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El ejército de Estados Unidos da un pequeño paso hacia la igualdad de género en combate

Impedidas de ejercer en combate, las mujeres del ejército estadounidense han sin embargo derramado su sangre en Afganistán e Irak a causa de líneas de frente cada vez menos definidas, por lo que el Pentágono levantó esta semana algunas restricciones impuestas a las militares.

La filosofía general no cambia y las mujeres, que representan el 15% de los efectivos del ejército, no pueden todavía ejercer en combate, esencialmente en las unidades de infantería y caballería. Pero las nuevas medidas han abierto alrededor de 14.000 puestos que les estaban, hasta ahora, prohibidos.

Diez años de guerra en Irak y Afganistán han cambiado las reglas del juego: "Ya no hay más línea de frente claramente definida, ni líneas de retaguardia que se supone sean más seguras, donde se efectúan las operaciones de apoyo", afirma el Departamento de Defensa en un informe al Congreso desvelado la semana pasada.

"El enemigo es muy móvil y se desplaza en el seno de la población civil. Las operaciones de estabilización y contraataque a la insurrección en el combate suponen que nuestras fuerzas estén repartidas en bases grandes y pequeñas en el país. No hay retaguardia en ese campo de batalla", explicó en una rueda de prensa Vee Penrod, secretaria adjunta para las cuestiones de personal del secretario de Defensa.

Las mujeres se encuentran ocupando ciertas funciones en esas bases, donde se estacionan unidades de combate. Así, 280.000 mujeres estadounidenses han servido en Irak y Afganistán desde 2011, es decir, el 12% de los efectivos desplegados. Un total de 144 murieron, 79 de ellas en combate.

Las nuevas reglas prohíben todavía a las mujeres servir en fuerzas especiales o en unidades de infantería de una decena de hombres.

Sin embargo, ahora pueden ocupar cargos a nivel de batallón (800 hombres), donde hay más riesgo de afrontar un combate, mientras que antes, solo podían ocupar cargos a nivel de brigadas (3.000 hombres).

Sobre todo, se han abierto 13 especialidades antes consideradas como demasiado arriesgadas para las mujeres, como miembro de equipo de lanzador múltiple de misiles (MLRS), operador de radar de artillería o mantenimiento de carros de combate y vehículos blindados.

A pesar de estos 14.000 nuevos puestos, un tercio de los puestos del ejército de Tierra continúa reservado a los hombres.

La gran mayoría de los puestos y funciones en el ejército de Aire y de la marina ya están abiertos a las mujeres, puesto que en éstos, los riesgos de encontrarse en situaciones de combate son bajos. Las mujeres pueden servir incluso a bordo de submarinos americanos desde el 1 de enero de 2011, siempre y cuando haya cuarteles adecuados para alojarse.

Esta decisión de abrir más el ejército a las mujeres sigue a la derogación, el año pasado, de la obligación a los homosexuales de mantener en silencio su orientación sexual bajo pena de despido.

Para Donna McAleer, exoficial y militante de la igualdad de géneros en el uniforme, este es "un primer paso" que espera será seguido de una mejora gradual en los derechos y oportunidades de carrera entre hombres y mujeres.

El jefe del Pentágono, Leon Panetta, asegura, según su portavoz George Little, que este es "el principio del fin". Aunque las "barreras prácticas" subsisten, como la cuestión de la promiscuidad o de la evaluación de las capacidades físicas que privilegian actualmente a los hombres, el Pentágono "va a continuar examinando los medios de abrir más cargos a las mujeres del ejército", prometió Little.

Mathieu Rabechault, AFP, Yahoo! Noticias