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Si no puedes ganar, no pierdas (Iñaki Anasagasti)

Nunca pensé iba a presenciar una votación similar en el Parlamento Catalán este viernes. La presidenta Forcadell, sin mucha mano izquierda, no ha dejado hablar a los presidentes de los Grupos. Parecería que lo que iba a suceder se trataba de una votación más. Y si algo era, era la Votación por antonomasia, aunque parlamentariamente, esta declaración ha reventado todos los reglamentos y consultas e indicaciones de los letrados. Se ha hecho en el Parlamento, pero sin las leyes del Parlamento y, al final sin la épica de una declaración de independencia con todos los sacramentos. Confío en que la declaración, algún día, de la independencia vasca, tenga una mayor solemnidad.

Sabemos que esa foto es efímera, y no por voluntad catalana sino por voluntad de una España que nunca se ha puesto a pensar el por qué ha ocurrido lo acontecido. Su Constitución, con una soberanía residenciada en una España una e indivisible, hará el resto. En 1978 no abordaron que en el estado español había cuatro naciones, Galicia, Euzkadi, Catalunya y España y al final si la realidad se ignora, ésta se toma su venganza. Y hoy lo ha hecho. Aunque sea por horas.

Lamento que la mediación del Lehendakari Urkullu y del presidente del EBB, Andoni Ortuzar no hubieran logrado unas elecciones anticipadas firmada la disolución del Parlament por el President Puigdemont. Hoy no habría tanta alegría en Catalunya pero el destino de su autonomía estaría en el Palau y no en La Moncloa, que no es lo mismo ni se escribe igual, y sobre todo hubiera dejado a la comunidad catalana tocada pero no dividida en dos abismos. De ahí el título, de si no puedes ganar, porque España con su armadura existe y te lo impide, por lo menos no pierdas.
Rajoy está crecido. Tiene a su favor al PP, al PSOE y a Ciudadanos, asi como a la Europa oficial, y al mundo económico, así como a toda la Brunete Mediática y a ese españolismo de garrafa que saca su bandera, y se acuerda de Franco, así como las encuestas todas a favor. La bicha, semidormida, se ha despertado y eso no es bueno, ni para Catalunya, ni para Euzkadi. Y de ahí la importancia de las gestiones del Lehendakari y del presidente del EBB.

En política y en la vida, no hay que confundir deseos con realidad, y el deseo de la independencia para Catalunya o para Euzkadi es un deseo que hay que lograrlo, pero que no lo logrará Catalunya en esta oportunidad. En breve estará mucho peor que antes y aunque la historia tiene ciclos y volverá Els Segadors a dar su Bon Cop de Falc! vienen momentos muy duros en la nación hermana.

De todo este proceso lo que no me ha gustado es el protagonismo de la Cup, un grupo antisistema, ni que los partidos cedan su protagonismo a organizaciones ciudadanas que no se cuentan en las elecciones. Y ese modelo de voladura de CIU, de dimisión de Artur Mas, y de protagonismo de estas Asociaciones no lo quiero ni de lejos para mi país, aunque Bildu nos señale con el dedo y nos tilde de tibios estatutistas. Me dá igual. Con ellos Euzkadi estaría hoy en los huesos en contraste por lo hecho por el nacionalismo institucional que está poniendo a nuestra Patria en su rampa de salida fortaleciéndose cada día y recuperando un prestigio que el terror de ETA arruinó.

Una sociedad debe velar por su cohesión y por la convivencia y esa ha sido hasta hoy la política del Lehendakari y del Gobierno Vasco, superando y denunciando las cargas policiales, la falta de sensibilidad de una administración española y madrileña arrogante, las declaraciones de políticos españoles de trinchera, la puesta a punto de un ignoto artículo 155 de una Constitución que le da al Senado la infausta competencia de tener a su cargo una guillotina, sin que en cuarenta años hayan sido capaces de darle utilidad a una cámara territorial, porque en cuarenta años, no ha habido esa política territorial. Patético.

Catalunya ha ganado horas de gloria, pero va a perder, momentáneamente, mucho de lo que tenía. Un desastre, aunque se haya tratado de que no se produjera por unos dirigentes vascos que creen militantemente que todas las libertades son solidarias. ¡Visca Catalunya Lliure!

(Deia)