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Aumentan masacres y "delitos de hambre" en Venezuela por crisis, según ONG

Las masacres y los "delitos de hambre" aumentaron en Venezuela durante 2016, según la ONG Observatorio Venezolano de Violencia (OVV) que señaló hoy a la profunda crisis económica como uno de los catalizadores de estos indicadores.

La organización no gubernamental informó este miércoles de que el país registró 28.479 asesinatos este año, cifra que supera los 27.875 casos documentados en 2015 y que arroja un índice de 91,8 homicidios por cada 100.000 habitantes.

Indicó, además, que Venezuela contabiliza entre 1 y 4 masacres (tres o más homicidios en un mismo hecho) cada semana y experimenta "un fenómeno nuevo" que es la aparición de delitos y de violencia vinculada al hambre, una modalidad que involucra a delincuentes amateur que hurtan ya no productos suntuarios sino alimentos.
El director de la ONG, el sociólogo Roberto Briceño León, aseguró en rueda de prensa que estos números ubican a Venezuela como el segundo país más violento del mundo, precedido por El Salvador y seguido por Honduras, que registran 103 y 59 homicidios por cada 100.000 habitantes, respectivamente.

Aunque aclaró que esta clasificación excluye a países con conflictos armados o guerras, afirmó que en algunos casos Venezuela supera en número de homicidios a naciones que han sufrido bombardeos masivos.

La fiscal general de Venezuela, Luisa Ortega Díaz, indicó en febrero que el índice de homicidios en el país se ubicaba entonces en 58,1 por cada 100.000 habitantes.

Sin embargo, Briceño León explicó hoy que el delito y la respuesta policial se hicieron este año más violentas por el uso de armas de guerra, y atribuyó esta realidad a la "destrucción de la institucionalidad y reglas de juego" por parte del Gobierno del presidente Nicolás Maduro.

"La partidización del sistema de justicia, el desconocimiento e intento de control sobre el poder Legislativo (de mayoría opositora) y el bloqueo de los mecanismos electorales han creado una situación de tensión importante en la sociedad", sostuvo, tras asegurar que lo político incide ineludiblemente en los indicadores de violencia.

Todo esto, aunado al "empobrecimiento generalizado de la sociedad", a la escasez y carestía de productos, así como a la carencia y deficiencia de servicios básicos, aumentó la irritabilidad y agresión durante 2016, según el especialista.

Por ello, según el OVV, se dispararon en todo el país los casos de linchamientos que causaron al menos 120 decesos, así como los crímenes por encargo, que arrojaron un promedio de entre 1 y 4 por semana.

Briceño León sostiene que todo esto generalizó el miedo y la pérdida de libertades entre los ciudadanos que, en algunos casos, optan por no salir de sus casas en horas de la noche, y entre los comerciantes, que ocasionalmente cierran sus negocios más temprano para evitar robos o saqueos.

Además, provocó el "desplazamiento de civiles" que huyen de la violencia, algo que, afirmó, es "inédito" en un país que recibió a miles de inmigrantes durante décadas y que ahora ve partir a segundas o terceras generaciones hacia sus países de origen, entre los que el OVV menciona a Colombia, España e Italia.

El director del Observatorio subrayó también que este año aumentaron las renuncias de policías debido a la "victimización" que, dijo, han sufrido estos funcionarios por los bajos salarios, una desprotección ante organizaciones delictivas y por la impunidad.

Sobre este último punto, el sociólogo denunció que apenas nueve personas son detenidas por cada 100 asesinatos y que el "deterioro del sistema penal" ha ocasionado más retardo procesal al hacer que miles de presos permanezcan en calabozos durante meses pese a tener órdenes de traslados a cárceles comunes.

Briceño León precisó que Caracas es la capital más violenta, aunque agregó que hay localidades menos pobladas que registran índices de homicidio superiores.

Pero señaló que Caracas es hoy día 14 veces más violenta que Sao Paulo (Brasil), 10 veces más que Bogotá (Colombia) y 15 veces más que Ciudad de México (México).

Explicó que en vista de la "censura oficial" este balance se basó en observatorios regionales de violencia, registros de prensa, datos primarios de funcionarios públicos que trabajan en el sistema de justicia y otras aproximaciones rigurosas y "científicas".

En este sentido, dijo que, del total de muertes violentas, 18.230 constan en expedientes del sistema de Justicia, 4.968 fallecieron por heridas de bala y quedaron asentadas como "averiguaciones", y 5.281 al oponer resistencia a las autoridades, una modalidad que "aumentó" su porcentaje del 65 al 79 % este año.

"Esta violencia que padecemos no es una maldición irreversible que nos cayó del cielo, esto es el resultado de políticas públicas equivocadas que, cambiándolas, esta situación podrá revertirse", agregó el especialista tras admitir que las cifras del OVV corren peligro de estar sobrestimadas o subestimadas.

(EFE, El Día)