez.

- ¿Y en qué marcha se ha quedado?

- Le quedan dos velocidades. No se puede lograr todo de una vez. Pero es que todavía existen cosas del franquismo en nuestra legislación laboral que hay que suprimir y el propio Estatuto de los Trabajadores, de 1980, que hay que modificar.

- ¿En más flexibilidad?

- Aunque se haya avanzado, falta flexibilidad; pero el Gobierno nos ha dado un mensaje claro de que los agentes sociales tenemos que mojarnos. Y hemos de hacerlo a través de los convenios, y empresa por empresa.

- Pero ustedes han logrado avanzar en su demanda histórica de despidos más baratos.

- Se ha alcanzado una fórmula intermedia. Lo realmente importante era clarificar las causas objetivas de despido y eso ha quedado resuelto. Los empresarios no queremos despedir improcedentemente; lo queremos hacer con todas las de la ley. El despido improcedente tiene que quedar como una anomalía, algo residual. Lo lógico es hacerlo por causas objetivas, como caída en las ventas o en los beneficios.

- Y de esa forma, podrán despedir más barato.

- La obsesión del empresario no es despedir, es contratar. En todo caso, el despido improcedente ya se regula solo. En 2010 fueron el 76%; en 2011, el 66%.

- La reforma ha introducido el descuelgue y el fin de la ultraactividad que tanto pedían.

- En el tema del descuelgue ya se podía hacer. En cuanto a la ultraactividad, yo creo que vamos a conseguir que, a través de sistemas extrajudiciales, no haga falta consumir los dos años que la nueva ley permite prorrogar un convenio. Normalmente, en muy pocos casos se ha rebasado ese periodo. Me da la sensación de que han puesto un plazo para ponernos las pilas.

- El sector duro de la patronal va a pedir más, ¿qué falta?

- De momento tenemos que dar recorrido a esta reforma, no podemos estar pidiendo más. Hay que utilizar esta reforma lo máximo posible. A los agentes sociales nos dejan un espacio muy grande para negociar.

- ¿Cree que los sindicatos van a responder con dureza?

- Todo lo que se ha puesto es lo que estábamos hablando.

- Ya, pero no en los mismos términos. ¿Piensa que Rajoy va a tener su huelga, la que tanto se temía?

- No lo sé; pero no hay motivos suficientes.

- Los sindicatos estaban muy enfadados porque el presidente no les llamó para informarles de la reforma, ¿habló usted antes con él?

- Yo hablo con todo el mundo siempre.

- O sea, ¿que sí?

- Yo hablo con todo el mundo...

Miguel Ángel Noceda, El País