El presidente de la Comunidad Valenciana, Alberto Fabra, advirtió al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, de que se iba a estrenar en Moncloa con el primer impago autonómico. Según ha podido saber EL MUNDO, poco después de la investidura de Rajoy Fabra le transmitió que la Comunidad no estaba consiguiendo financiación bancaria para poder atender vencimientos y que no iba a tener más remedio que incurrir en la última semana de diciembre en el llamado default, el temido impago con que Grecia ha desatado la crisis en la Eurozona.
Rajoy consideró inasumible el riesgo y dio instrucciones para que el Gobierno se movilizara. El secretario de Estado de Economía, Fernando Jiménez, pidió a distintas entidades financieras, entre ellas Bankia, que dieran oxígeno a la Comunidad Valenciana para evitar el primer default autonómico. Además, el Instituto de Crédito Oficial (ICO) ha habilitado también un préstamo salvador, según fuentes del Gobierno valenciano.
La Generalitat afrontaba vencimientos de los llamados bonos patrióticos que no podía atender y una serie de gastos corrientes para los que no disponía de liquidez. Además, se enfrentaba a un vencimiento con el banco alemán Deutsche Bank improrrogable. Las gestiones de Jiménez surtieron efecto, Fabra salvó el match ball y Rajoy ha evitado debutar en el Gobierno con una crisis autonómica que habría provocado una tempestad en los mercados mayor aún que la actual.
La situación se hizo desesperada la semana pasada. El conseller de Hacienda, José Manuel Vela, y el conseller de Economía, Enrique Verdeguer, mantuvieron el jueves 29 una intensa reunión con el secretario de Estado de Economía, el secretario general de Financiación Territorial,Enrique Ossorio, y representantes del Departamento del Tesoro para pedir una solución urgente a los cerca de 700 millones de euros que les vencían al día siguiente.
La Comunidad sólo había logrado colocar 1.000 millones de euros de bonos patrióticos una semana antes y había logrado un crédito de 500 millones de la banca, pero con esa cantidad apenas podía amortizar los 1.500 millones que vencían de los bonos del año anterior. El objetivo inicial era colocar unos 3.000 millones, pero los mercados no respaldaron y en la Generalitat se empezó a ver el abismo. La situación era límite y, tras la reunión con la cúpula de Economía, lograron un préstamo de 180 millones del ICO y 500 millones adicionales de la banca privada. La Generalitat tenía que hacer frente en esos días a unos 464 millones del pago de las nóminas, 60 millones comprometidos con los farmacéuticos, 51 millones a la dependencia, 50 millones de la enseñanza concertada, cinco millones a las residencias y dos vencimientos del francés BNP y, sobre todo, el mencionado de Deutsche Bank.
- Recorte a los funcionarios
El Gobierno valenciano presentó ayer a los sindicatos un decálogo de medidas para ahorrar 271 millones de euros a las cuentas públicas. Todos los interinos verán reducida su jornada laboral hasta las 25 horas semanales (con la consiguiente bajada de sueldo). Los docentes interinos no cobrarán julio y agosto, mientras que los funcionarios perderán el 50% de sus sexenios. El complemento por la carrera profesional de los médicos también se recorta a la mitad. Se eliminan ayudas sociales, días 'moscosos' y la aportación al plan de pensiones.
C. Segovia, R. Navarro, El Mundo