Dos soldados estadounidenses han sido detenidos en Japón por su implicación en la violación de una mujer en la isla de Okinawa, donde Washington mantiene un destacamento de 26.000 militares.
La población local ha protestado en varias ocasiones por la continuidad de la base militar en esta isla. La última manifestación se produjo el pasado 4 de octubre debido a la presencia militares norteamericanos, lo que es visto en Japón como una pérdida de soberanía.
El portavoz del Gobierno japonés, Osamu Fujimura, ha calificado este último incidente de "totalmente inaceptable". "Se les ha pedido que aumenten las medidas disciplinarias e impidan que estas cosas vuelvan a pasar", ha indicado Fujimura.
Por su parte, el primer ministro japonés, Yoshihiko Noda, ha indicado a los periodistas que "estas cosas no deberían volver a pasar". En 1995, una niña de 12 años fue violada por tres soldados estadounidenses, lo que provocó fuertes reacciones en contra de Estados Unidos.
Esta última violación se produjo el martes y los soldados fueron detenidos en la madrugada de ese mismo día. En un comunicado, el embajador norteamericano, John Roos, ha señalado la "extrema preocupación por las recientes acusaciones de mala conducta" por parte de dos agentes del servicio estadounidense.
"Estamos dispuestos a cooperar totalmente con las autoridades japonesas en su investigación", ha señalado en la nota, según medios locales. Las autoridades japonesas han presentado una queja formal y han pedido que se apliquen estrictas medidas disciplinarias.
Los habitantes de la isla, en el sur de Japón, protestan por la presencia de tropas extranjeras en la zona y por lo que consideran un trato preferencial para los soldados norteamericanos.
Las autoridades estadounidenses ya han acordado con Tokio que trasladarán la base actual a una zona en la misma isla de Okinawa, pero más alejada de los núcleos urbanos japoneses. Sin embargo, las protestas no se han aplacado.
Europa Press