Alguien debería regalar a Clara Ponsatí un manual para hacer amigos
Los versos libres se saltan la métrica y olvidan la rima. A veces son tan libres que ni parecen versos. Entonces, ¿qué son? O modelos pirandellianos en busca de autor o palabras a la deriva en una botella. Clara Ponsatí tiene pinta de ilustradora de cuentos. Pero de terror. Acaba de escribir un libro que arremete contra propios y extraños, titulado Molts i ningú. Urge que alguien le regale un manual para hacer amigos.
Ponsatí es eurodiputada y expatriada. Y ayer, con su libro bajo el brazo, se fue al Café d’idees de La 2 de TVE, donde Gemma Nierga le preguntó a distancia si la independencia de Catalunya era tan importante como para valer la vida de una persona, a lo que ella respondió afirmativamente: “Cada cual debe saber qué coste está dispuesto a pagar”. Lo dijo como una manifestación de realismo que debió de hacer que Jacques Maritain, el principal exponente del humanismo cristiano, se removiera en su tumba, porque fue quien proclamó que ninguna causa vale la vida de un ser humano.
La exconsellera del Govern de Carles Puigdemont no para de sorprender. Fue la primera que dijo que el independentismo “iba de farol” y desde entonces demuestra tener la lengua muy larga y la carrera muy corta. En su libro asegura que ella era la única que quería declarar inmediatamente la independencia, tras “la victoria del referéndum”. En sus páginas, califica de cobarde a Oriol Junqueras por escabullirse el 27-O y de anguila a Carles Puigdemont, con quien se las ha tenido por el Consell de la República. No es de extrañar que en la presentación de su libro en streaming la semana pasada no diera la cara ningún político conocido.
Es posible que Ponsatí haya escrito este libro para pasar cuentas. O simplemente porque se lo pedía el cuerpo. Sin embargo, no ha pasado inadvertido. Y claro, que diga que la mesa de diálogo es una broma o que la carpeta catalana en España y en Europa está cerrada a cal y canto es una opinión escasamente relevante. Pero que afirme en horario infantil televisivo que la independencia vale la vida de personas es para que le receten un Trankimazin y la inviten a escribir novela negra porque, al menos en ellos, los muertos son de ficción.
(La Vanguardia, 15/03/21)