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Xabier Arzalluz: "Sé de muy buena fuente que el final de ETA llegará durante el Gobierno socialista, probablemente en días"

Xabier Arzalluz atiende el pasado jueves a NOTICIAS DE GIPUZKOA en un restaurante de Azpeitia, después de la comida. En un entorno bullicioso, con el comedor casi lleno, la voz y, sobre todo, el discurso del que fuera durante 24 años presidente del PNV siguen sonando tan enérgicos como siempre. No deja títere con cabeza mientras da cuenta del sorbete que le han servido de postre. Habla, como de costumbre, sin pelos en la lengua.

- El pasado martes, 'El Economista' le dedicaba un capítulo de la serie "Desaparecidos con poder en España". ¿Está Xabier Arzalluz desaparecido?

- Lo primero, el señor Arzalluz tiene ya 79 años y esa no es ya tercera, es cuarta edad. Hay que tener un poco de respeto a los años, porque si no, uno nunca cae en la cuenta de que está grogui. Yo no me siento así, al revés, me siento tan crudo como siempre. Pero creo que las medidas sobre sí mismo las tiene que tomar uno mismo, no esperar a que se lo digan.

- El exlehendakari Ardanza se lo ha dicho esta misma semana.

- Me han dicho muchas veces eso, que he estado demasiado tiempo, que he entrado en cosas que no me correspondían... No me importa, no es más que el parecer de una persona. He sido lo suficientemente persona pública para que cada uno se haya hecho una idea sobre mí, sin esperar a que Ardanza o cualquier otro digan nada.

- ¿Qué hace en el día a día?

- Me levanto cuando quiero, voy al monte a andar unos cuatro o cinco kilómetros y luego vuelvo a casa, donde leo periódicos: Deia, porque soy su fundador; el ABC, que es la oposición; y El País, el periódico gubernamental. Así me entero mejor de los matices de las cosas, leo opiniones distintas.

- Sigue la política, por tanto.

- Claro, claro. Informado estoy. Mantengo contactos, me llaman, llamo, doy charlas... En ese sentido, sigo viendo las cosas muy de cerca.

- ¿Echa de menos la política?

- No. Tengo recuerdos muy duros de aquella época. Me queda la satisfacción de que fuimos nosotros quienes devolvimos a Euskadi el poder que tiene, que es bastante. El Concierto, el Estatuto... y el euskera. Sin quitar mérito a las ikastolas ni a AEK ni a nadie, con la acción pública se ha devuelto el euskera a este país. Los jóvenes, los chavales, casi todos saben ahora euskera. Es algo grande para quien realmente piensa que el euskera es parte de su ser.

- ¿Sigue en contacto con el PNV?

- Como tal sí, voy a los festejos, al Alderdi Eguna... Pero con la dirección actual no he empalmado demasiado bien, o ellos no lo han hecho conmigo. Tampoco he sido lo suficientemente disciplinado como ellos creen que debería haber sido. Tengo poca relación con la jefatura del PNV, pero mucha con la militancia.

- No concedía ninguna entrevista desde mayo, poco antes del 22-M. ¿Le sorprendió la irrupción de Bildu?

- No me ha extrañado. El ciudadano está ya bastante aburrido de las cosas que dicen los políticos y que luego no hacen o hacen lo contrario. Ahora aparece una fuerza nueva, que ha estado perseguida y la sueltan para las elecciones. Y se crea una tendencia de votar a Bildu, cosa que me parece muy bien. Ahora ya no puede decir nadie que no ha votado al que quería. Esa es mi alegría, que espero que en adelante siga así. Entonces sabremos quién es quién y qué es qué en este país.

- ¿Bildu, para el PNV, amigo o enemigo?

- Para mí todo el que es abertzale es amigo. Y Bildu lo es. Pienso que aquí, para normalizar la vida, incluso para conseguir la meta de formar el Estado vasco, necesitamos un ensayo en el que trabajemos todos los abertzales de forma conjunta, coordinada. Cada uno con su matiz. Luego, encontrar nuestras coincidencias para irnos aproximándonos para conseguir lo que son los fines de todos. Espero que eso se produzca, de que unos y otros, me refiero también a los míos, o al menos a los teóricamente míos, tengan la inteligencia, la fuerza y la sensatez para ir qui-tando todo lo que es accidental e ir buscando lo que es común.

- Con la izquierda abertzale ha tenido sus más y sus menos.

