Más de 11.000 entradas y 1.050.000 visitantes desde el 9 de octubre de 2011

Pablo Iglesias: "En España aspiramos a pactar con el PNV. Es un partido muy tradicional, pero estamos abiertos al diálogo"

Su viaje a Euskadi fue corto pero intenso. Después de dos años al frente de Podemos, Pablo Iglesias pisó por primera vez suelo vasco. Una esperada visita que cargó de energía a los simpatizantes que aguardaban el viernes en el BEC de Barakaldo para ver de cerca a su líder. «Tenía unas ganas locas de quitarme esa espinita porque me encanta el País Vasco», confesó a este periódico en una entrevista en la que muestra su cara más amable y menos combativa, y una actitud más conciliadora que nunca hacia el PNV.

- El viernes estuvo por fin en Bilbao. ¿Por qué ha tardado tanto en visitar Euskadi?

- Tenía ganas de ir desde hacía mucho tiempo y encontrarme con la gente de allí, la gente de los círculos. Estaba prevista mi presencia en la campaña de las elecciones generales pero, por imprevistos de última hora, no pudo ser. Tenía unas ganas locas de quitarme esa espinita. Además, para nosotros, Euskadi es muy especial porque allí hemos ganado las elecciones, y en las siguientes aspiraremos también a ganarlas.

- ¿Le ha decepcionado el 'no' de Garbiñe Biurrun como candidata a lehendakari de Podemos? ¿Hasta qué punto podría afectar a los resultados electorales?

- Podemos siempre ha sido un partido abierto a aquellas figuras prestigiosas de la sociedad civil y profesionales que, de alguna manera, y de la mano de la formación, podían cumplir un papel fundamental en las instituciones. Esto ha sido una constante en nuestra manera de trabajar. Entendemos que Podemos tiene que ser un instrumento para que gente muy valiosa pueda estar al servicio de la sociedad. Y estoy convencido de que el candidato o la candidata que tengamos para la Lehendakaritza ganará las próximas elecciones autonómicas.
- Usted conoce muy de cerca la dirección vasca de Nagua Alba. ¿Confía en que pueda convertir a Podemos en la primera fuerza en Euskadi?

- Absolutamente. Creo que están trabajando muy bien y muy duro y, pese a que será una campaña electoral complicada y nada fácil, estoy convencido de que podemos ganar.

- ¿Podemos Euskadi hará una campaña que apueste por un referéndum por el derecho a decidir, o el eje central será ganar al PNV?

- Para nosotros el eje de todas las campañas electorales son las políticas sociales. Y así lo haremos en el País Vasco. Allí se han hecho cosas muy bien, pero consideramos que se podrían hacer mejor. Por desgracia, la crisis y la precariedad laboral siguen afectando a mucha gente. Y, precisamente, porque Euskadi tiene un sistema de autogobierno, que a nosotros nos gusta, y un nivel de renta más alto que la mayoría del Estado, se podrían hacer políticas sociales más deseables. Lo social, por tanto, va a ser determinante. Además, y no es ningún secreto, somos una fuerza política favorable al derecho a decidir.

- ¿Y qué relación cree que debe tener Euskadi con el resto del Estado?

- Esta cuestión tendrán que decidirla los propios vascos. Creo que tendría sentido buscar un encaje jurídico que reconociera la pluralidad del Estado.

- Pese a su buena relación con algunos dirigentes jeltzales, usted considera casta al PNV.

- En España aspiramos, de alguna manera, a llegar a algún acuerdo con el PNV. Si el PSOE hubiera querido explorar con nosotros un gobierno de coalición progresista, creo que hubiera sido necesario el diálogo con el PNV, que es una fuerza política muy tradicional, con la que tenemos muchas diferencias, pero con la que siempre hemos estado abiertos al diálogo. Y creo que ellos también. En la campaña para las autonómicas de octubre, como en toda campaña, habrá tensión y cierta aspereza en los debates, pero eso forma parte de las reglas del juego. Al mismo tiempo, creo que se pueden tener abiertos canales de comunicación desde la cordialidad. Dejando a un lado las diferencias, tengo un enorme respeto tanto por el PNV como por el resto de partidos vascos.

- ¿Le gustaría mantener un encuentro con el lehendakari Urkullu?

- No nos conocemos personalmente, y me encantaría. Sí conozco y respeto a personas como Ortuzar y Esteban. Cada vez que he tenido la oportunidad de conocer a líderes como Carles Puigdemont, Miguel Ángel Revilla o Uxue Barkos ha resultado muy positivo. Creo que son encuentros enriquecedores.

- Esa apuesta por desalojar al PNV, ¿la conciben con un acuerdo a tres con EH Bildu y PSE, una especie de pacto a la valenciana?

