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Iñaki Urdangarin, duque de Palma de Mallorca, se lleva el diezmo de su Ducado

El PSOE mallorquín ha hecho estallar la bomba, pero lo ha hecho con tanta delicadeza que ni siquiera ha mencionado a Iñaki Urdangarín en su denuncia de un ridículo foro -Illes Balears Forum sobre Turismo y Deporte- que el pasado noviembre consumió en dos días 1,2 millones de euros, doscientos millones de las antiguas pesetas. Organizaba el Instituto Noos que dirige el yernísimo, en lo que supone un nuevo ejemplo de comportamiento cuestionable del ex balonmanista.

Por no abrumarles con cifras, baste decir que el coste de viaje y alojamiento por persona se elevó a 2.400 euros. El personal de dirección se llevó la parte del león; los socialistas no han localizado una página web cuya creación y mantenimiento supusieron 18.000 euros, y nadie ha visto las publicaciones que consumieron 40.000 euros. En cuanto a la repercusión y efectos de tan onerosa reunión, ¿habían oído ustedes hablar de ella? La conclusión del encuentro fue mayúscula: “el deporte es importante para el turismo”.

En agosto de 2003, recién vuelto el PP al poder en Baleares tras 4 años de pacto de izquierdas, Urdangarín acudió junto a la Reina, las Infantas y los regios nietos a la suelta tradicional de tortugas en la isla de Cabrera. El Duque de Palma de Mallorca se dirigió a Jaime Matas, repuesto en la presidencia tras su anterior batacazo, y le espetó: "enhorabuena, la gente comenta que ya se nota el cambio". A falta de decidir si los votantes comparten ese juicio, está claro que quien ya lo ha notado ha sido el yerno del Rey, que se ha cobrado el diezmo en su ducado.

Desde el regreso del PP al poder, Urdangarían ha hecho excelentes negocios en Baleares, con el Foro como minúsculo aunque escandaloso apéndice. Y conste que los socialistas ni siquiera le nombraron al efectuar la denuncia –hasta tal extremo llega el pacto tácito sobre la Familia Real–, y el ex president Antich, del PSOE, ha declarado que "nuestra crítica era a lo que hace el Govern, no hacia la Casa Real". Es decir, no peca el que cobra sino el que paga.

Por lo menos, quedará claro que a Mallorca no le sale gratis la predilección vacacional de la Casa Real. Y dado que Letizia Ortiz no comparte la preferencia de su esposo por la isla, Urdangarín puede quedarse como mayor representante –a sueldo– en el feudo cuyo ducado ostenta. Ya tiene residencia, pagada por los mallorquines. El denominado palacio de Marivent, residencia estival de los Reyes, se ha visto complementado por otros cuatro palacetes o chalets con pretensiones, que son ocupados por las infantas y sus familiares a cargo del erario público.

La relación entre los Urdangarían y los Ortiz es manifiestamente mejorable, pero aquí interesan sobre todo los negocios del primero. El enlace con Matas, si fuera menester, lo establece el director general de Deportes del Govern, Pepote Ballester. A través de la compartida afición al mar, este medallista olímpico de vela es amigo íntimo de casi todos los miembros de la Familia Real, hasta el punto de que, en las competiciones veraniegas, se abraza confianzudo y contra todo protocolo con Felipe de Borbón.

Por lo visto, la relación entre Ballester y Urdangarín es tan estrecha que el primero iba a fichar por el conglomerado empresarial del segundo, uno de cuyos eslabones es el Instituto Noos que organizó el Foro. Sin embargo, y para afianzar la proximidad a la Familia Real, Matas ofreció al regatista la dirección general de Deportes de la Comunidad. De esta forma se hallaba mejor colocado para favorecer a su amigo.

Además del ridículo encuentro de presupuesto multimillonario, Urdangarín reconoció que había intermediado el desembarco en Mallorca del equipo ciclista Banesto, dirigido por José Miguel Echavarri. Se le cambió el nombre a Illes Balears, y recogió la friolera de seis millones de euros, una cifra muy superior a la abonada por comunidades como la valenciana a cambio del patrocinio.

La experiencia se ha repetido en el Foro, con dineros de la comunidad y en una adjudicación realizada sin concurso. El equipo ciclista se ha hecho tan caro, y su promoción tan injustificable, que ya comparte patrocinio con la francesa Caisse d'Epargne. Al estallido del primer escándalo de Urdangarín en Mallorca, su gran amigo Pepote Ballester ha respondido con el silencio: no pudo hacer declaraciones debido a la enfermedad de un familiar.

El conseller de Turismo aseguró que los efectos del Foro se notarán en el futuro. En el bolsillo de los mallorquines ya se ha notado, aunque ellos tal vez no lo sepan, si bien lo darían por bien empleado si sirviera para desenmascarar una magna red de influencias. Como contrapartida a tan obsequioso comportamiento de sus valedores, Urdangarín se vio obligado a ponerle los pañales a un muñeco en el programa de Fernando Schwartz en la televisión autonómica IB3.

El Confidencial (20/02/06)