- De esas cosas estoy curado de espanto. Uno puede gritar más y decir tal y cual, pero en este país todos sabemos quién es quién. En ese sentido, me alegro de que exista Bildu, Sortu o lo que sea, eso que llaman la izquierda abertzale. Evidentemente, la vida nos depurará a todos.

- ¿Depurar?

- Sí. Yo de estos espero que depuren de una vez qué es eso del socialismo. Son socialistas y nosotros somos burgueses. ¿Qué socialistas sois vosotros? Nadie me lo ha sabido definir. Estas cosas son las que primero hay que aclarar para saber qué somos, para saber hasta dónde podemos llegar y si podemos andar juntos. Por lo tanto, tenemos mucho que hablar, mucho, y no de cara a la prensa, si no que ixilik (en silencio).

- EA también es parte de Bildu. ¿Cómo ha visto su aproximación a la izquierda abertzale?

- EA es compañero de Bildu como fue del PNV. EA, sola, ha fracasado. A mí, un partido que fracasa, que va de aquí para allí, no me parece importante. EA ha elegido entre ahogarse o ahorcarse, y va por ahí. Si se junta con Bildu, pues desaparecerá.

- Se acercan elecciones en el Estado español. ¿Rubalcaba o Rajoy, quién de los dos es el menos malo para los intereses del soberanismo?

- Los dos son malos, no sabría qué decirle. A Rajoy y estos los conozco, no tanto por Rajoy, que es el más sensato en toda esa banda. En el PP hay cada elemento... Hubo uno que me escribió una carta diciendo que le gustaría ver su habitación pintada con mi sangre. Una bestialidad. Lo peor es que hay mucha gente que piensa así. No, con el PP no tenemos nada que hacer.

- ¿Con los socialistas, entonces?

- Tampoco. Todos estos, Ares, Prieto y compañía, odian todo lo vasco. Han venido buscando trabajo y se han acomodado muy bien. Lo que está pasando, y lo que veremos, es un intento de ponernos al mismo rasero que cualquier provincia de España: ir matando el euskera, dejarnos una televisión aséptica en la que no aparezcan ni las pruebas de bueyes... Eso es lo que desearían, lo que llevan en el fondo algunos socialistas, los foráneos. De esos no espero más que calamidades.

- ¿Ve a alguno de los dos candidatos capaz de gestionar el final de ETA, que se antoja a la vuelta de la esquina?

- Muy a la vuelta de la esquina, sí. Me acaban de decir que ocurrirá desde luego durante el Gobierno socialista, probablemente en días. Ahí tienes la noticia.

- ¿Quién se lo ha dicho?

- Una fuente muy bien informada. El que me lo ha dicho está en la pomada.

- ¿En días?

- Sí, en días. En todo caso, mientras estén gobernando los socialistas.

- Se va el último escollo que separaba al soberanismo, entonces...

- Yo creo que sí. Entonces, tendrás por un lado los nacionalistas radicales, conformándose, y los nacionalistas moderados, ya conformados. Lo importante en este escenario es que cada uno puede votar lo que le parezca, que todos sepamos quiénes votan qué y qué buscan. Y eso creo que está próximo.

- Algunos sostienen que cuestiones como la sentencia del 'caso Bateragune' son piedras en el camino.

- Sin tener ninguna información especial, creo que todo eso está pactado. Ahora andarán con el movimiento de cárceles, luego con la salida de los presos... Son los requisitos que ha puesto ETA siempre.

- ¿Cómo está viendo el debate de que el final de la violencia debe de tener "vencedores" y "vencidos"?

- Esa digestión, que hay que hacerla una vez que no haya violencia, es que nadie haga burradas. Buscamos realmente la paz, que no vengan poniendo condiciones imposibles, inasumibles o humillantes. Ese desarme de los ánimos se tiene que dar durará años, hasta que la gente acepte la realidad como es. Pero no va a ser una discusión pública. La gente, el pueblo, tiene que asumir esa situación a la que llegamos y que no queremos que vuelva.

- ¿Qué opina del debate en torno al cambio de nombre del PNV, de 'nacionalista' a 'nacional'?

- Es un tema viejo. No sabría qué decirle. Hay sectores en Europa que si les hablas de nacionalista, te tachan de fascista, te rechazan instintivamente. Nacional es el nombre que lleva el Scottish National Party (SNP), por ejemplo. El inconveniente lo tendrían el resto de partidos nacionalistas, que digamos nosotros somos el partido nacional... Yo usaría nacionalista para dentro, y nacional para fuera.

