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Sin ley de pandemias (Jesús Lens)

Vuelvo a estar asustado. Muy asustado. Omicron me los ha puesto de corbata otra vez. Refresco las webs de los periódicos y me invade un pesaroso déjà vu. Vuelos interrumpidos con determinados países, una viajera sin vacunar que lleva la nueva variante sudafricana del coronavirus a Sudáfrica, viernes negro en las Bolsas... ¡Foh! Leía hace un par de días que Lorenzo del Río, el presidente del Tribunal Superior de Andalucía, echa de menos una ley específica para pandemias "que permitiera abordar con mas armonía y seguridad jurídica las restricciones vinculadas a la covid-19, pues en otros países de nuestro entorno se adoptan medidas similares, pero sin el coste judicial y permanente que aquí tenemos". Se puede decir más alto, pero no más claro. Máxime, después de los demoledores fallos del Constitucional sobre el confinamiento y la co-gobernanza, que no dejaron títere con cabeza.

Si la pandemia se vuelve a desmadrar, como está ocurriendo en Alemania o Austria, ¿qué va a hacer el gobierno de Sánchez? ¿Decretar el estado de excepción? Porque hay una gran cantidad de gente que no está dispuesta a reducir su movilidad por las buenas. Tantas veces hemos dado por derrotado al virus como ha mutado y se ha rearmado para volver a la carga con energías renovadas. Y aquí, a las puertas del segundo aniversario de la pandemia, el carajal normativo y jurídico está más dequiciado que nunca. España ha sido modélica por cuanto a la gestión de las vacunas y eso es lo único que nos está protegiendo ahora mismo. Las farmacéuticas prometen una vacuna contra Omicron en 100 días. ¿Y mientras? ¿Qué plan tiene Moncloa si se precipitan los acontecimientos? ¿Dejar que los Tribunales Superiores de Justicia de cada comunidad autónoma vayan por libre? No sé a ustedes, pero a mí no me convence que sean los jueces los garantes de nuestra salud, con independencia y por encima de los dictámenes de los comités de expertos, reducidos a la condición de predicadores en el desierto, como perros que aúllan a la luna.

El primer envite de la pandemia nos cogió por sorpresa. Después ya no. Está muy bien que el gobierno central se haya aplicado a tejer las alianzas necesarias para sacar adelante los Presupuestos. Lástima que no haya hecho un mínimo esfuerzo con consensuar una Ley de Pandemias Ojalá que no nos tengamos que arrepentir de esa dejadez de funciones.

(Ideal, 28/11/21)