CCOO, UGT, CEOE y Cepyme cerraron en Madrid cuatro medidas que provocarán una pérdida del poder adquisitivo de los trabajadores y una enorme flexibilidad en cuanto a jornada, calendario laboral y salarios, decisiones que estarán en manos de los empresarios. ELA tachó de «indecente» el pacto, mientras que Unai Sordo, de CCOO, trató de desvincular ese acuerdo de la CAV. Su aplicación se mantendrá hasta el año 2014CCOO, UGT, CEOE y Cepyme anunciaron ayer que han pactado cuatro iniciativas: «Acuerdo salarial; no aplicación en la empresa de determinadas condiciones de trabajo pactadas en los convenios colectivos sectoriales; flexibilidad interna en las empresas y nueva estructura de la negociación colectiva».
El pacto empeorará salarios, perjudicará la creación de empleo y debilitará el ámbito de negociación porque estará siempre a expensas de las necesidades patronales de flexibilidad. El empresario podrá distribuir el 10% de forma irregular y gozará de una bolsa de cinco días o 40 horas para alterar el calendario laboral previsto.
La flexibilidad también se llevará a los puestos de trabajo y a los salarios. El acuerdo tiene un alcance de tres años 2012, 2013 y 2014, pero no existe ninguna cláusula que indique que todos estos pasos atrás en las condiciones de trabajo no se prolonguen en 2015.
Aunque los firmantes dijeron que debe ser ratificado, el texto está ya firmado y validado desde el pasado viernes 20 de enero. El principal aspecto que recoge es que obliga a todos los trabajadores a perder poder adquisitivo durante los próximos tres años.
Afirma que «todas las rentas deben hacer un esfuerzo conjunto». Flexibiliza las condiciones de trabajo y deja en manos de los empresarios un mayor cupo de horas a su disposición, por encima incluso de las legisladas en la última reforma laboral y de la negociación colectiva.
- Salarios inferiores al IPC.
Para 2012, CCOO, UGT, CEOE y Cepyme han pactado un incremento salarial de hasta el 0,5%, la mitad de lo que está previsto que aumente la inflación. En los siguientes dos años se sitúa en el 0,6%. En esos dos últimos cursos se establecen cláusulas de revisión ligadas a la inflación europea, siempre más baja que la española, y a la valoración del barril de Brent.
Los firmantes también dejan en «agua de borrajas» determinadas decisiones de la naturaleza de los convenios, porque el segundo acuerdo suscrito entre CCOO, UGT, CEOE y Cepyme permite «la inaplicación negociada en la empresa de determinadas condiciones de trabajo pactadas en los convenios colectivos sectoriales».
Según el acuerdo final, «la actual coyuntura económica y el altísimo nivel de desempleo» son los elementos que han tenido en cuenta para adoptar «medidas de carácter excepcional» con lo que se podría producir la flexibilidad interna en cuanto a horarios, distribución de jornada, régimen de trabajo a turnos, sistema de remuneración, sistema de trabajo y rendimiento, entre otras. La flexibilidad también se extiende en materia salarial, dado que «los firmantes consideran conveniente que las estructuras salariales tengan complementos variables, de forma que un porcentaje determinado de la cuantía salarial se haga depender de la situación y resultados de la empresa».
También obligan a que los convenios colectivos «promuevan la racionalización de las estructuras salariales, para sustituir conceptos retributivos obsoletos e improductivos por otros vinculados a la productividad y retribuciones en cada una de las empresas».
En cuanto a la estructura de la negociación colectiva, el acuerdo establece que el ámbito provincial se mantendrá «por su proximidad a la empresa» y para que «potencie la flexibilidad que necesita para un mercado cambiante, como el actual».
- ELA denuncia que «es el mayor ataque a los salarios».
ELA hizo público el acuerdo pactado en Madrid, mientras que sus firmantes sólo mostraron algunos detalles del mismo.
Joseba Villarreal, responsable de Negociación Colectiva del sindicato, destacó que «han ocultado que estaba rubricado el pasado viernes» y confirmó que «centraliza la negociación» y que «reducirá los costes, lo que afectará al empleo y los salarios de los trabajadores». Mikel Noval añadió que la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores se hace «por decreto».
Mientras, el secretario general Adolfo Muñoz señaló que estos acuerdos «renuncian a todo» y denunció que es «el mayor ataque del sindicalismo español a los salarios», teniendo en cuenta que en los últimos años «los salarios han perdido siete puntos en relación a la riqueza generada». El líder de ELA afirmó que esta decisión en Madrid afecta a la mesa que ha establecido Confebask, porque «la patronal vasca pertenece a la CEOE y sabe en todo momento hacia dónde van los recortes». Llamó a la movilización del 4 de febrero contra los recortes sociales y de derechos.
Unai Sordo, secretario general de CCOO de Euskadi, quiso quitar hierro a esa decisión y dijo que «Euskadi tiene una clave salarial distinta», mientras que el ministro español de Economía, Luis de Guindos, afirmó que «todo mensaje de moderación salarial como el que se ha dado es positivo» y la portavoz de Economía del PSOE, Inmaculada Rodríguez-Piñero «aplaudió el acuerdo», ya que «la mejor reforma es la que consensúan los que la tienen que aplicar».
Juanjo Basterra, Gara