- Dos años de Gobierno Vasco socialista. ¿Qué le está pareciendo?

- Un desastre. Entraron haciendo trampas, cambiaron la ley a mitad del juego. Son okupas de un Gobierno que no les corresponde. En todo el Estado (PSOE y PP) se llevan a matar y aquí están gobernando en coalición, eso no es normal.

- ¿Cómo está viendo al jefe de Gobierno?

- Se han llevado de lehendakari a un impresentable. No tiene ni currículum, que hoy día te lo piden hasta para estar de portero en una fábrica. Me da vergüenza ajena que este señor vaya de visita al extranjero, o que otros vengan de visita. Porque claro, todos ellos saben quién es, lo que da de sí. Y eso es ya un desprestigio para todos nosotros.

- Mirando hacia adelante, ¿quién le gustaría que fuese candidato del PNV a lehendakaritza?

- Yo votaré al PNV, es mi obligación. Quién tendría que ir... Seguramente mis preferencias diferirán de las de los oficialistas.

- No da nombres.

- No. Bueno, el otro día en el Alderdi Eguna vi hablar con Urkullu a Erkoreka (dar un d iscurso). Me parece una frivolidad que presenten a toda una afiliación a un individuo de esa forma... Quiere decir algo. Está claro.

- Hablando de Josu Erkoreka, ¿cómo le ha visto durante esta legislatura en Madrid, en el Congreso de los Diputados?

- Es el que mejor ha actuado allí. Un tipo inteligente, preparado. En ese sentido, me parece muy bien que haya estado al frente del Grupo. Ahora, sobre la política en Madrid, no estoy de acuerdo en todas las cosas. Mucho afiliado del PNV está enfadado por las ayudas que se han dado a Zapatero en temas importantes. Eso, de un partido al que acaban de echar de mala manera del Gobierno Vasco, que tiene broncas diarias aquí, y en Madrid apoyarles en todas esas cosas... No creo que muchos del PNV lo hayan entendido.

- Se ha exprimido mucho el Estatuto.

- No tanto.

- ¿Hay que seguir exprimiéndolo?

- Sí. Está escrito con letra muy pequeña y a veces con faltas de ortografía, con muchas.

- ¿Qué puede hacer Amaiur en el Congreso?

- Nada. En un Congreso como el de Madrid, con un PP y un PSOE así... te comen. ¿Qué vas a hacer?

- ¿Cómo se desbloquea entonces el camino hacia la independencia?

- Es cuestión de tiempo. No piense que es tan difícil como algunos creen. En todo caso, creo que no sucederá ni el año que viene ni en cinco años, pero no tengo ninguna duda de que existirá el Estado vasco. No veo la manera en la que lo podrán evitar.

- ¿Cómo se consigue?

- Hay muchas formas. Una de ellas es que aquí, si hay una unión, si resultara que tenemos más votos que los otros, sin la trampa que nos han hecho... Si el Parlamento Vasco dice "autodeterminación", es muy difícil decir que en el marco continental actual nos digan que no.

- ¿Se refiere a la Unión Europea?

- Claro. No creo que estén deseando darnos la independencia, pero tienen un sentido democrático que, según cómo se pongan las cosas, no lo pueden evitar. No pueden reconocer a algunos las cosas y a otros no. Alemania, por ejemplo, está unida por el derecho de autodeterminación. No pueden negar a otros países lo que han reconocido a sí mismos.

- Sin embargo, parece que la crisis la está haciendo tambalear...

- No, qué va. Todas estas cosas tremendamente difíciles, como crear una unión de estados, son muy complicadas sin que haya arriba un Hitler con un espadón que obligue. Es el fracaso de un país, y de otro, y de otro... Hasta América. La única salida que veo es salir de este pozo, al final habrá suficiente sensatez y necesidad para hacer lo que se tenga que hacer, salir adelante y que la Unión Europea sea más fuerte de lo que es hoy.

- ¿La crisis está dejando a la vista la incapacidad de los políticos? El descrédito de los políticos...

- Descrédito de los pueblos. Cuántas veces hemos oído a gente de primera fila eso de que en España no puede pasar esto porque los bancos no se qué, la economía no sé cuántos. Y fíjate, de la opulencia se ha bajado a la pobreza y al paro.

- También se está empezando a poner en duda el modelo de Estado de las autonomías. ¿Corre riesgo Euskadi de perder lo que tiene?

- No creo que puedan. Eso traería otra vez la lucha.

A. Arambarri, Noticias de Gipuzkoa