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25 de septiembre: Urkullu apela a las urnas para soslayar el bloqueo español

El lehendakari, Iñigo Urkullu, no ha esperado más y ha decidido convocar cuanto antes las elecciones vascas tras haber llegado a la conclusión de que el bloqueo español puede ir para largo e interferir en la campaña autonómica. Urkullu ha optado por colocar las urnas el 25 de septiembre, tan pronto como le permite la ley, puesto que los comicios deben convocarse con 54 días de antelación. La ceremonia de la confusión protagonizada por Mariano Rajoy tras la ronda del rey y la mera sospecha de que pueden convocarse unas terceras elecciones generales han sido determinantes en su decisión y precipitaron su comparecencia de ayer tras varios días rumiando las distintas alternativas. El lehendakari tomó su decisión con la tranquilidad de que no trastoca nada, puesto que la legislatura vasca ha quedado zanjada con la aprobación de las últimas leyes, y los partidos trabajan desde hace semanas en clave preelectoral designando a los candidatos. Es más, cree que la fecha de septiembre puede contribuir a la estabilidad porque favorecerá que los Presupuestos se presenten en tiempo y forma para su aprobación en diciembre.

En realidad es un cambio mínimo, de un mes con respecto a la previsión inicial, pero puede ser clave. Urkullu cree que una de las hipótesis posibles pasa por que Rajoy aplace la investidura hasta la tercera semana de agosto y la votación se salde con una derrota, y en ese momento se activaría la cuenta atrás de dos meses para llegar a un acuerdo o, de lo contrario, convocar otras elecciones. Si Rajoy fracasara en su empeño, el decreto de convocatoria de las generales se firmaría a finales de octubre, en plena campaña de las elecciones vascas previstas inicialmente para octubre. La campaña quedaría eclipsada por la debacle estatal que supondría el anuncio de una tercera edición de las elecciones generales, un hito sin precedentes que podría provocar una auténtica sacudida en el panorama político.

El lehendakari cree que la campaña vasca más pegada a los problemas locales sobre la sanidad o el empleo pasaría sin pena ni gloria, incapaz de competir con la excitación que provocarían unas terceras generales y sus imprevisibles consecuencias. Además, acercar la convocatoria facilita la aprobación de los Presupuestos para el próximo año a la altura de diciembre, en lugar de tener que decretar una prórroga. Como dato orientativo, Urkullu tardó algo menos de dos meses en ser investido tras las elecciones de 2012, lo que permite elucubrar ahora con una investidura en torno a noviembre, aunque la fragmentación política será mayor. En el otro lado de la balanza, la fecha obligará al PNV a postergar la celebración del Alderdi Eguna, ya que coincide con la fecha de los comicios. En el PNV interpretan que es la prueba irrefutable de que el lehendakari no se ha guiado por intereses partidistas en la toma de su decisión.
La decisión la tomó ayer tras contrastarla con su equipo en un Consejo de Gobierno extraordinario. El decreto de disolución del Parlamento y convocatoria de los comicios se publicará el martes. Urkullu intenta “que este entorno de inestabilidad e incertidumbre afecte lo mínimo posible a la situación en Euskadi”. Consideró “inasumible” especular con unas terceras elecciones, y contrapuso el desgobierno a una Euskadi que ha sabido “mantener el diálogo y el acuerdo”. “El contrapunto es el entorno político y de inestabilidad que se ha impuesto en España, que atraviesa una de las crisis políticas e institucionales más importantes de su historia reciente”, alertó.

En un primer momento, había calculado que las vascas deberían tener lugar en octubre, justo cuatro años después de la anterior cita con las urnas, pero ha decidido recortar la espera. Técnicamente no se trata de un adelanto, porque se mueve en los márgenes habituales, y porque la actividad parlamentaria había finalizado ya de todas maneras. El impacto en el funcionamiento institucional es nulo. Tampoco supone un contratiempo para la oposición, que llevaba meses designando a sus candidatos. Podemos, de hecho, acabará el proceso este lunes. Solo queda el PP, pendiente de una decisión del propio Rajoy, que está taponando sus planes al no aclarar si Alfonso Alonso será candidato a lehendakari o formará parte del Gobierno español. El PSE y EH Bildu están preparados, con Idoia Mendia y Arnaldo Otegi como cabezas de cartel. El propio PNV finalizó hace meses su proceso, y Urkullu obtuvo el respaldo de las bases para la reelección.

- La visión de Urkullu.

El lehendakari aseguró en su comparecencia que ha optado por septiembre porque ya ha cumplido el programa de gobierno con la remisión de 29 proyectos al Parlamento, la Cámara también ha culminado su actividad aprobando esta semana las últimas leyes de reparación de abusos policiales y turismo, y se mantiene la inestabilidad en España. Cabe recordar que, aunque las elecciones se hubieran celebrado en octubre, el Parlamento hubiera quedado cerrado de todos modos por el parón vacacional y su posterior disolución a comienzos de septiembre como es preceptivo dos meses antes de las elecciones. Urkullu fue duro con el Gobierno español, al lamentar que las relaciones con Euskadi se han limitado a cuestiones puntuales “en el mejor de los casos”, y le reprochó su ataque al autogobierno.

(Míriam Vázquez, Deia)