Más de 11.000 entradas y 1.050.000 visitantes desde el 9 de octubre de 2011

Egipto. Asmaa Mahfouz: "Un año después del fin de Mubarak, ahora espero que caiga la Junta Militar"

Líder del Movimiento de Jóvenes que acabó con la dictadura del «rais», galardonada por el Parlamento Europeo con el premio Sájarov, Asmaa nos relata cómo se fraguó y estalló la revolución egipcia

El grito de la revolución continúa vivo. Bastaron dieciocho días para tumbar a Hosni Mubarak, dictador aferrado al poder durante tres décadas. Un año después, Asmaa Mahfouz aún conserva en sus ojos toda la fuerza de la Primavera Árabe y en su ánimo las ganas de seguir luchando.

— ¿Cómo se involucró en la defensa de los derechos del pueblo egipcio?

— Fue determinante la huelga general del 6 de abril de 2008. Los trabajadores del sector textil reclamaban mejores condiciones.En esa protesta está el origen de la revuelta social. De ahí surgió el movimiento juvenil Seis de Abril.

— Y usted llegó a ser uno de los líderes de la revuelta.

— Me apunté a ese grupo político por Facebook, bajo el título «Una huelga general de los egipcios».

— ¿Qué es para usted Facebook?

— Empecé a usar Facebook a finales de 2007. Me pareció una herramienta independiente, un medio libre y no sometido al Estado, muy útil para unir fuerzas. Cuando los jóvenes que se comunicaban por internet se encontraron en la calle fue cuando estalló todo.

— ¿Cuál era el objetivo?

— Uno de los principales motores de las protestas fue el elevado precio de los alimentos, y el desfase entre el salario de los trabajadores y el coste de los productos.

— ¿Y la reacción del Gobierno?

— Amenazaban al pueblo para que no secundara las protestas. Pero cuanto más represión había, más fuerte era la respuesta en la calle.

— ¿Qué ocurre desde abril de 2008 hasta el 25 de enero de 2011?

— Mubarak había construido una cortina de humo, pero no le funcionó. La sede del Sindicato de Periodistas fue uno de los escenarios importantes de esos días. En este edificio hemos puesto en común los principios de nuestra batalla. En las calles y espacios públicos cantábamos letras contra el sistema político y repartíamos panfletos. Si algo he aprendido, es que la palabra es el inicio de todo.

— ¿Cómo prepararon la salida a la calle hace ahora un año?

— Hubo mucha tensión y numerosos choques que abonaron el terreno. Ya el año 2010 fue muy intenso. Además, la revuelta de Túnez había conseguido sus frutos días antes del 25 de enero. De todas formas, detrás hay más de diez años de protestas. Los jóvenes han tendido muchos puentes para unir el desencanto de todos.

— ¿Y por qué esa fecha?

- Porque la Policía confirma que ese 25 de enero sería su día de vacaciones. Entonces decidimos que esa jornada saldríamos a la calle. Queríamos denunciar la violencia de la Policía y mostrar nuestra oposición a la subida de los precios.

— ¿Eran conscientes de que estaban iniciando la revolución?

— No llamábamos a una revolución, aunque había gente que pensaba que podía producirse. Era una invitación a expresar el descontento. Las sucesivas detenciones de manifestantes solo lograron caldear los ánimos. El 18 de enero cuatro jóvenes se quemaron, y uno de ellos murió.

— Entonces decide colgar en internet su famoso vídeo para animar a la gente a salir a la calle…

— Cuando se quemaron aquellos jóvenes fui a la plaza Tahrir y le dije a la Policía que no protegieran más a ese tirano. El sistema siempre decía que estábamos locos y que no teníamos nada que ver con la realidad. Llegué a mi casa y decidí grabar el vídeo porque sabía que pronto me iban a detener. Quería que mi voz siguiera sonando aunque estuviera entre rejas.

— ¿Cómo recuerda Tahrir?

— El Cairo se convirtió en una guerra callejera. Cuando nos enfrentamos a la Policía gritamos que el pueblo quería derribar el sistema.

— ¿Cuál era el sentimiento de la gente?

— De triunfo. El alma de las personas creció, y con él, el entusiasmo. No teníamos miedo de nada.

— ¿Y cómo lo vivió usted?

— Sufrí amenazas, me dijeron que estaba cometiendo una locura, que estaba destruyendo el país.

— ¿De dónde sacó la fuerza para continuar?

— No tenía otro camino, aunque la gente me odiara. Mi única obsesión era que el sistema tenía que caer.

— ¿Cómo ve hoy el futuro de Egipto?

— Soy optimista, aunque sean tiempos políticos muy duros. Pero los derechos del ciudadano siempre ganan.

— ¿Cómo valora la victoria electoral de los Hermanos Musulmanes?

— No me preocupa la victoria de los Hermanos Musulmanes. Al final ha sido lo que ha querido el pueblo egipcio.

— ¿Y ahora qué?

— Estoy trabajando en la calle. Intento mostrar las mentiras de la Junta Militar. Ahora deben caer los militares.

— ¿Se sienten respaldados por Occidente?

- Lo importante es el apoyo del pueblo, no de los gobiernos. Ellos no son los que tienen la fuerza. La gente es mucho más poderosa.

— La revuelta egipcia tuvo un efecto de contagio incluso en España.

— Muchos españoles están a favor de la revolución egipcia. Cuando el movimiento de protestas comenzó en Madrid, lo seguimos con mucha expectación, nos subió el ánimo. Esa es la lección que he aprendido. El pueblo es más fuerte que los gobiernos.

Gemma Rodríguez Betrian, ABC