Activistas participantes en la 61 Sesión de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW) denunciaron el veto migratorio impuesto por el presidente estadounidense, Donald Trump.
Se trata de un veto musulmán más que todo, lo cual resulta muy lamentable, porque va dirigido contra personas que viven en países golpeados por conflictos y en algunos casos amenazados por la hambruna, afirmó a periodistas la egipcia Fatma Khafagy.
Por su parte, Zahra Langhi de Libia criticó que prevalezcan las visiones de la militarización, la criminalización, la represión y los muros, por encima de la solidaridad, la cooperación y el entendimiento.
De acuerdo con Langhi, el decreto migratorio emitido este mes por Trump, que veta por 90 días la entrega de visas para los nacionales de Irán, Somalia, Yemen, Libia, Siria y Sudán, impidió la presencia en la CSW de varias delegadas de esos países.
Nosotras tuvimos la ventaja de contar con visas válidas para Estados Unidos desde hacía un tiempo, pero otras activistas no corrieron igual suerte, lamentó.
Para la líder feminista somalí Faiza Jama Mohamed, la comunidad internacional debería considerar ante situaciones como esta el traslado de la sede de la ONU hacia otra nación.
Las mujeres ya tenemos que lidiar con muchas limitaciones internas en nuestros países, para ahora enfrentar prohibiciones de este tipo, es mejor que Naciones Unidas se mueva hacia otro lugar, precisó.
La CSW en su 61 Sesión fue instalada el lunes y trabajará durante dos semanas con el tema del empoderamiento económico de las mujeres como centro de la agenda de discusiones.
(Prensa Latina, Granma)
