El Gobierno y el PP mantienen un perfil bajo tras conocer la sentencia para no perjudicar las gestiones encaminadas a su repatriación
El dirigente de Nuevas Generaciones del PP Angel Carromero permanecía este martes en el centro de detención '100 y Aldabó' en La Habana, un día después de que la justicia cubana le condenara a cuatro años de privación de libertad por el homicidio imprudente de los disidentes cubanos Oswaldo Payá y Harold Cepero en un accidente de tráfico.
Desde que la Fiscalía cubana decretó prisión provisional para Carromero a finales de julio, Carromero ha estado recluido en '100 y Aldabó', donde comparte celda con un preso común, pero no almuerza en el comedor junto con el resto de los reclusos, sino que le llevan la comida a su celda, tipo apartamento, donde tiene televisión.
Tras regresar de Bayamo, donde el pasado cinco de octubre tuvo lugar su juicio, las autoridades cubanas llevaron a Carromero de regreso a '100 y Aldabó', donde permanecía hoy, han confirmado a Europa Press fuentes diplomáticas.
El ministro español de Asuntos Exteriores y de Cooperación, José Manuel García-Margallo, ha señalado hoy que emprenderá gestiones con las autoridades cubanas con el objetivo de que Carromero pueda volver cuanto antes a España una vez que la sentencia sea firme, lo que ocurrirá en un plazo de diez días en caso de que ni el fiscal ni la familia del condenado recurran la sentencia.
Si una de las partes presenta un recurso ante el Tribunal Supremo Popular, la culminación del proceso podría demorarse varios meses más.
Tanto el Gobierno como el PP han mantenido un perfil bajo tras conocer la sentencia contra Carromero con el fin de no perjudicar las gestiones que se pondrán en marcha para conseguir que el joven dirigente de Nuevas Generaciones pueda regresar a España.
- "Silencio vergonzante".
De hecho, dirigentes 'populares' admiten en privado que el partido se ha visto obligado a mantener un "silencio vergonzante" para conseguir traer de vuelta a Carromero.
Dos son las opciones más probables con las que cuenta Carromero para conseguir regresar a España una vez haya sentencia firme. La más beneficiosa para él sería que el Gobierno cubano decidiera expulsarle, porque desde ese mismo momento quedaría libre.
El Código Penal cubano, o Ley 62, estipula en su artículo 46.3 que el Consejo de Ministros "puede decretar la expulsión del extranjero antes de que éste cumpla la sanción principal impuesta", que se declarará "extinguida". Es decir, que Carromero podría regresar a España sin que tuviera que responder aquí de ninguna responsabilidad penal.
En caso de que el régimen castrista no quisiera expulsarle, a Carromero le quedaría otra opción. Podría beneficiarse de un traslado para cumplir en España la condena, siempre según "los casos y en la forma establecidos en los tratados", dice la Ley 62.
España y Cuba tienen un convenio bilateral para el traslado de personas condenadas que data de 1998 y podría aplicarse en el caso de Carromero. Para poner este acuerdo en marcha, lo primero que se precisa es que la sentencia sea firme.
En base a ese convenio, España tendría que ofrecer a Cuba una "indicación aproximada de cómo se cumplirá la condena en el Estado de cumplimiento y la fecha de extinción de la pena o medida". El acuerdo permitiría deducir "íntegramente" a la condena el tiempo que Carromero ha pasado en prisión provisional.
Como la pena impuesta a Carromero es menor a cinco años, la Dirección General de Instituciones Penitenciarias, dependiente del Ministerio del Interior, podría conceder directamente a Carromero en España el tercer grado sin necesidad de que tuviera que cumplir antes una parte de su condena en prisión, en virtud de la Reforma del Código Penal de 2003, explican a Europa Press fuentes penitenciarias.
Con el tercer grado, un preso sólo tiene que pernoctar en prisión, aunque hay una modalidad de tercer grado por la que el recluso es vigilado mediante control telemático y ni siquiera tiene que dormir en la cárcel, según prevé el reglamento penitenciario.
El Gobierno español también ha dicho públicamente que entre las opciones que permitirían traer de vuelta a Carromero está un indulto del Ejecutivo cubano, si bien esta opción se considera poco probable.
El accidente de tráfico en el que murieron Payá y Cepero se produjo el 22 de julio, cuando el vehículo que Carromero conducía se salió de la vía y chocó contra un árbol en el kilómetro 724 de la carretera que comunica Las Tunas con Bayamo, en la provincia de Granma.
En el coche también viajaba el joven político sueco Jens Aron Modig, que inicialmente fue retenido por las autoridades cubanas pero pudo volver a los pocos días a su país. Modig alegó que dormía en el momento del siniestro y dijo tener recuerdos borrosos.
Las autoridades cubanas atribuyeron el accidente a la velocidad excesiva con que supuestamente conducía Carromero y, en un vídeo difundido por el Gobierno de la isla días después de su arresto, el dirigente de NNGG admitió que perdió el control del vehículo al entrar en un bache, si bien no aclaró a qué velocidad circulaba.
En dicha grabación, cuya veracidad ha cuestionado la disidencia cubana, Carromero pidió a la comunidad internacional que evitase utilizar el caso con fines políticos y negó que otro vehículo les golpeara por detrás.
La familia de Payá, sin embargo, ha alertado de un supuesto complot para matar al que fuese responsable del Movimiento Cristiano Liberación (MCL) y ha llegado a decir que uno de los dos supervivientes alertó a sus allegados a través de un SMS de que un coche les venía siguiendo y les embistió varias veces.
La viuda de Payá, Ofelia Acevedo, ha exculpado a Carromero de cualquier responsabilidad y ha pedido saber "la verdad" de lo ocurrido. Ni los parientes de Payá ni los de Cepero han presentado denuncia alguna contra el político español.
Europa Press