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Carles Puigdemont se declara 'a punto' para un referéndum

“Estamos a punto y lo demostraremos”. Carles Puigdemont se declara preparado para celebrar un referéndum “legal y vinculante” sobre el futuro de Catalunya en un 2017 que considera que será un año “clave” y de “gran trascendencia para nuestro país”, según subraya en el mensaje de Año Nuevo dirigido a los ciudadanos de Catalunya desde el Saló Verge de Montserrat del Palau de la Generalitat.

Un referéndum que será legal “porque se convocará de acuerdo con el mandato de las leyes” y que será también vinculante “porque el resultado que decidáis los ciudadanos de Catalunya será el que el Govern y el Parlament tendrán que aplicar sin dilaciones ni excusas”.

El presidente de la Generalitat recuerda, en este sentido, que la celebración del referéndum forma parte del compromiso –adquirido cuando hace casi un año asumió el cargo– de “llevar al país de la postautonomía a la preindependencia”, de acuerdo con “un mandato que surgió de las elecciones del 27 de septiembre del 2015” y que subraya que el Govern “está cumpliendo fielmente”, porque “se espera que un gobierno cumpla su compromiso y busque la manera más acertada de poderlo cumplir”.
En su primer mensaje de Año Nuevo como presidente de Catalunya, y en una intervención más breve que las que solía protagonizar Artur Mas, Carles Puigdemont reivindica que, precisamente en relación al referéndum, el Govern “ha hecho del diálogo su instrumento para trabajar desde el primer día tanto con la oposición en el Parlament como con el Gobierno del Estado”, pero lamenta los resultados desiguales que ha cosechado y, sobre todo, la falta de receptividad por parte del Gobierno de Mariano Rajoy.

“Hemos sabido tejer consensos amplios en Catalunya alrededor del referéndum, como se demostró en la reunión de la semana pasada en el Parlament, pero aún no hemos recibido respuesta a la mano tendida para pactarlo desde el Gobierno español”, explica el presidente de la Generalitat, que, a pesar ello, asegura que mantiene vigente la oferta de acuerdo con el Estado “que hice durante el debate de la cuestión de confianza y que reiteré en una conferencia en Madrid”.

“Continuaremos teniendo la mano tendida siempre, pero desde el compromiso y la fidelidad a nuestros principios”, remarca. Unos principios que Carles Puigdemont enfatiza que pasan por situar a las personas, “piensen lo que piensen, sean de dónde sean”, en el centro de “nuestra acción de gobierno”, con una “voluntad decidida de eficacia, compromiso y sensibilidad social, buscando el bienestar para todos los catalanes sin excepción”. Es decir, la traducción social del proceso soberanista, que, a su juicio, es la auténtica razón de ser del proyecto de independencia de Catalunya.

“El nuevo marco es una gran oportunidad para nuestro país, pero también tendremos que velar para que sea motivo de equidad y de incluso social”, sostiene el presidente de la Generalitat, que avisa que, en todo caso, el crecimiento económico puede no ser suficiente para garantizar la mejor política social y será preciso que las instituciones catalanas y europeas actúen para que “nadie se quede atrás”.

“Para esto queremos y tenemos el derecho a decidir”, proclama Carles Puigdemont, que asegura que ni a él personalmente ni al Govern que encabeza les faltarán “valentía y coraje” para afrontar “los retos que tenemos planteados” el 2017: “Catalunya se ha ganado su reconocimiento como nación en el marco de una Europa que queremos más unida, más segura y más democrática. Son tiempos de decisiones y este año trabajaremos con este objetivo, manteniendo la cohesión social que siempre ha caracterizado a Catalunya y trabajando para mejorar las condiciones de vida de su gente”.

Más allá de la realidad de Catalunya y de las perspectivas para el 2017, el presidente de la Generalitat aprovecha también el mensaje de Año Nuevo para realizar una referencia a las oportunidades e incertidumbres que se derivan de la globalización y advertir de los riesgos que conlleva.

El ascenso de los populismos, la persecución de libertades fundamentales en democracia, como la libertad de expresión, la persistencia de los conflictos armados y las crisis humanitarias que se derivan, continúan siendo asignaturas pendientes que la humanidad debe afrontar”, resalta Carles Puigdemont, que propone su propia receta para hacer frente a la situación: “Falta valentía y coraje para encarar estos retos sin caer en la receta fácil de la demagogia”.

(Josep Gisbert, La Vanguardia)