En las elecciones del 20-N los votantes españoles protagonizarán un auténtico baile de papeletas. La transferencia de voto entre los partidos será muy marcada, pero habrá uno, el PP, que recogerá la mejor cosecha. Mariano Rajoy conseguirá atraer al 10,1% de ciudadanos que en los comicios de 2008 optaron por el PSOE: más de un millón de votantes.
Ésta es la conclusión más llamativa de la quinta oleada del tracking electoral de Sigma Dos para EL MUNDO. El PP se mantiene como vencedor de las elecciones con una intención de voto del 47,8% (una décima menos que en la entrega del pasado miércoles) y 194 escaños. Su ventaja respecto al PSOE es de 17,1 puntos. Los socialistas lograrán el 30,7% de las papeletas que le darán 119 diputados.
Los votantes del Partido Popular siempre han sido fieles a sus siglas y el próximo 20 de noviembre lo demostrarán una vez más. Los populares conseguirán mantener 9.570.000 votos de los 10.278.000 que obtuvieron en los comicios de marzo de 2008, pero esos 708.000 que se fugan de sus filas se verán de sobra compensados por los que recibirán de otras formaciones.
Hasta 1.145.000 personas que hace casi cuatro años votaron al PSOE transferirán ahora su papeleta al PP. Esta cifra supone un 10,1% del total de sufragios que lograron los socialistas en las elecciones generales de 2008, las segundas que ganó José Luis Rodríguez Zapatero. La transferencia inversa, es decir, la del PP hacia el PSOE, será únicamente de 54.000 votantes.
Los populares arrastrarán además 10.000 papeletas que antes eran de Izquierda Unida, aunque bien es cierto que la formación liderada por Cayo Lara logra arrebatar a los populares 19.000 votos. Además, el Partido Popular se llevará 9.000 sufragios de Covergència i Unió; 21.000 de Unión Progreso y Democracia y 154.000 procedentes de otras formaciones políticas.
Su resultado se completará con 859.000 votos de ciudadanos que en el 2008 optaron por la abstención y con 250.000 de jóvenes que el próximo 20-N acuden por primera vez a las urnas. Estos dos últimos datos resultan de especial interés.
El primero de ellos demuestra que Rajoy, pese a no haber revelado con detalle todavía su programa electoral, ha conseguido atraer hacia sí a un número espectacular de personas que en los últimos comicios decidieron no acudir a los urnas por desinterés, por decepción o por incredulidad respecto de la oferta de todas las formaciones.
El segundo dato pone de manifiesto que los más jóvenes, tradicionalmente atraídos por los discursos de izquierda, en esta ocasión no rechazarán la mano de los populares. Del total de nuevos votantes que, según las estimaciones de la encuesta, se decidirán por ejercer el derecho de sufragio -686.000-, más de un 36% optará por el PP, en tanto que casi un 40% -271.000- lo hará por el PSOE. De esta bolsa de votantes, también se beneficiará Izquierda Unida, que obtendrá de ellos hasta 118.000 papeletas.
De los resultados del análisis global de transferencias de voto se desprende que el PP obtendrá un triunfo histórico en los próximos comicios, fruto de la confianza que depositarán en sus planteamientos 12.018.000 españoles. O lo que es lo mismo, 1.740.000 votantes más que en 2008. Ninguna formación política ha logrado hasta ahora tal cantidad de electores.
Visto desde el lado del PSOE, la derrota será durísima, ya que los socialistas, que sufren una auténtica sangría de sufragios por los cuatro costados, recibirán 4.301.000 votos menos que hace cuatro años. En esta ocasión obtendrán 7.717.000 votos, su peor cosecha desde 1982, por debajo incluso de la que obtuvieron en el año 2000, cuando la candidatura la encabezó Joaquín Almunia y José María Aznar ganó por mayoría absoluta. Entonces lograron 7.918.752 sufragios.
Y es que los socialistas, además de transferir más del 10% de sus votantes al PP, pierde otro 3,7%, o lo que es lo mismo, 479.000 papeletas, en favor de Izquierda Unida.
Estas cifras parecen hablar de un grado de desengaño muy alto por parte de quienes han optado por el PSOE en anteriores convocatorias electorales. Y esta decepción se produce tanto por el ala más de izquierdas como por la más moderada de los simpatizantes socialistas.
