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Israel frena la nueva ampliación de sus colonias tras la presión internacional

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, frenó ayer la aprobación de nuevas viviendas en colonias judías en el territorio ocupado de Jerusalén Este, horas antes del esperado discurso en Washington del secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, sobre la resolución del conflicto palestino-israelí. La decisión tiene lugar después de que el pasado viernes el Consejo de Seguridad de la ONU aprobase -con la vital abstención de Estados Unidos- la resolución 2334, una dura condena a las colonias israelíes que pide su cese “inmediato” y “completo” y que supuso el mayor choque entre Netanyahu y Barack Obama de los últimos ocho años.

El Comité Local de Planificación y Construcción de Jerusalén tenía previsto aprobar ayer a la mañana permisos para edificar 492 viviendas en las colonias judías de Ramot y Ramat Sholmo, pero la votación fue retirada del orden del día “a petición del primer ministro”, explicó Hanán Rubín, miembro del comité. El motivo es “evitar un conflicto” con la Administración Obama y “que la comunidad internacional relacione” la aprobación de estas viviendas con la condena de la ONU a las colonias y el reproche sobre este asunto que se espera haga Kerry, señaló Rubín.

Se trataba, en concreto, de 316 apartamentos en Ramot y otros 174 en Ramat Sholmo, colonias ilegales en territorio palestino ocupado para la comunidad internacional y que Israel define como barrios judíos en la parte oriental de la ciudad, que ocupó en 1967 y se anexionó en 1980 en una decisión no reconocida por ningún país. El vicealcalde de Jerusalén, Meir Turjemán, había advertido de que este era un primer grupo de viviendas, de unas 5.600 que serían aprobadas próximamente.
No obstante, la alcaldía de Jerusalén aprobó ayer casi a escondidas la construcción de un edificio de cuatro plantas en el corazón del barrio palestino de Silwán, en la parte este ocupada de la ciudad, denunció la ONG Ir Amim. El proyecto, que fue debatido en la Comisión de Planificación Urbanística, pertenece a la fundación de derechas Ateret Cohanim, que en las últimas décadas se dedica a adquirir edificios palestinos, o propiedades en situación de abandono legal, para instalar allí a colonos judíos. “Mientras la atención estaba puesta en la cancelación de los debates sobre los proyectos para 618 viviendas en territorio ocupado, la Comisión aprobó el polémico proyecto del edificio en uno de los barrios más explosivos de Jerusalén Este”, afirmó en un comunicado la ONG.

El edificio en cuestión será levantado en una parcela conocida como Batan Al-Hawa, epicentro de los esfuerzos legales de la fundación nacionalista judía en ese barrio, que durante 2015 condujeron a la expulsión forzosa de quince familias palestinas, amenazando aún a otras cien. La parcela se encontraba desde hace años bajo administración del Custodio General del Estado israelí, dado que pertenecía a palestinos que dejaron la ciudad en alguna de las guerras y que no han podido regresar.

Ir Amim denuncia que el Custodio la vendió a la fundación en un proceso sin concurso destinado a afianzar la presencia judía en esa zona palestina. El nuevo edificio estará ubicado frente a otro de la misma fundación conocido como Casa Yonatán.

- La postura de Estados Unidos.

Ante esta situación, el secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, dio ayer los parámetros de Washington para un futuro acuerdo entre las partes, unas líneas que la comunidad internacional podría decidir hacer suyas en la conferencia sobre Oriente Medio que se celebrará en París a mediados de enero. Entre otras cosas, aseguró que la “solución de dos Estados” es la “única forma” de lograr una paz “duradera” en el conflicto entre Israel y Palestina.

Kerry defendió así la decisión de su Gobierno de no emplear su poder de veto en la votación de la resolución 2334. “Esa votación tuvo como objetivo defender la solución de dos Estados”, dijo Kerry, cuyo Gobierno había protegido a Israel en el pasado de resoluciones parecidas a la aprobada el día 23 pese a oponerse a su política de establecer nuevas colonias en territorios palestinos. La decisión de no oponerse fue adoptada “de acuerdo con nuestros valores”, afirmó el secretario de Estado sobre la resolución, que fue aprobada con catorce votos a favor y la única abstención de Estados Unidos.

Kerry aprovechó también para criticar al Gobierno del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, que calificó como el más inclinado a la derecha de la historia del país y con una “agenda impulsada por los elementos más extremistas”. “La ampliación de los asentamientos no tiene nada que ver con la seguridad de Israel”, señaló tajantemente Kerry, que reconoció, no obstante, que los asentamientos no son “el principal motivo” del conflicto, aunque sí entorpecen una posible solución.

Su discurso tuvo lugar semanas antes de que Obama sea reemplazado por Donald Trump en la Casa Blanca (el 20 de enero) y en uno de los momentos más tensos en las relaciones entre Estados Unidos e Israel.

Este año, Israel ha triplicado los permisos para casas en colonias en Jerusalén Este respecto a 2015: se han aprobado planes para 1.506 viviendas, frente a las 775 del pasado año y 395 de 2014, informó esta semana el diario Haaretz. Este crecimiento, señala el rotativo, ha ido en paralelo con el aumento de demoliciones de viviendas palestinas, la mayoría de ellas por no contar con unos permisos municipales que, según la ONU, son prácticamente imposibles de obtener.

Alrededor de 300.000 palestinos viven en la parte oriental de Jerusalén -que estos reclaman como capital de su futuro estado-, una zona en la que también residen unos 200.000 colonos judíos en 25 asentamientos, según datos de la ONG israelí Shalom Ajshav (Paz Ahora).

(Ana Cárdenes, Deia)