Más de 11.000 entradas y 1.050.000 visitantes desde el 9 de octubre de 2011

Ese socialismo o ninguno (Tasio Oliver)

Responsable de Servicios Sociales y Consumo de IU

Escribo esta aportación desde la certeza, apesadumbrada, de que el socialismo en España nunca ha existido. Y si no ha existido socialismo como tal, el amago socialdemócrata que ha supuesto el trasiego político del PSOE en estos 40 años, ha sido convenientemente desmontado por unas élites orgánicas aliadas ya descaradamente con los intereses de las grandes corporaciones nacionales.

La memoria de los tímidos logros de ese trasiego ha sido ultrajada por un vaciamiento progresivo, una cobardía política evidente y un desdibuje absoluto en cuanto a sus preceptos sociales, territoriales y democráticos en la última década.

Lo peor y más doloroso para millones de votantes que se sintieron socialistas, es ver a esa élite reivindicarse a sí misma y reclamarse hasta el paroxismo en posesión de la sanidad o la educación públicas españolas, cuando más que logros, en aquél momento, eran un mínimo común denominador de equiparación a la Europa a la que aspirábamos a pertenecer. Caer en un nefasto populismo de corte victimista, españolista y conservador, ha sido triste para el espectador cariñoso con su idea.
El socialismo como tal, en España, está por fraguar, bajo mi punto de vista. Pero ese punto de vista es cada vez más evidente también para aquellas amplias capas de la población española que se consideraban cercanas a ese enorme actor político que tanto significo electoralmente.

El desnudo integral del PSOE en la última década, abre una oportunidad evidente para todos aquellos que nos consideramos, sin ambages y desde hace años, parte de la tradición de cierto socialismo democrático de izquierdas y hemos sido aspirantes a crear ese verdadero espacio en el que aquel socialismo real, coherente ideológica y democráticamente y con apuestas de Estado nítidamente federales y solidarias, cuaje junto a otras muchas opciones hermanas: el tercer espacio le llamamos, que nacerá, lo hemos teorizado ampliamente y acertando casi siempre en los análisis de oportunidad, de la previa configuración de una plataforma plural, amable, horizontal y abierta, en el que muchos que perseguimos lo mismo podamos encontrarnos sin renunciar a nuestras señas. Frente Amplio. Pero esto es manido ya. Y ni IU antes, ni parece que ahora PODEMOS, aciertan a cuajarlo.

Debemos, las organizaciones de izquierda de todo el Estado, conseguir desbancar al rancio aparato e instrumento de poder en que se ha convertido este PSOE conservador (con sus muy honrosas excepciones); superar a cierto ciudadanismo progresista que no termina de decidir qué quiere ser de mayor (si aspirar a un programa transformador o meramente a proclamas vacías de contenido); y trascender al eterno quiero y no puedo de IU, iniciativa aglutinadora y muy novedosa en su origen, pero que ha resultado en el tiempo un mero reducto en el que a lo largo del tiempo las corrientes renovadoras del PCE han intentado establecer diálogo con otras familias de la izquierda alternativa, con escaso éxito.

¿Dónde está el socialismo? Pues en todas partes, en cuanto a los ímpetus y necesidades inmediatas de los españoles y españolas, y en ningún lado, en cuanto a que existe cierta orfandad política que articule con éxito una respuesta real y ganadora a esa situación social.

Ese ansiado tercer espacio, que algunos hemos intentado crear tras preconizarlo durante años en el desierto, o en supuestos oasis de la izquierda pero vetados a la inmensidad de la misma, está por hacer. Y lo vamos a cuadrar.

(Espacio Público)