La importante fuga de votantes hacia IU viene a ser la constatación de que los postulados marcadamente socialdemócratas y el viraje del candidato Alfredo Pérez Rubalcaba hacia posiciones defendidas por el llamado movimiento del 15-M apenas están dando resultado.
De hecho, y en relación con este último punto, cabe señalar que los socialistas apenas recabarán 183.000 votos de ciudadanos que en las pasadas elecciones decidieron abstenerse pero, al mismo tiempo, un altísimo porcentaje de quienes le otorgaron su confianza en las urnas en 2008 se trasladarán ahora al bando de la abstención. Serán en total 1.731.000 ciudadanos que antes votaron PSOE y que en esta ocasión decidirán quedarse en casa.
Los socialistas también sufrirán fugas, aunque de menor entidad, hacia otros partidos políticos. Así, por ejemplo, 125.000 de sus votantes en Cataluña elegirán ahora la papeleta de CiU; 253.000 optarán por UPyD y 441.000 se repartirán entre otros partidos.
Por lo que se refiere a Izquierda Unida, el análisis de transferencia de voto y la encuesta apuntan hacia una clara mejoría respecto a los últimos años. El próximo 20-N conseguirían hasta 1.359.000 votos, es decir, 389.000 más que en 2008.
La formación que lidera Cayo Lara tiene también fugas de voto, sobre todo en favor de UPyD (64.000) y de la abstención (109.000), pero lo compensa con creces con las papeletas que logra arrebatarle al PSOE (479.000). Izquierda Unida, además, logra atraer a 118.000 jóvenes que votan por primera vez.
UPyD, el partido que lidera Rosa Díez, es junto con el PP el que más crece. Así, pasará de los 306.000 votos que obtuvo en 2008 a cosechar ahora 804.000. Como todos, también verá cómo se fugan algunos de sus votantes, pero el flujo de llegada de otros procedentes sobre todo de PSOE y, en menor medida, de PP, la compensarán con creces. Díez se llevará 253.000 sufragios de los socialistas y 151.000 de los populares.
Los nacionalistas catalanes de CiU se colocan también entre quienes arrebatan más votos que los que pierden. Las fugas de las formaciones de carácter nacionalista suelen ser pequeñas, su voto cautivo es sólido y poco volátil. En este caso se volverá a demostrar, porque CiU perderá sólo 9.000 votantes que se trasladarán al PP y 7.000 al PSOE; 13.000 se repartirán entre otros partidos y 69.000 pasarán a engrosar la bolsa de los abstencionistas.
Pero, a la inversa, verá cómo llegan a sus puertas 125.000 ciudadanos que antes optaban por los socialistas; 15.000 que daban su papeleta a otros partidos; 15.000 que se abstenían y 19.000 jóvenes que votan por primera vez.
- Rajoy, al fin el más valorado.
Guarda celosamente su programa electoral y asegura que no lo desvelará hasta el último minuto; cae sobre él a diario una lluvia de sospechas por su supuesta intención de recortar gasto sin piedad; se advierte de que cuando se conozcan sus recetas muchos ciudadanos huirán despavoridos... y pese a todo, Mariano Rajoy, el político sin carisma, ha conseguido situarse ya como el líder más valorado.
No es un dato sin importancia porque hasta la fecha, y aunque los 'populares' superaran en mucho a los socialistas en intención de voto, su jefe de filas no había logrado nunca adelantar a Alfredo Pérez Rubalcaba en consideración ciudadana.
La última valoración de líderes publicada por EL MUNDO los situaba en un empate técnico, con una levísima ventaja de una décima en favor del socialista. Ahora, Rajoy se despega con un 4,77 y Rubalcaba se sitúa en tercera posición con un 4,14. El segundo puesto es para la líder de UPyD, Rosa Díez.
El candidato de los 'populares' logra además ser el más valorado por los ciudadanos independientemente de su sexo o edad, e incluso los votantes de más de 65 años le otorgan un generosísimo aprobado (6,23).
Cabe señalar la pérdida de valoración que sufre el representante de CiU, Josep Antoni Duran Lleida. Ocupa la cuarta posición, pero su puntuación baja a un 3,64. La que obtuvo a primeros de mes fue de 4,15. Probablemente el descenso tenga que ver con los mensajes polémicos que ha lanzado durante la precampaña en relación con los parados andaluces o la homosexualidad.
Marisa Cruz, El Mundo