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José Antonio Pastor: "Me parece una animalada que un niño reciba ocho juguetes al año en una sola noche"

El alicantino José Antonio Pastor, Onil (1969), es bisnieto de un fabricante de muñecas, de modo que lo del juego le viene de familia. Desde 2007 es el Presidente de la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes (AEFJ) y desde hace casi un año está al frente de la patronal de jugueteros de Europa. Este mes, coincidiendo con el arranque de la campaña juguetera de Navidad, Pastor atendió a MiBolsillo en la presentación de los que serán los juguetes estrella de 2016, donde hizo un balance de la salud del sector. La fecha es clave, el grueso de las ventas del sector se realiza durante las últimas semanas del año, con un 54% de ellas concentradas en diciembre.

- ¿Cuál es el juguete estrella de este año?

- Ojalá lo supiésemos...cuál será y cuánto se venderá. Dentro de que este va a ser un buen año hay categorías que lo van a hacer mejor, claro, como las muñecas, los vehículos montables, los juegos de mesa y los científicos –de experimentación, matemáticas, etc– y también van a funcionar muy bien los coleccionables esta Navidad.

- Según un informe suyo elaborado con cifras de 2014, la venta de muñecas fue ese año el producto que más cayó, ¿por qué repuntan ahora?

- Hubo un año que repuntaron por el efecto Monster High, otro lo hicieron por el fenómeno de la película Frozen, anteriormente fue por el efecto de las princesas Disney, depende del año. Algunas veces es por un estreno cinematográfico, otras por el contenido de una marca en particular. Tradicionalmente, los juguetes de los principales estrenos de cine y televisión tienen un gran peso para el mercado. Este año, concretamente, el segmento de las mini muñecas (Minidolls) va a tirar de toda la categoría de muñecas en general, al menos, eso nos dicen las previsiones. Y luego, el hecho de que sean coleccionables también es algo que va a tirar de la demanda.
- ¿Las niñas siguen pidiendo muñecas?

- Sí, la categoría de muñecas es un clásico, un seguro siempre.

- ¿Diría que persiste el sexismo en los juguetes?

- No. Hay sexismo en el comportamiento de los adultos y por tanto en el reflejo que los niños tienen de ellos y a su vez en el juego, pero los productos no son sexistas de por sí. Los juguetes son los que son, los niños eligen a qué jugar. La comunicación es otra cosa y en esto sí se ha avanzado, pero tampoco se le puede pedir a un sector industrial que vaya por delante de la sociedad y que haga campañas de educación, para eso están los ministerios. Nosotros tenemos que ser todo lo socialmente sensibles que podamos, claro, pero sin llegar a hacer campañas educativas y que al final no vendas nada y tengas que cerrar, cada uno tiene que hacer su papel.

- Con independencia de lo que los niños piden, ¿cuál es el mejor juguete, el que los pequeños necesitan?

- El mejor juguete es siempre con el que más juega el niño porque es el que más le divierte, es el que le proporciona la satisfacción de un reto cumplido. El niño no quiere jugar a lo que ya sabe hacer, quiere jugar a algo que le rete y que le ayude a desarrollar sus capacidades.

- ¿Existe una lista de juguetes peligrosos o no recomendados que los padres puedan consultar?

- No, y menos desde la industria, esto es a criterio de cada consumidor.

- La pasada Navidad, la OCU informó de que los juguetes estaban más caros que un año antes (subidas de cinco o hasta diez euros para el mismo producto), ¿por qué?

- Esto se debe al incremento de costes y a la ley de la oferta y la demanda. Si me dijeras que los precios de los juguetes en el término medio han subido un 60%...pero dentro de la libre competencia del mercado me parece algo sano y normal.

- El consumo de juguetes en España está muy marcado por la estacionalidad (entre el 70% y el 80% de las ventas se concentran en Navidad), ¿cómo lo combaten desde el sector?

- Solo se combate a largo plazo, logrando tener la percepción de que el niño necesita jugar y jugar bien los 365 días del año. Ahora en España cada niño recibe una media de ocho juguetes al año.

- Sí, la cifra ha caído tres puntos con respecto a la de 2010.

- Exacto, por la crisis. Ocho juguetes al año por cada niño. Si de ellos la mayor parte se entrega en la noche de Reyes, me pregunto qué importancia tiene entonces el juego para nosotros. En el Reino Unido, por ejemplo, cada niño recibe al año una media de 40 juguetes, esto es casi cuatro veces más. En España reducimos el juego a una noche al año, no puede ser.

- Sin embargo los expertos aconsejan apostar más por la calidad que por la cantidad: no más de cuatro juguetes por niño cada Navidad...

- Sí, claro, hay que apostar por la calidad, pero ¿y al año? Por eso tenemos estacionalidad en España porque hablamos de Navidad, pero el niño es niño 365 días al año.

- Usted, como padre, ¿cuántos juguetes cree que debería recibir un niño cada año?

- Pues tantos como les pueda prestar atención, porque es buena la diversidad de juego, el niño quiere jugar porque está aprendiendo. No puede querer jugar a lo que no conoce, tiene que conocerlo primero y si después de conocerlo no le gusta lo abandona y juega a lo que de verdad le interesa. Pero tiene que haber una diversidad de juguetes para que exista también una diversidad de juego, que es lo que le aporta valor y crecimiento como persona al niño. Y en segundo lugar, el niño tiene que tener los juguetes necesarios o suficientes para no distraer su atención, si tiene demasiados acaba jugando con las cajas y esa no es la intención del juego.

