Más de 11.000 entradas y 1.050.000 visitantes desde el 9 de octubre de 2011

Información y democracia en Brasil

Lectores corresponsales

El presidente, Jair Bolsonaro, se benefició en la campaña electoral de la difusión de noticias falsas sobre rivales y apuesta por las redes sociales frente a los medios clásicos

¿Es democrática la elección de un presidente que se vio beneficiado por la difusión de enormes cantidades de noticias falsas sobre sus oponentes? Puede que sea democrática, pero da una idea de la calidad democrática de la sociedad y del candidato elegido.

Lo que ocurrió con el tratamiento de la información en las últimas elecciones en Brasil y lo que viene ocurriendo en los primeros meses de gobierno del presidente Bolsonaro es digno de comentar porque parece que nos encontramos ante un patrón de actuación común que se está dado en otros países.

El presidente, ya desde que se presentó como candidato, se posicionó públicamente contra los medios de comunicación tradicionales a quienes declaró como “enemigos” a combatir.
Provoca, presiona, escandaliza, critica ferozmente y lanza a todos sus seguidores contra los medios y los periodistas que investigan sucesos que pueden perjudicar su imagen. Trata de desprestigiarlos para quitarles toda la credibilidad y, así, decidamos informarnos a través de otros canales donde esa información ya viene totalmente “cocinada”.

- Redes sociales. El instrumento.

Gestionó todo el flujo de información a través de las redes sociales, Facebook y sobre todo Whatsapp. No realizó ningún debate político y solo dio una entrevista a un medio, TV Record, propiedad del Obispo Macedo, conocido predicador evangélico muy afín a sus ideas. Para él las redes sociales no son un instrumento más de la comunicación, son “el instrumento”.

Porque le garantizan una libertad de acción que no tendría en los medios de comunicación que están más sujetos a responsabilidades. Necesita la polémica, el odio y el miedo y la victimización para movilizar a sus bases que lo apoyaron en las elecciones.

Busca la provocación, van donde saben que su mensaje no es bien recibido, para generar una reacción de alguien que igualmente nunca les votará, pero así se victimizan y cohesionan a sus simpatizantes.

La polarización ha hecho que el que no sea de extrema derecha, se le considera comunista, un enemigo a combatir. Sus canales de información son muy potentes. Por poner un ejemplo, de un día para otro, Brasil se despertó y todo el mundo hablaba de acabar con el régimen comunista del PT.

- Fake news. El enemigo comunista.

Uno de los países con mayor desigualdad del mundo, con mayor concentración de riqueza, el país de los complejos residenciales privados, cerrados y aislados, con las favelas como un ejemplo moderno de segregación, el país de las empleadas domésticas y de los ascensores de servicio, resulta que es el claro ejemplo del comunismo. Eso solo se puede conseguir con desinformación y con muy poca voluntad de información.

La sensación es que toda esta forma de actuar está muy bien pensada y podemos sospechar que viene de una única fuente ideológica sin saber muy bien a qué intereses obedece. Y la actuación también debe ser global.

Sabemos de figuras conocidas como Steve Bannon pero hace falta más, hace falta descubrir sus orígenes, saber el origen de su financiación y cuáles son sus intereses.

La extrema derecha de hace años daba miedo con solo verlos, pero ésta de ahora es más peligrosa porque, aunque defienden los mismos ideales, incluso te puede caer simpática. Sus eslóganes son diseñados para que sea difícil no apoyarlos: “por la familia”, “en contra de la corrupción”, “en contra del adoctrinamiento”, “por una sociedad más segura”, “por la libertad”, etc. Otra cosa es lo que hacen después y de qué forma.

- El método. Mentir vs desmentir.

Saben manejar a los medios de comunicación, prescinden de sus servicios porque no forman parte del “todo vale”, por ahora, pero, cuando quieren, saben atraer su atención con comentarios radicales que mayoritariamente se inventan o tergiversan a su beneficio. Tiene un primer impacto potente que es el que vale y si se comprueba que es falso, su rectificación, si llega, tiene un impacto mucho menor, con lo que salen ganando.

Hay una mayoría que vota en esos partidos que no comparten todo lo que hacen. Y es ahí donde se debe actuar. Sobre aquellas personas que por cualquier motivo sienten que son escuchadas pero que no aceptan el “todo vale por la causa”.

Bolsonaro fue elegido por el 56% de los votantes, pero solo es un 14% los que se consideran seguidores fieles de su ideología y métodos de gobierno. A ese 14%, que tiene mucha influencia, no les importa ganar haciendo trampas, pero el resto, que es la mayoría, necesitamos una información independiente y veraz.

Con la llegada de internet, como con cualquier gran invento de la humanidad, se nos señaló las grandes ventajas que eso suponía. Se nos prometió como una infinita fuente de conocimiento. De eso nadie dudó ni nadie duda de su importancia, pero de lo que nadie nos avisó era de que se convertiría en un altavoz, sin ningún tipo de responsabilidad, para los más radicales.

- Los peligros. Conocimiento vs opinión.

Y el objetivo es conseguir que perdamos la confianza en los medios de comunicación. Si consiguen esto habrán ganado la batalla del relato y ya no habrá forma de creer en nadie. Se producirá una atomización de la sociedad y la información se cambiará para siempre. Pasaremos de buscar información a buscar confirmación, pasamos del conocimiento a la opinión. Y son dos cosas muy diferentes.

El conocimiento se basa en los datos y las opiniones tienen una base emocional. Es como si habláramos lenguas diferentes, una persona que ya tiene una opinión formada, difícilmente la va a cambiar porque se le muestren datos que la contradigan o porque se le demuestre que los datos que maneja son falsos.

Las fakes news son el gran problema y un reto que nos permitirá ver hacia dónde evolucionar como sociedad. Causan gran inestabilidad a la sociedad, porque se precisa de mucha seguridad para ignorarla al primer vistazo si no tienes información veraz para contrastarla.

En Brasil, las fake news ya han causado muertes. Por eso a los medios de comunicación se les debe de exigir transparencia, independencia, investigación y rapidez para informar y destacar las falsedades. No se trata de un problema de los medios de comunicación, es un problema que nos atañe a todos.

Debemos reafirmar y valorar la libertad de expresión que sustenta la libertad de prensa, pero exigiendo asumir la responsabilidad que conlleva la repercusión de los medios de comunicación que deben ser transparentes y ajustarse a la verdad.

- Fake news. Un riesgo para la democracia.

Si se publica una mentira, alguien se debe de hacer responsable. Solo así se garantizará el futuro de la democracia. Nos encontramos en un momento crucial con la llegada de la revolución 5G que va a redefinir el futuro de la información y de los medios de comunicación.

Es el momento de pedir a los medios de comunicación que asuman un nuevo rol y su responsabilidad para con la sociedad. Su función, hoy más que nunca, es fundamental para consolidar la democracia.

Y es momento también de asumir la responsabilidad personal. Esto está pasando en Brasil y en otros muchos lugares del mundo. Es un movimiento global que, aun siendo minoritario, tiene mucha influencia.

Por eso todos debemos de responder con el conocimiento y el valor, proponiendo más que destruyendo.

(Rafael Martos, La Vanguardia)