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El Gobierno admite contactos “no siempre públicos” para desbloquear el conflicto catalán

El delegado del Gobierno en Cataluña, Enric Millo, ha admitido este domingo que se están produciendo “encuentros” discretos entre representantes del Ejecutivo central y la Generalitat que, ha dicho, “no siempre son públicos” para tratar de desbloquear el conflicto institucional entre los dos gobiernos. Esas reuniones, que también se están dando con representantes de la Administración local, buscan resolver un paquete de 45 reinvindicaciones que el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, entregó al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en abril del año pasado, tal y como avanza hoy EL PAÍS. Solo una de las demandas de Puigdemont quedaría fuera: el reférendum unilateral que quiere convocar este año el Gobierno de Junts pel Sí. Sin embargo, la portavoz del Gobierno catalán, Neus Munté, ha negado que la Generalitat haya recibido de Rajoy "ninguna oferta de diálogo ni ninguna propuesta para sentarse y hablar como personas civilizadas, como en un estado democrático tiene que ser" y ha afirmado que esos 46 puntos (incluyendo el referéndum) llevan casi un año "intactos en su incumplimiento".

Millo ha abogado en una entrevista al canal 3/24 por seguir con el diálogo entre los dos ejecutivos. Las conversaciones, según ha dicho, son "permanentes", y se dan no solo con el Gobierno de Puigdemont, sino también con representantes de las Administraciones locales, incluido el Ayuntamiento de Barcelona, liderado por Ada Colau. La intención, ha afirmado, es dar respuesta a las demandas que le trasladó elpresident. Estas se basaban sobre todo en la mejora de la financiación, infraestrucutras estratégicas como el Corredor Mediterráneo o Cercanías, a relajar los objetivos de déficit o a aplicar un interés del 0% en los préstamos del Fondo de Liquidez Autonómico (FLA).

En la entrevista, Millo se ha referido sobre todo a la financiación y a las infraestructuras, y ha recordado que estas pueden ser mejoradas sin necesidad de reformar la Constitución. Eso sí, en la oferta de Rajoy, ha añadido, quedará fuera el referéndum que piden las fuerzas soberanistas. “Diseñemos entre todos un camino alternativo al de la colisión que supone convocar un referéndum ilegal”, ha insistido el delegado del Gobierno, quien en cambio ha advertido de que para llevar a cabo esas mejoras es necesario “sentarse para hacerlo”. “Si la Generalitat no quiere es un problema”, ha afirmado en alusión a la ausencia de la Generalitat en la Conferencia de Presidentes y en la comisión se expertos por una mejora de la financiación.
Desde que Rajoy empezara su segunda legislatura al frente del Gobierno, se han multiplicado las visitas a la comunidad de ministros y, en especial, de la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, quien mañana volverá a Barcelona, en una entrega de premios en la que coincidirá con el vicepresidente de la Generalitat, Oriol Junqueras. Ambos se han reunido ya con anterioridad, sin ir más lejos, el mes pasado en la sede de Economía de la Generalitat. Precisamente, en esa reunión ya se abordaron dos apartados. Uno, el reférendum, en el que la posición de ambos chocó de nuevo, puesto que Junqueras dijo que este se celebraría con o sin acuerdo con el Estado y Santamaría negó que ello fuera posible. Y dos, las 45 reivindicaciones de la Generalitat, donde las opciones de acuerdo quedaron ya más abiertas, aunque este domingo la consejera Neus Munté ha afirmado que esos puntos están "intactos en su incumplimiento". "Lo único que recibimos son amenazas de inhabilitación y que el diálogo se tiene que limitar a hablar de lo que ellos quieren", ha añadido.

Millo aseguró que la vicepresidenta llega mañana con una agenda que va más allá del acto al que acude. “Tendrá contactos a lo largo del día con personas y entidades que no necesariamente se harán públicas”, ha asegurado el delegado del Gobierno sobre la visita de mañana de Sáenz de Santamaría, que aprovecha sus viajes a la capital catalana para hablar también con representantes del mundo empresarial y la sociedad civil barcelonesas.

Ciudadanos, por su parte, se ha ofrecido al Gobierno central como interlocutor con Cataluña para posibles mejoras. Su secretario de Comunicación, Fernando de Páramo, ha presentado al primer partido de la oposición en el Parlament como vía para el diálogo al considerar que Puigdemont no es un "interlocutor válido" tras su auscencia en la conferencia de presidentes autonómicos. "Ha dejado claro que no quiere dialogar ni hablar de reformas", ha sostenido De Páramo, quien ha señalado que las reuniones entre la vicepresidenta e Inés Arrimada, líder del partido en la Cámara catalana, son un ejemplo de la "voluntad de Ciudadanos de negociar" asuntos como el Corredor Mediterráneo o Cercanías.

(Lluís Pellicer, El País)