- ¿Pero 40 juguetes al año para un niño no le parece excesivo?

- ¿Para 365 días al año? me parece poco, de hecho. Lo que me parece una animalada es que los ocho se entreguen en un solo día.

- El juego es una necesidad fundamental en el desarrollo de los niños, pero parece que cada vez juegan menos...

- Ahora tienen menos tiempo para jugar, eso es cierto, pero jugar los niños juegan igual. Lo que ocurre es que juegan a cosas que no son de niños: con el móvil, las tabletas, consumiendo contenidos en medios digitales que tal vez no están diseñados para su edad...ese es el problema.

- El sector se prepara para la campaña de Navidad con un aumento de las ventas. ¿Cuál es la salud de la industria?

- Somos el segundo país productor de juguetes de la Unión Europea por detrás de Alemania, un mercado cuatro veces mayor que el nuestro. Hemos pasado una crisis no con demasiadas víctimas, algo llevadero. El año pasado ya tuvimos crecimientos y este año el primer semestre ha sido espectacular. Hemos tenido este 2016 varios meses consecutivos con crecimientos del 10%, lo cual refleja una recuperación del consumo.

- Durante el primer semestre del año, el acumulando mostraba un crecimiento de casi un 6% con respecto a 2015, sobrepasando los 211 millones de euros. ¿A qué se debe el repunte de este 2016?

- Es una mezcla, una mejora del consumo, una mejor perspectiva de la economía en general, un cierto optimismo, euforia, ganas de salir de donde estábamos...Aquel que puede, claro, porque cierto es que hay buena parte de la sociedad que todavía no lo consigue. A pesar de la bajada de natalidad, este año ha habido un mayor consumo y además las empresas han desplegado velas ante esta nueva situación de esperanza. Los proyectos expansivos estaban parados por la crisis, pero a poco que ha soplado el viento han empezado a notarse las apuestas por innovar y apostar por las nuevas tecnologías en el sector, etc.

- ¿Exportamos más que antes?

- Estamos exportando 535 millones de euros, un 40% de la facturación, a los mercados más exigentes del mundo: la Unión Europea (UE) y Estados Unidos. El año pasado las exportaciones subieron más de un 20% y este año las previsiones dicen que lo hará en torno a un 4%.

- ¿Cuál es el principal mercado exterior del juguete español?

- Nuestros vecinos: Portugal, Francia e Italia. La UE demanda el 70% de lo que exportamos y después están EEUU, México, Rusia...los mercados grandes.

- ¿Y a quién importamos?

- Importamos muchísimo, como en todos los mercados, principalmente de China, la gran fábrica del mundo en productos de consumo y de juguetes también, claro.

- ¿China nos hace mucho daño como competidor?

- Lo que nos hace daño es la competencia desleal. En un mercado globalizado, una industria como la española capaz de saltar barreras y vender fuera de sus fronteras un 40% en los mercados más exigentes tiene que ser igual de bueno buscando los factores que le puedan dar competitividad a esa oferta para fabricarlos donde sea necesario hacerlo, eso sí, es una apuesta de futuro hacerlo sobre tus valores de marca: calidad, seguridad, responsabilidad...da igual donde los vendas y donde los hagas, pero tienes que hacerlo bien para poder venderlo bien.

- ¿Qué juguetes exportamos y qué juguetes importamos?

- Nosotros somos fuertes en la fabricación de muñecas, juguetes grandes y en los juegos de mesa, esa es nuestra industria. Importamos lo pequeño y lo que requiere mucha mano de obra y precio muy bajo de venta, poco valor, y mucho tecnológico, que no se fabrica aquí.

- El sector en España es de unos 180 fabricantes que emplean a 4.000 empleos directos ¿Cómo compite el juguete español, cuál es su baza?

- Nosotros no competimos en precio independientemente de donde lo hagamos, competimos en originalidad, estricto cumplimiento de las legislaciones y en todo lo que podemos en valor de juego.

- ¿Cuántas empresas y empleos genera el sector juguetero en nuestro país?

- El sector en España es de unos 180 fabricantes que emplean a 4.000 empleos directos y, por la estacionalidad, a unos 20.000 de forma indirecta, sin hablar de la distribución ni las ventas.

- ¿Qué supone para usted ser presidente de la patronal europea del juguete?

- El año que viene cumplo diez años en este cargo. Lo primero que me sale es a título personal porque mi bisabuelo ya era fabricante de muñecas, con eso ya te lo digo todo. Profesionamente es un sector maravilloso, tienes que hacer productos que divierten a los niños y eso es todo un privilegio.

- ¿En qué ha cambiado el negocio desde que usted llegó?

- Cuando yo empecé el sector procedía de una época en la que había un exceso de demanda y poca oferta, con lo cual, con dominar un proceso productivo, el plástico, antes hacías lo que hacías y se vendía, el diseño realmente no era importante. Pero ahora hemos pasado a un proceso más difícil en el que para vender hay que transmitir algo, que el producto tenga una historia que contar. El consumidor aunque sea un niño es más complejo. Tener que contar historias con un producto físico que no deja de ser un proceso plástico industrial de hace casi dos siglos, de finales de 1800, a mí me parece algo impresionante.

(Verónica Vicente, 20 Minutos)