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Evgenia Karr Timoshenko. La hija coraje

Los juicios a los que se enfrenta la opositora ucraniana Yulia Timoshenko han hecho saltar las alertas en Europa, donde se duda de su inocencia pero no del acoso gubernamental al que es sometida. Yo Dona entrevista a su hija Eugenia, portavoz de uan campaña internacional para limpiar la imagen de su madre y pedir su libertad

Evgenia es voz y mensaje firme, pero también mirada furtiva, como si le diera miedo que se descubra que tras su melena rubia se esconde una trenza camomila llamada Timoshenko. Evgenia Karr se mira en el espejo de su madre, una de las «mayores defensoras de los derechos humanos y la libertad; un haz de luz naranja en una Ucrania cada vez más a oscuras». Ella, dice su vivo retrato, es la llave para devolver la democracia al país.

Evgenia es la voz libre de la princesa amordazada. La madre, el icono. La hija, el mensajero. Ambas, combatientes. El eco de Yulia se propaga en boca de Evgenia: «Ucrania vive una dictadura, en la que cada vez hay más amenazas y presos políticos». Quien lideró la revolución naranja de 2004 y también una de las mujeres más ricas y poderosas de Ucrania gracias a sus negocios en la industria del gas, afronta ahora una condena de siete años de prisión por abuso de autoridad durante su etapa como primera ministra. El actual Gobierno la acusa de haber perjudicado los intereses del país en la adjudicación de un contrato de gas a Rusia. En el otro lado de la trinchera, su hija dice que simboliza la libertad «en el mismo suelo ultrajado».

Con 31 años, la hija tímida que reniega de la política, ha iniciado una campaña internacional para pedir la libertad de la madre, traidora para unos, heroína para otros. Antes de convertirse en la hija coraje, Evgenia era una joven separada de un músico de rock y diplomada en la London School of Economics. La coletilla tras el nombre y el aire a trenza rebelde le trastocaron los planes. Huérfana en su país, pues su padre, Alexandr Timoshenko, se encuentra exiliado en República Checa, trata de seguir con su actividad comercial, entre bis a bis y rueda de prensa.

En París, una de sus escalas, Evgenia utiliza el símil futbolístico para hablar de la situación en su país. La comparación es intencionada, pues muchos políticos y activistas europeos pidieron boicotear la celebración de la Eurocopa en Ucrania no asistiendo a sus partidos en protesta por la encarcelación de Yulia. La expresidenta acusa al Gobierno de Viktor Yanukovich, el que la venció en las elecciones de 2010, de querer eliminarla como principal figura de la oposición. Una sospecha a la que se han sumado Europa y Estados Unidos. «En Kiev ocurre como en el fútbol, cuando el equipo pasa a la ofensiva y acorrala al rival en el campo contrario. Nosotras somos el equipo asediado», asegura Evgenia.

- Al defender la causa de su madre también se ha convertido, de alguna manera, en un símbolo de la democracia enUcrania...

- No soy un ejemplo de nada. Es mi madre la que está peleando por devolver la libertad al país. Ella sí es un símbolo de la lucha por los derechos humanos y la democracia. Lleva 15 años batiéndose por ello y por eso se ha convertido en una rehén política. Europa se ha dado cuenta de lo que pasa gracias a su mensaje. Es un referente contra la corrupción y las injusticias. Para muchos, un icono de la lucha por la libertad.

- La campaña europea para pedir su libertad coincide con la de la premio Nobel de la Paz Aung San SuuKyi, que ha luchado mucho por los derechos humanos. ¿Cómo valora el papel de la mujer en este combate?

- Este año mi madre ha sido propuesta para el Premio Nobel de la Paz porque ha sacrificado mucho en su lucha por la libertad y la democracia. Ha trabajado para sacar a Ucrania de su pasado soviético. Su combate ha sido incómodo para muchos líderes que han intentado asentarse en el poder y someter a ciudadanos y políticos a sus dictados. Pero Yulia no ha cedido, no se ha sometido, y por eso la gente entiende que es una prisionera de conciencia, como Aung San Suu Kyi que, tras haber pasado muchos más años en prisión, ahora es libre y lidera el cambio democrático en su país. Confío en que esto pueda ocurrir también con mi madre. Pero Ucrania no puede esperar tanto; aunque en octubre habrá elecciones, serán una farsa... El país puede perder mucho con esta dictadura.

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En 2004, la revolución de Timoshenko abrió Ucrania a la democracia. Entonces, la furia naranja se rebeló contra el supuesto fraude electoral y se repitieron elecciones. Casi una década después, madre e hija vuelven a la casilla de salida. En octubre se elige el Parlamento. Con Yulia, inhabilitada para presentarse, «las elecciones serán un fraude», advierte Evgenia.

De aquella marea naranja solo queda el eco. Desde su reclusión, la ex presidenta ha pedido, a través de su hija, que la oposición se una para derribar a Yanukovich, y la presencia de observadores internacionales para verificar la limpieza del proceso.

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- Yulia Timoshenko es un personaje conocido y controvertido en Ucrania. Denuncia una persecución política. ¿Qué pretende el régimen con su arresto?

- Eliminar la amenaza que ella representa contra su poder. Desde que Viktor Yanukovich tomó la batuta presidencial, en 2010, ha sufrido el acoso gubernamental y ha sido interrogada. Mi madre es popular en el país y, a pesar de las dificultades, ha seguido peleando por la libertad. Esta rebeldía no le ha gustado nada a Yanukovich.

