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Los parados crónicos del 'baby boom'

Un 60% de los más de 442.000 desempleados andaluces con más de 45 años buscan trabajo desde hace más de doce meses

"Yo no pido que nos jubilen, pero sí que nos apoyen y nos ayuden como hacen con los jóvenes (...). Pido que no se olviden de esta generación de los sesenta que se siente olvidada y marginada. Por favor, pido que dejemos de ser la generación perdida". Esta carta enviada a un medio de comunicación nacional y firmada por Sebastián Gómez resume el sentimiento de desesperación que tienen muchos de los más de 300.000 parados andaluces mayores de 45 años que llevan más de un año buscando empleo. La diferencia con los más jóvenes es abismal. Sólo (y ese sólo es un decir) un 31% de los demandantes de empleo menores de 45 años supera los doce meses de espera para lograr un contrato. Son 30 puntos estadísticos más para los hijos del 'baby boom' español de los años 60, la mayor bolsa de parados crónicos y en riesgo de exclusión de la comunidad.

Un buen número de esos 300.000 (en total son 442.000 parados de más de 45 años en Andalucía sobre una población total en este segmento de 1.426.000) cuentan con un perfil parecido. Son personas que han sido expulsadas de la vida laboral por las regulaciones de empleo o el cierre de sus empresas tras años cotizando. La situación del mercado laboral los aboca a un largo periodo de inactividad, ya que vienen de sectores en crisis, con lo que es muy difícil reubicarse en otras empresas haciendo lo que antes hacían.
Según el estudio del Observatorio Argos recientemente publicado sobre los parados mayores de 45 años, las ofertas que reciben estos demandantes de empleo tienen que ver con tareas agrícolas o, en menor medida, con la hostelería. Estos contratos temporales suelen estar destinados a quienes ya se mueven en ese círculo, es decir, quienes llevan años empleándose por temporadas. Para un trabajador con estudios de Secundaria (más del 60% de los parados andaluces en estas edades es lo que acreditan) y con un currículum alejado de estas ocupaciones sus posibilidades de lograr un contrato se reducen mucho.

También en este sector de la población a los andaluces les va mucho peor que al resto de españoles. La tasa de paro para ellos (31%) es diez puntos mayor que el de la media nacional. El informe de este observatorio vinculado a la Consejería de Empleo, un análisis frío y estadístico de la situación de esta población, dibuja un panorama del que ya se llevaba tiempo alertando desde los servicios de orientación de la misma Consejería: se trata de un punto de fuga del sistema. "De repente dejan de aparecer, los hemos perdido, han renunciado", afirma una de las responsables de Andalucía Orienta en Cádiz, donde, con un 40% del total de parados (son 78.000, uno de cada cinco en Andalucía), existe el mayor índice de desempleo en este sector de la población.

La mayor parte de los ex trabajadores de la multinacional americana Delphi, cerrada en 2007 por deslocalización, se encuentran en esta situación. No son todos los que perdieron su trabajo en aquel despido masivo. Son aquellos a los que la partida de nacimiento les jugó una mala pasada. No entraron en las prejubilaciones ni tienen las posibilidades de reacomodarse en otros empleos como pudieron hacer algunos más jóvenes. Están en la edad maldita. Desde hace meses están encerrados en el edificio de los sindicatos porque saben que o logran que la Junta cumpla con acuerdos alcanzados antes de la crisis o no tienen salida. A muchos de ellos, con muchos trienios en la empresa y una cómoda rutina de clase media, la vida se les ha roto. Separaciones y depresiones acompañan este paisaje. Así funciona este callejón.

Según la Encuesta de Población Activa, en el año 2013, que es el que se analiza en el estudio de Argos publicado a finales del pasado mes, la población activa mayor de 45 años en Andalucía, es decir, el número de personas de 45 años o más que trabajaban o deseaban hacerlo suponían tres de cada diez del total. Jamás habían sido tantas. Suponía la llegada a la edad madura de los bebés de los 60, la mayor revolución demográfica nunca conocida en nuestra región. Y, por tanto, nunca su influencia en el mundo laboral había sido tanta. La tasa de actividad nos lleva a un dato aún más revelador: de cada cinco personas andaluzas mayores de 45 años, sólo dos están trabajando o buscando empleo.

Este pico (el arco de estudio va de los 45 a los 65) nunca antes conocido demuestra un cambio por completo en el enfoque de la vida en personas de esta edad. Durante los años de bonanza este sector de población, al menos en lo que se refiere a la cualificada, se adentraba en el final de su vida laboral a través de prejubilaciones que llegaron a ser incentivadas desde la administración y que están, además, en el origen del mayor escándalo de corrupción de nuestra comunidad, el de los ERE fraudulentos. Miles de personas de poco más de 50 años abandonaron sus empleos a cambio de atractivos incentivos. Sus hermanos pequeños, los nacidos en la década de los 60, no han tenido la misma suerte. De hecho, han tenido la suerte contraria.

(Pedro Ingelmo, Málaga Hoy)