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Una reforma laboral para más paro, más precariedad y menos salarios (Gregorio Gordo)

Coordinador regional de IU-CM

El pasado 10 de febrero, el Gobierno del PP impuso por decreto una reforma laboral cuyo objetivo central es abaratar el despido, bajar los salarios, y debilitar a los sindicatos de clase, que dará a los empresarios un poder casi total frente a los trabajadores y trabajadoras.

Justifican los populares esta reforma con el argumento de que nuestra legislación laboral está obsoleta, al poner trabas a la contratación. Mención aparte merece semejante argumentario en palabras de Esperanza Aguirremore.

Dice nuestra presidenta, con la gracia que sólo ella es capaz de proyectar, que hay que acabar con el modelo laboral del franquismo. Como siempre superándose a sí misma en el concurso de disparates. No sería de extrañar que Aguirre tuviera tan presente al dictador que pudiera creer que las últimas 9 reformas del mercado del trabajo, realizadas en los últimos 18 años, sean fruto de la imperecedera presencia del general golpista en nuestra sociedad. A pesar de esto aún no hemos sido capaces de que condene el franquismo, aunque solo fuera por ese modelo laboral que tanto dice rechazar Esperanza Aguirre.

Pues bien, uno se pregunta cómo es posible que teniendo el mismo modelo laboral en todo el Estado, el desempleo en el País Vasco o Navarra tenga una tasa del 13% y en Andalucía o Extremadura se sitúe por encima del 30%. La legislación laboral no es la que crea empleo, el empleo se relaciona con la economía y con el modelo productivo, y una política basada en bajar salarios, recortar inversión y abaratar el despido, lo único que logra es hundir la economía y el consumo, y por tanto, destruir más empleo.

El otro gran “mantra” con que se pretende justificar la reforma laboral, es la necesidad de reducir salarios para recuperar competitividad y así aumentar las ganancias de las empresas, que luego supuestamente les permitirá contratar y generar empleo. Este siempre ha sido el argumento de la CEOE, que ha justificado todas las reformas laborales y políticas de moderación salarial desde la Transición. Este es un argumento erróneo o falso (a gusto del lector), por cuatro motivos:

1. La crisis en nuestro país se ha generado precisamente por los efectos de la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores y trabajadoras, que junto a los disparatados precios de la vivienda, han obligado al conjunto de quienes viven exclusivamente de su trabajo, a endeudarse a niveles insostenibles para poder consumir.

2. Los principales sectores empresariales no han parado de tener beneficios desde el inicio de la crisis, como la banca, la cual ha ganado 28.000 millones de euros desde el 2008. Beneficios que no se han dirigido ni a la creación de empleo, ni a facilitar el crédito a los autónomos, pequeña empresa y familias.

3. También es conveniente recordar, que ha sido con la aprobación de la reforma laboral del Gobierno del PSOE, cuando hemos llegado el mayor número de parados y paradas, al llegar a los cinco millones en la primavera del 2011. Reforma laboral que también se presentó en su momento, como una medida imprescindible para generar empleo.

4. Por último, el aumento del excedente empresarial originado por la reducción de los salarios no ha ido al aumento de la inversión privada sino a la adquisición de títulos de capital financiero de carácter especulativo. Quiere decirse que el principal resultado de la política de reducción salarial ha sido la de reforzar los comportamientos rentistas y especulativos del empresariado español.

En resumen, esta reforma laboral sólo condena a más paro y menos salario, con lo que jamás saldremos de la crisis. Reforma laboral y recortes sociales hacen que el futuro de España sea el presente de Grecia.

Izquierda Unida vamos a seguir explicando las consecuencias de esta agresión a la mayoría social trabajadora de nuestro país, así como llevando iniciativas a las instituciones, y movilizaciones en la calle, junto a los sindicatos de clase, trabajadores y trabajadoras, fuerzas de la cultura, estudiantes, movimientos sociales, y personas que se reclaman de la izquierda, que permitan parar esta ofensiva de quienes han generado la crisis, para a su vez, construir el futuro de dignidad que hoy la derecha empresarial, política y mediática pretende liquidar, especialmente a los más jóvenes.

Getafe Capital