Es una lucha compleja, pero crecientemente exitosa. Mas en esos grandes flujos ha surgido una tendencia diferente: la evasión de dinero negro de las grandes —y legítimas— fortunas argentinas hacia cualquier otro sitio —empezando por Uruguay, al otro lado del Río de la Plata.
A diferencia de lo que ocurre en cualquier aeropuerto del mundo, en Argentina los canes que olisquean los equipajes en los controles fronterizos han sido amaestrados para buscar una nueva materia delictiva: los billetes de dólares.
Se puede argumentar —con razón— que esos perros sólo están persiguiendo un delito. Y es cierto. Pero después del terrorífico escenario de desgobierno argentino que hoy refleja Carmen de Carlos en ABC, cabe preguntar si de verdad es ilegítimo que alguien aspire a no ser engullido por la tiranía populista de Cristina Fernández de Kirchner. El listado de razones para describir el kirchnerismo como un desgobierno es infinito. La pregunta es si Argentina, como país, es una nación viable o, por el contrario, tiene un afán de suicidio desbocado.
ABC