- Recorte de libertades y violación de los derechos humanos. ¿Cuál es la actual situación del país?

- Ucrania es una dictadura y las próximas elecciones, una farsa. No existe libertad, hay condenas y arrestos ilegales. Los medios intentan trabajar, pero se manipula la información y el Gobierno soborna a algunos periodistas. Yanukovich utiliza todas las fórmulas, legales e ilegales, para paralizar a la oposición. Y cada vez hay más amenazas y casos como el de mi madre. Es una rehén política y su papel en la instauración de la democracia es fundamental.

- Como portavoz de Yulia Timoshenko, se ha convertido en un personaje notorio. ¿Tiene miedo?

- No temo por mí sino por mi madre. Yo hago mi vida y viajo sin problemas. Creo que sería un grave error por parte del presidente ucraniano atacarme a mí.

- En abril, su madre inició una huelga de hambre para protestar por los maltratos que ha denunciado padecer en prisión. ¿Cómo se recupera?

- En el hospital está como en la cárcel: aislada, vigilada y rodeada de médicos sometidos a una gran presión. A menudo busca la ventana para ver algo de luz. Como no recibe tratamiento médico independiente su mejoría es muy lenta. Es importante que ella confíe en los sanitarios cuando le ponen una inyección o le dan medicinas. Ahora tiene miedo de que la infecten con el virus del sida o de que la envenenen.

- ¿Cómo es la relación madre-hija en esta situación que están viviendo?

- He logrado visitarla hace unas semanas. Cuando nos vemos hablamos de cómo está nuestro país, de los derechos humanos, del mensaje que hay que dar a Europa...

- Han recibido muchas muestras de apoyo por parte de la comunidad internacional, que pide su liberación y denuncia la situación de los derechos humanos en Ucrania. ¿Cómo valora ese apoyo?

- Antes de la Eurocopa, tras su arresto ilegal, ya recibimos muchas muestras de solidaridad. El encarcelamiento de mi madre es un absurdo, una ofensa que ya se prolonga demasiado tiempo. Su arresto se basa en acusaciones sin base jurídica. La solidaridad es importante, pero no es suficiente para cambiar la situación política en Ucrania. Creo en una masificación de estas protestas en todo el mundo para generar el cambio.

- Hace tiempo que inició la gira para defender la causa de su madre, ¿las muestras de solidaridad no bastan?

- El boicot es importante porque quiere decir que Europa no apoya al poder vigente. La presión sobre el régimen es cada vez mayor, pero no suficiente. Europa tiene que decir que no acepta esta situación. Pido al parlamento europeo que vote una resolución para solicitar la liberación de los presos políticos. Ésa es la esperanza para mi madre.

- ¿Es duro ser la hija de Yulia Timoshenko?

- Mi vida, en cierta forma, ha cambiado. Yo tenía una actividad comercial, pero ahora, en paralelo, estoy organizando la campaña para defender a mi madre, para que se conozca la injusticia que sufre y para que se la respete en el mundo. Trato de predicar su mensaje. Es fácil porque la gente me apoya. Hasta los funcionarios que trabajan en el hospital y en la prisión me dan muestras de cariño. Ellos se enfrentan a la amenaza del sistema corrupto, pero están con nosotras. El régimen trata de romper la identidad de la nación.

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La pesadilla no acaba para la familia Timoshenko, pues a la pena que pesa sobre Yulia se unen nuevas acusaciones de presuntas irregularidades financieras, cometidas cuando era una rica empresaria que aún no había metido el pie en política. El proceso se inició la semana pasada en ausencia de Yulia Timoshenko que, alegando problemas de salud, se negó a asistir a la vista. El tribunal, que ya había aplazado la audiencia varias veces por el mismo motivo, ordenó que se le realizase un examen médico para determinar si su estado la inhabilita. Su hija, Evgenia, es radical al respecto: «No hay evidencias de su culpabilidad en ninguno de los procesos abiertos contra ella».

- Los juicios contra Timoshenko.

Yulia es uno de los personajes más carismáticos de Ucrania. Ex primeraministra en dos ocasiones, Timoshenko hizo fortuna gracias a sus negocios en la industria de la energía. El pasado mes de octubre, la poderosa princesa delgas, como la llaman unos, la damanaranja, como la califican otros, fue condenada a siete años de prisión y tres de inhabilitación para ejercer cargos públicos por supuesto abuso de poder cuando era primera ministra en 2009.

Entonces Timoshenko autorizó una serie de contratos de importación de gas con Rusia perjudiciales para los intereses de Ucrania, pues son los responsables de que el país tenga que pagar a Moscú el combustible mucho más caro que otros países europeos, a pesar de su sintonía con Rusia. Los contratos se autorizaron en medio de la llamada Guerra del Gas, cuando Moscú cortó el suministro a Europa. Tanto Estados Unidos como la Unión Europea se han alineado a favor de Timoshenko, al considerar que, a pesar de que los acuerdos han hipotecado económicamente a Kiev, en la sentencia se cuelan consideraciones políticas. La Justicia también la persigue por irregularidades financieras, cometidas supuestamente durante la década de los 90. Además, la Fiscalía la acusade organizar el asesinato del político ucraniano Yevgueni Sherbán en 1996.

Raquel Villaecija, Yo Dona, El Mundo