- Creo que es pronto para hablar de fórmulas de gobierno porque todavía no se sabe ni la fecha exacta de las elecciones vascas. En Euskadi, el acuerdo entre diferentes formaciones siempre ha sido un elemento imprescindible, y eso hace que haya una cultura política en la que el diálogo está normalizado. Pero creo que ahora es pronto para visualizar escenarios posteriores a unas elecciones. Después, claro que las fuerzas políticas tendrán que dialogar.

- ¿Pero estaría dispuesto a un pacto postelectoral con EH Bildu después de manifestar que ve imposible ir de la mano de la coalición abertzale?

- Nosotros estamos muy contentos, por ejemplo, de apoyar en Navarra al Gobierno de Uxue Barkos, que es la mejor presidenta que ha tenido la comunidad foral. Además, nos gusta el hecho de que una presidenta abertzale pueda gobernar una comunidad que no es completamente abertzale, y que formemos parte de los acuerdos que propicien que pueda haber un gobierno progresista en Navarra. Nosotros siempre tenderemos la mano a todas las fuerzas políticas progresistas para llegar a acuerdos. Y creo que comparto con los dirigentes vascos y navarros de nuestra organización que somos muy diferentes a EH Bildu como para ir en una coalición electoral. Pero, insisto, siempre abiertos al diálogo político después de las elecciones

- Después de lo ocurrido en Navarra, de su negativa a ir en coalición con EH Bildu, ¿se podría pensar que las decisiones autonómicas se resuelven desde Madrid?

- Para nosotros, el criterio de las direcciones tanto de Euskadi como de Navarra, es absolutamente imprescindible. Es decir, no se podría tomar una decisión sin contar con ellos. En este caso, además hay coincidencia. Estamos ante unas elecciones generales, en las que básicamente se va a hablar de un gobierno en España y esto, de alguna manera, cuenta a la hora de tomar las decisiones desde Madrid. Pero, en cualquier caso, nunca tomaríamos ninguna determinación sin contar con el criterio de las dos secretarias generales vasca y navarra, de Nagua y de Laura. Además, insisto, en este caso hay plena coincidencia.

- ¿El pacto entre Podemos e Izquierda Unida, a punto de materializarse, puede dar el 'sorpasso' al PSOE?

- La clave es dar el 'sorpasso' al PP. Para nosotros el Partido Socialista es un aliado y estamos llamados a entendernos y a gobernar con ellos. Es lo que hemos venido diciendo estos últimos meses, ir a un gobierno de coalición progresista. Nosotros querríamos tener un resultado electoral que nos permitiera liderar ese gobierno de coalición. Pero no es así. No lo fue en las elecciones del 20 de diciembre. Nuestro adversario no es el PSOE, es el Partido Popular.

- ¿Por qué ahora le vuelve a tender la mano a Pedro Sánchez y le pide que se abstenga cuando usted le dio la espalda tras el pacto con Ciudadanos?

- Porque nosotros defendíamos el gobierno de coalición progresista. Creo que, básicamente, había dos opciones. O un gobierno en el que pudiera estar el Partido Popular, que es lo que dijo en todo momento Ciudadanos, o un gobierno con Podemos. Yo hubiera preferido que el Partido Socialista eligiera hacer un gobierno a la valenciana con nosotros. Es decir, un gobierno de coalición progresista. Y lo que nos pidieron fue un cheque en blanco. Y eso no es así. Lo correcto es un acuerdo de gobierno con un reparto proporcional de responsabilidades. Que además, es algo normal y muy habitual. En Euskadi, cuando ha gobernado el PNV con el PSE-EE, la Lehendakaritza era de los primeros y la Vicelehendakaritza de los segundos. Como cuando gobernó en Galicia el Partido Socialista con el BNG. Lo mismo ocurre ahora en la Comunidad Valenciana. Es lo que nos parecía más sensato y creo que los cheques en blanco en política ya se terminaron.

- ¿Es posible que se entiendan dos partidos como Podemos y el PSOE, que son competencia y cuyas militancias no se llevan bien?

- El hecho de que haya debates políticos entre la ciudadanía no es una cosa mala. Y teniendo en cuenta la situación de la que se viene en Euskadi, por ejemplo, creo que hasta deberíamos alegrarnos porque haya cierto debate abierto entre las militancias de los partidos. Seguro que todos los electores progresistas querrían que nos pusiéramos de acuerdo y nosotros tenemos un enorme respeto por las militancias de todas las formaciones. ¿Que debatan entre ellas? Pues eso forma parte de una cultura democrática que es saludable.

- El viernes le acusaron de recibir un pago del Gobierno venezolano a través de un paraíso fiscal.

- Es completamente falso. Creo, que por desgracia, algunos tienen mucho miedo de que ganemos las elecciones y van a decir todo tipo de cosas. No tengo ninguna cuenta más que en un banco español. Está todo en manos de nuestros abogados que van a emprender acciones legales.

- Podemos siempre ha defendido que la barrera entre las izquierdas y las derechas estaba superada. Pero no quisieron pactar con Ciudadanos y plantean gobiernos de izquierda. ¿No es una contradicción?

