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Paz para las urnas en Hong Kong

Tras tres días de calma, la ciudad celebra hoy unas municipales como un plebiscito gubernamental con 31.000 policías en alerta máxima

Jessica Chen va a votar hoy con rabia. "El voto es más fuerte que la bala", afirma, parafraseando al presidente estadounidesne Abraham Lincoln. Chen estudia en la Universidad Baptista de Hong Kong y es una de los cientos de miles de personas que llevan casi seis meses exigiendo democracia plena en la excolonia británica. Aunque las elecciones de hoy son municipales, y los candidatos en anteriores comicios se centraban en buscar soluciones para los problemas del día a día de los ciudadanos, ella ha determinado su voto pensando en una política que va mucho más allá.

"No me importa si por mi calle pasan pocos autobuses o si hay que construir un nuevo puente, yo lo que quiero es que mi papeleta sirva para castigar al Gobierno de Carrie Lam. Por eso, voy a votar a un demócrata que apoya explícitamente las protestas", sentencia esta joven que se define como 'localista', un movimiento con claros tintes secesionistas. Conscientes de que las elecciones trascienden los 18 distritos del centro financiero más importante de Asia, muchos de los 1.090 candidatos que se presentan a 452 puestos han hecho suyo el lema de las manifiestaciones: 'Cinco demandas, ni una menos'.

- Dos visiones.

En el extremo opuesto está Jeremy Ng. Él también votará airado, pero lo hará a un representante de lo que se conoce como el 'campo azul'. O sea, el candidato de un partido prochino. "En realidad, no es correcto decir 'prochino'. Si acaso, es un partido que apoya el actual 'status quo' y el modelo 'un país, dos sistemas'", apunta con un tono de reproche este empresario que se acerca a la jubilación. "Mi voto censura la actitud de los jóvenes antisistema que están destruyendo Hong Kong. La economía se está desmoronando, la violencia se ha convertido en algo habitual, y lo que van a conseguir es que, finalmente, China termine interviniendo para arrebatarnos lo que nos diferencia del resto del país", apostilla.
Ng tampoco va a tener dificultad para encontrar a quien le represente, porque hay candidatos que han encontrado en la condena de la violencia el eslogan perfecto. "Quedarse en silencio es consentir. ¿Vas a consentir que se vandalice la ciudad? Yo condeno la violencia y la falta de respeto a la ley. Apoyo la estabilidad y la prosperidad", escribe en la propaganda electoral Ip Chun Yuen, un candidato del partido conservador DAB, que apela al pragmatismo de quienes están cansados de las protestas, y que muchos consideran la mayoría silenciosa. No en vano, en la anterior cita electoral, en 2015, los partidos que abogan por mantener el orden establecido ganaron de forma contundente al bando prodemocracia: 298 a 126.

Con estas dos visiones enfrentadas, los hongkoneses participan hoy en unas elecciones que han logrado lo que ninguna otra medida: pacificar Hong Kong. Aunque las heridas de medio año de batallas siguen abiertas en forma de semáforos destrozados, estaciones de metro a medio gas, y manchas negras allí donde han caído cócteles molotov o han ardido barricadas, ayer la ciudad vivió el sábado más tranquilo desde el 1 de julio, cuando el asalto al parlamento regional marcó un punto de inflexión en el uso de la violencia. Desde aquel día, se han disparado más de 10.000 proyectiles de gas lacrimógeno y más de 4.500 personas han sido detenidas.

(Zigor Aldama, Ideal)