En mi opinión, lo que hay que tener muy claro, si uno se presenta a unas elecciones convencido del gran apoyo popular a las ideas de transparencia democrática, rechazo de los recortes, mala fama ganada a pulso de la banca privada y que las politicas neoliberales nos han llevado al desastre, siendo esas sus principales premisas, es que se presenta para gobernar.
Todas las encuestas manifiestan el gran apoyo a muchas de las ideas expresadas por el 15M y las movilizaciones ciudadanas, en las que una parte significativa de la izquierda transformadora ha participado y acompañado, respaldándolas activamente. Luego si eso es así, en Andalucía se debería imponer -democráticamente, claro- un gobierno antineoliberal, transparente, defensor e impulsor de lo público, y que apueste por un SISTEMA FINANCIERO ANDALUZ.
¿Que ocurre si no es así? Pues que algo falla. ¿Fallan las encuestas? ¿O tal vez falla la imposibilidad de aglutinar a eso tan disperso, que es el pueblo?. El pueblo andaluz.
No desesperemos. Se puede conseguir gobernar -o condicionar profundamente- si se hace un programa que ilusione, no sea demagógico y aglutine en estos tiempos de paro, sufrimiento y dificultad generado por los bancos, los poderes financieros, los ricos, y ese sistema politico, conservador y ultra liberal que es el Neoliberalismo, a muchas personas hartas y no resignadas. Sistema -el neoliberal- que independientemente de nombres y apellidos, en Europa, excepto en Islandia, todos los gobiernos siguen. Así nos va.
Sabiendo que no somos la isla nórdica, que estamos en el euro y que no somos independientes, habrá que plantearle seriamente al pueblo andaluz lo que queremos hacer o al menos intentar hacer. Explicar que les rendiremos cuentas y que somos de ellos: de los de abajo, de las victimas de la crisis.
Habrá que denunciar -sin que nos puedan callar la boca- a los señoritos del PP, y sus practicas ya demostradas de recortes y asfixia de la economía productiva.
No es cuestión de etiquetas. No es cuestión de apellidos. Es solo ser el cemento aglutinante de la rabia contenida -no se porqué-, de la angustia de las colas del paro, de la desesperación de los desahucios, del no poder llegar a fin de mes.
Esa es la fuerza que debe unificarse, la de las y los que necesitamos del sistema sanitario público, de la educación pública y de un sistema financiero público andaluz -ya que el español lo han privatizado- y de preservar nuestro medio ambiente. No seguir destruyendo territorio en beneficio de la especulación. Salvar nuestras costas y defender nuestros montes negros.
No es fácil el camino que ofrecemos. Pero a aquellos que nos llaman ilusos o románticos decidles que ellos, en beneficio de unos pocos, nos han arruinado y se han arruinado. Sus soluciones no son para el pueblo, aunque se llamen populares, sirven tan solo para hacer más ricos a los ricos y favorecer a los bancos. Por que para eso nos recortan, para dárselo a los bancos.
Por todo esto, el pueblo andaluz debe reaccionar y explorar nuevos caminos.
Pongámonos de acuerdo. No es cuestión de estar en una lista, es cuestión de frenar el antineoliberalismo, en su versión más dura y de ir recuperando la soberanía popular, también desde Andalucía.
Portuario en Excedencia