- Yo soy de izquierdas. Eso lo he defendido siempre y se me nota. Pero creo que a la hora de establecer alianzas esas metáforas que a veces operan muy bien, otras, han sido muy engañosas. Cuando el PP y el PSOE se ponían de acuerdo para cambiar la Constitución o cuando, en el caso de Euskadi, gobernaban juntos muchos se preguntaban qué había sido de la izquierda y de la derecha... Nosotros somos muy claros en nuestro programa. Pensamos que hay muchos sectores sociales que no se identifican con esas metáforas tradicionales, pero sí quieren gobiernos que cumplan la ley, quieren que la separación de poderes sea una realidad, y quieren que las instituciones aseguren una Sanidad pública y una Educación pública, y han visto en Podemos, ante todo, una fuerza política de gente honrada y gente decente con la que, a lo mejor no coinciden en todo, pero que saben que a la hora de gestionar lo público somos gente seria. El problema de Ciudadanos no es que diga que es de derechas, es que tiene un programa económico que es prácticamente el mismo que el del PP. A mí no se me han caído nunca los anillos por reconocer que algunas de las cosas que ha hecho el PNV en el País Vasco están bien pese a nuestras diferencias.

- Se dice que en Podemos hay dos almas, la suya y la de Errejón. ¿Es así? Y en cualquier caso, ¿es algo positivo o negativo?

- En Podemos hay muchos planteamientos diferentes. Unas veces coincidimos y otras no. Y creo que esto es positivo. Iñigo y yo tenemos desde hace muchos años una relación de complicidad intelectual muy intensa y, repito, unas veces estamos de acuerdo y otras no. Pero yo estoy encantado de ser el secretario general de una formación en la que hay gente que piensa como Iñigo, gente que piensa como Miguel Urbán, gente que piensa como Nagua Alba, o como Teresa Rodríguez. Puede haber matices distintos, pero eso es bueno. Yo escucho a todos y pese a las diferencias, resulta enriquecedor.

- Y la relación con su amigo Íñigo Errejón, ¿está tan deteriorada como dicen algunos?

- Somos amigos y esto hace que cuando hay un desacuerdo político se note mucho más. Pero esas cosas también refuerzan la amistad. Seguimos haciéndonos coñas y, de alguna manera, cuidando una amistad que se ha construido después de muchos años. La ciudadanía se había acostumbrado a políticos que hablaban de la misma manera y que vestían de la misma manera. Y creo que ahora la gente ha empezado a ver que nosotros, aunque hacemos política, somos gente normal. Gente corriente que también tenemos sentido del humor.

- A Pablo Iglesias le llueven las críticas. Se le achaca soberbia y exceso de prepotencia. ¿Cree que la bajada de votos de Podemos, según los últimos datos del CIS, tiene que ver con esa actitud?

- Soy muy espontáneo. Se me nota a la legua cómo soy. Y algunas veces es verdad que me equivoco y, cuando uno se equivoca, tiene que reconocerlo. Pero me da la impresión de que la gente se da cuenta de que no miento y de que las veces que me enfado se me nota, y digo las cosas como las pienso. Creo que, en cualquier caso, lo importante es el colectivo. Podemos ha estado y está en el disparadero. Nunca se ha atacado en España a una fuerza política con tanta agresividad como a nosotros. Pero ahí estamos. Podemos ha disparado ciertas alarmas de las élites que estaban acostumbradas a que todo siguiera igual, y es normal que nos den duro. Pero esto no quita que cuando me equivoco lo reconozca y me disculpe.

- ¿Se ha arrepentido alguna vez de meterse de lleno en política? ¿Qué ha aprendido en estos dos años al frente del partido?

- Es inevitable que uno tenga momentos peores, sobre todo cuando tenía un trabajo, la docencia, que me entusiasmaba. Pero estoy muy feliz. Me parece un privilegio poder encabezar una formación política en la que tantos ciudadanos han depositado sus esperanzas. Y el honor de esa responsabilidad está por encima de los momentos malos.

- ¿Se ha planteado alguna vez cortarse la coleta? ¿Si ganara las elecciones, por ejemplo?

- No lo he pensado nunca. Desde los 14 o los 15 años llevo el pelo largo. Y forma parte de mí. Salvo que, alguna vez, la alopecia me amenace. Nunca he estado de acuerdo con los calvos que insisten en llevar el pelo largo. Creo que si me empezara a quedar calvo me la cortaría. Sin duda. Pero parece que eso no va a pasar pronto porque no tengo malos genes...

- ¿Cuándo va a visitar San Sebastián?

- Mi padre vivió en Donosti por lo menos dos años, muy cerca de la playa de Gros. Yo solía ir de pequeño y me gustaba muchísimo. Con sus mercados, con su Parte Vieja. Me encanta el País Vasco en general y Donosti en particular. Me parece una de las ciudades más bonitas de Europa.

(Elisa López, El Diario Vasco)