Participó en una tentativa de homicidio contra el presidente Evo Morales en abril de 2009.
Fuerzas de seguridad de Bolivia capturaron este sábado en Santa Cruz y expulsaron hacia su país de origen al ex coronel argentino carapintada Luis Enrique Baraldini, quien fue jefe de policía de la provincia La Pampa durante la pasada dictadura y era requerido por la justicia internacional acusado de graves violaciones a los derechos humanos.
Baraldini, quien usaba documentos falsos con el nombre de Marco Antonio Aponte cuando lo detuvieron ayer en el aeropuerto de Santa Cruz, era buscado por la justicia argentina desde 2003 y estaba protegido por sectores de la ultraderecha fascista boliviana.
Según informó esta noche aquí la ministra argentina de Seguridad, Nilda Garré, se trata de "un oficial muy buscado, prófugo desde hace mucho tiempo y de extrema ferocidad en los años del terrorismo de Estado, que también evidenció peligrosidad hasta hace muy poco, cuando en Bolivia participó de una tentativa de magnicidio contra el presidente Evo Morales".
Recordó que el ex oficial de 73 años participó en la Operación Cóndor, colaborando con las dictaduras de Hugo Banzer (1971-1978) y Luis García Meza (1980-1981) en Bolivia, y que los testigos en las causas locales lo mencionan como un hombre temible que participaba directamente en las torturas a los detenidos durante la pasada dictadura (1976-1983).
El nombre de Baraldini salió a la luz cuando se investigaba el intento de magnicidio contra el presidente Evo Morales, el vicepresidente Álvaro García Linera y otros funcionarios, abortado el 16 de abril de 2009, al descubrir una célula terrorista llegada desde el exterior en un hotel de Santa Cruz, integrada por mercenarios de diversos orígenes, vinculados a los sectores fascistas en la guerra de los Balcanes.
Las declaraciones de éstos y otros testigos señalaron hacia ex militares argentinos vinculados con la ultraderecha boliviana, los mismos que habían colaborado con la dictadura de Banzer en la Operación Cóndor y luego cuando la dictadura argentina envió unos 200 oficiales y asesoró el golpe que derrocó a la presidenta Lilia Gueiler llevando al poder a Luis García Meza, bajo cuyo régimen de corto tiempo fueron desaparecidas más de 600 personas, y centenares asesinadas.
Precisamente, Baraldini fue enviado en 1980 como agregado militar a la embajada argentina en Bolivia.
Una de las figuras claves en el reclutamiento de paramilitares y militares en el golpe en Bolivia en 1980 fue nada menos que el criminal nazi Klaus Barbie (bajo el nombre de Altman), prófugo de los juicios en Europa y protegido en Santa Cruz de la Sierra.
Tanto Baraldini como el oficial Jorge Mones Ruiz fueron señalados por algunos testigos en el intento terrorista frustrado en abril de 2009 en Bolivia. Mones Ruiz es el representante argentino en UnoAmérica, fundación creada en Colombia a finales de 2008 con militares de la ultraderecha latinoamericana, la mayoría ex integrantes de las pasadas dictaduras en la región.
Esta organización, que se creó para desestabilizar y golpear a los gobiernos de la Unión Sudamericana de Naciones (Unasur), especialmente a los que consideran surgidos del Foro de Sao Paulo, entre ellos Venezuela y Bolivia, ayudó en el golpe militar de Honduras en junio de 2009, y el ex dictador Roberto Micheletti condecoró públicamente al presidente de esta organización, el venezolano Alejandro Peña Esclusa, por su colaboración, el mismo que hoy está detenido en Venezuela por un plan para asesinar al presidente Hugo Chávez.
El 21 de abril de 2009 el vicepresidente boliviano García Linera había pedido colaboración al gobierno de Argentina sobre ese grupo de militares argentinos, de la Media Luna. En un documento enviado por el gobierno boliviano el 4 de mayo de ese año se informa que "empresarios y terratenientes de Santa Cruz de la Sierra" habrían pedido la presencia de estos ex militares argentinos para que los asesoraran e instruyeran "en autodefensa ante eventuales apresamientos por parte de organismos oficiales" y en otras acciones.
En Argentina, Baraldini había comenzado a ser juzgado en 1984, pero con la aprobación de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, (1986-1987) estos juicios se suspendieron. El 3 de diciembre de 1990 fue uno de los militares que encabezó un intento de golpe contra el gobierno del ex presidente Carlos Menem, y fue condenado por este hecho pero luego indultado en 2002 por el ex presidente Eduardo Duhalde.
En 2003, cuando se reabrieron las causas que lo involucraban en crímenes de lesa humanidad, se fugó a Bolivia, donde estuvo protegido por sus "amigos" hasta ahora.
Stella Calloni, La Jornada