“Ser mujer resta y eso es algo que tenemos que cambiar”
Libros
La presentadora publica el libro ‘Desplegando velas’, en el que reflexiona sobre feminismo con mujeres relevantes de la cultura, el deporte, la ciencia y la política de nuestro país
"El feminismo no entiende de políticas"
"Me asusté mucho, pero mi mente lo borró. No ha vuelto a mí hasta que cumplí los 40"
"Se espera mucho de nosotras y hay más estereotipos que giran en torno a la mujer que en torno al hombre”
Hace ya un tiempo que algo ha hecho clic en la mente de las mujeres. En diferentes partes del mundo, se ha visto como el Me Too se alzaba y señalaba con el dedo a los abusadores sexuales, siendo Harvey Weinstein el primero en hacer explotar este gran melón. Pero la sororidad ha ido más allá. En España, al igual que en otros países del mundo, se vio reflejado el 8 de marzo de 2018, día Internacional de la Mujer y, también la fecha en la que tuvo lugar la primera huelga feminista del país, que se ha repetido una vez más este 2019. Las mujeres unieron sus manos y gritaron al unísono: ‘¡basta!’. Basta a los abusos, a ‘manadas’, a la brecha salarial, a los estereotipos y al miedo. Entre muchas otras cosas.
“El feminismo no entiende de políticas, por ello nos une a todas. Vamos todas a una, y por eso es algo tan potente y a lo que muchos tienen miedo. Temor a que hagamos temblar los cimientos establecidos, que hace mucho que se tambalean por sí solos”, explica Cristina Villanueva. La periodista habla sobre todos estos temas en su libro ‘Desplegando velas’ y hace una reflexión conjunta junto con mujeres relevantes de la cultura, el deporte, la ciencia y la política de nuestro país.
“Buscaba referentes de mundos muy masculinizados, en los que a ellas les costara dejar huella porque, en cierto modo, las vetan […] Por ello he hablado con Zaida Cantera, para tratar de comprender mejor el complejo mundo del ejército; con Laia Sanz, con quien tenía muy claro que quería hablar ya que no resulta nada fácil destacar en el ámbito deportivo; con Iciar Bollaín, una de las pocas cineastas de nuestro país que ha logrado hacerse un hueco en la cima; o con María Blasco, que se ha propuesto desmontar los estereotipos de las científicas desde dentro”.
Parte de sus líneas las dedica a experiencias personales. Algunas más desagradables que otras. En uno de sus capítulos, reconoce haber pasado por un episodio que su mente prefirió olvidar. Tenía 13 años y llevaba puesto un top. Esperaba a su madre en el coche y tenía la ventanilla entreabierta cuando un hombre se le acercó y le tocó los pechos. “Me asusté mucho, pero mi mente lo borró. No ha vuelto a mí hasta que cumplí los 40 y una amiga nos dijo que contáramos experiencias machistas por las que hubiéramos pasados. Caí en esta y, entonces sí, comprendí que era una agresión sexual. Desde entonces no me he vuelto a poner un top. Además, no sé si fue cosa del subconsciente o que, pero coincidió que entonces empezó mi época hippy y vestía ropa más ancha”.
Villanueva reconoce que, cuando empezaba a escribir, sentía cierto apuro. “Me preguntaba a menudo quién era yo para traer al mundo un libro”. Es lo que se conoce como el síndrome de la impostora, como ella misma explica entre sus páginas. “No es algo que suframos exclusivamente nosotras, pero si que es verdad que las estadísticas indican que suele recaer más a menudo en las mujeres. “Tiene que ver en como nos han educado, porque se espera mucho de nosotras y hay más estereotipos que giran entorno a la mujer que entorno al hombre”.
En sus conversaciones, entrevistadas y entrevistadora llegan a una conclusión: “ser mujer resta. Y todo lo que viene con ella también. Ser madre resta, al igual que ser guapa, fea o lista. Esto es lo que tenemos que cambiar”, denuncia la periodista, que sobre la maternidad añade: “ser madre resta, pero debería de sumar. Por los malabarismos que haces con los horarios, por estar pendiente de todo a todas horas, por cultivas la paciencia, que es importantísimo también en las relaciones laborales. Negociar con un niño es lo más difícil del mundo. Hay muchas cosas que se aprenden de la maternidad ejerciéndola, que deberían sumar en el mundo laboral y, lamentablemente, resta.
Villanueva explica su propia experiencia y se pregunta por qué no se explica la parte más oscura de la maternidad. “Nos explican siempre la cara bonita, pero se olvidan de contarnos que también hay una cara B. Eso, a la larga, puede llevar a muchas mujeres a la frustración o a las depresiones postparto. Mucho nos evitaríamos si dejáramos de hacerlo un tabú”.
Pero si a algo quiere la periodista, es animar a los lectores, sean del género que sean, a unirse a la cuarta ola feminista. “Es cosa de todos. No podemos negarla ni tampoco podemos dejar de ser feministas. No nos queda otra alternativa. Es el único camino personal de la vida diaria de la mujer”.
(Lara Gómez Ruiz, La Vanguardia)