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Rajoy convoca al constitucionalismo ante la toma de posesión de Torra

Con sonoras diferencias de fondo y claramente condicionados por el ciclo electoral que arranca en apenas un año, PP, PSOE y Ciudadanos se preparan para seguir los primeros pasos de Quim Torra como nuevo presidente de la Generalitat de Cataluña. Los tres valoran ya la posibilidad de tener que recurrir de nuevo a la Constitución y al artículo 155, constatado el perfil y el carácter rupturista del sucesor de Carles Puigdemont. El PSOE se sumó ayer con claridad a la posición del Gobierno: si el nuevo Govern se instala en la ilegalidad, se volverá a responder.

En La Moncloa se siguió de cerca la segunda jornada del debate de investidura de Quim Torra para tomar buena nota de los desafíos y amenazas del separatista radical. El Gobierno estará muy atento a partir de ahora a la toma de posesión de Torra, y de sus futuros consejeros, y si los servicios jurídicos consideran que esos actos se producen fuera de Derecho, se actuará, según fuentes de La Moncloa.

En el Gobierno explican que en ocasiones anteriores ya se ha estudiado la posible impugnación de los actos de jura o promesa al tomar posesión un cargo público, pero hasta ahora no se había actuado «porque es un asunto muy complejo». El acatamiento de la Constitución «por imperativo legal» ha tenido vía libre durante décadas, así como las coletillas que se añaden. Por eso, en La Moncloa subrayan que «dependerá de lo que diga» Torra en esta ocasión, y se observará si se sitúa fuera del Estado de Derecho desde ese primer momento.
Rivera ha venido criticado con dureza a Rajoy por su «dejación de funciones» en Cataluña al aplicar el 155 y le ha exigido que mantenga vigentes las medidas excepcionales. Según el acuerdo aprobado en el Senado, el 155 solo dejará de estar en vigor en Cataluña cuando se forme el nuevo Gobierno, pero si Torra comete alguna ilegalidad antes, las medidas excepcionales seguirían en marcha. Esa es la posición que mantiene Ciudadanos, que cree que ya existen ahora mismo argumentos de sobra para proceder a la extensión del 155. El número dos de Ciudadanos, José Manuel Villegas, aseguró que la Constitución no exige que haya «hechos reiterativos, sino que haya desobediencia a normas o que se vaya en contra de los intereses de España».

En este sentido, insistió en que el discurso de investidura de Torra no es más que un «programa lleno de ilegalidades que es contrario a los intereses de España». «No tenemos que esperar a que se declare por segunda vez la república catalana. Le pedimos al Gobierno que no pierda tiempo como la vez anterior, cuando hubo de por medio un pseudoreferéndum», reclamó Villegas.

Con la presión de Ciudadanos en aumento, Rajoy se puso ayer manos a la obra para recomponer la unidad constitucionalista. Es un objetivo totalmente prioritario para el Gobierno a la hora de hacer frente al desafío soberanista. Hoy a las 9.30 se reunirá con Pedro Sánchez, y el jueves, a la misma hora, con el presidente de Ciudadanos.

El anuncio de la cita con Rivera se hizo público algo después, ya que la formación liberal tardó en responder la llamada del Ejecutivo. Entre los dos encuentros, Rajoy viajará a Bulgaria para reunirse con los jefes de Estado y de Gobierno de la UE.

Rajoy es partidario de esperar a ver cómo actúa realmente Torra, y comprobar si decide situarse fuera de la ley, u opta por seguir la vía de Roger Torrent, que consiste en provocar con palabras y jugar en el borde mismo del área, sin llegar a vulnerar la ley.

- Sintonía PP-PSOE.

En el PSOE también comparten esa disyuntiva. Ayer, en Segovia, el presidente del Gobierno garantizó con rotundidad que se cumplirá la ley y la Constitución, y envió un mensaje a sus socios constitucionalistas.

Les pidió dejar de lado la ansiedad y poner más mesura en este momento, «que no es fácil», dijo en un mensaje que parecía directo a Rivera. A la posición de Ciudadanos también se refirió el secretario de Organización, José Luis Ábalos, que pidió no entrar en respuestas que constituyan un «ataque de histeria».

El líder del Ejecutivo quiere ser optimista: «Vamos a apostar por el entendimiento y la concordia», eso sí, sin bajar la guardia un solo instante. «De la misma manera que digo esto y lo digo porque lo siento, yo garantizo que la Ley, la Constitución Española y el resto del ordenamiento jurídico se van a cumplir y creo que es bueno, para que nadie se llame a engaño, que haga esta afirmación», avisó Rajoy.

La posición de Moncloa encuentra encaje con el marco en el que se quiere mover el PSOE. Aunque en su discurso se insiste en la búsqueda de la «salida política», Ábalos dejó ayer claro que los socialistas están listos para volver a respaldar la aplicación del artículo 155. «Cuesta más la primera vez que la segunda. Volver a apoyar la respuesta constitucional no nos constituye ningún esfuerzo».

Pero siempre a partir de acciones concretas: «Hasta que no se produzcan hechos no merecen ser respondidos. Vamos a ser escrupulosos en esa respuesta»; y dejando claro que los términos podrían cambiar respecto a la anterior aplicación: «Era la primera vez. Todos parecían estar de acuerdo en que eran preciso unas elecciones», ha dicho Ábalos. En una forma de dar a entender que en caso de una nueva aplicación ésta podría ser más duradera. En la cúpula socialista cala la sensación de que en esta ocasión no habría que esperar tanto tiempo para aplicarlo.

(Mariano Calleja, Víctor Ruiz de Almirón, ABC)