«Transparente: 1. adj. Dicho de un cuerpo: A través del cual pueden verse los objetos claramente».
«Translúcido: 1. adj. Dicho de un cuerpo: Que deja pasar la luz, pero que no deja ver nítidamente los objetos».
¿Qué tienen los viajes de diputados y senadores que casi se han convertido en una cuestión de Estado? Cualquier español entiende que un parlamentario tiene el derecho -y el deber, si me apuran- de visitar su circunscripción electoral, de reunirse con colectivos sociales, de palpar lo que piensan sus electores... ¡Quién no se ha encontrado alguna vez a una señoría interesándose por cuestiones de su ciudad o de su comarca, je! Pero el afán oscurantista respecto a la publicidad de esos viajes que ha demostrado alguna autoridad, como el presidente del Congreso, Jesús Posada, ha provocado que ese mismo español dude ahora de que esos traslados estén justificados por motivos de trabajo.
La polémica de los viajes de sus señorías partió tras conocerse que José Antonio Monago, presidente de Extremadura, se desplazó en repetidas ocasiones a Canarias a cargo del Senado. Él dice que por motivos de trabajo y sus denunciantes que para encontrarse con quien entonces era su novia. A partir de ahí se inició un debate sobre este beneficio de los parlamentarios que, a día de ayer, ha terminado con el establecimiento de un cierto sistema de control, por el que bastará la declaración del diputado si el viaje es a su lugar de residencia, y un aval del grupo parlamentario que justifique el objeto político del desplazamiento si éste se realiza a un lugar distinto de la circunscripción por la que fue elegido.
A partir de ahora, el Congreso y el Senado publicarán cada tres meses el coste total de los traslados de los parlamentarios, pero en ningún caso se hará de forma pormenorizada, político por político. El presidente del Congreso dijo ayer que algunos de esos viajes tienen un «carácter reservado» (sic) por lo que el Congreso no debe hacerlos públicos. Deja al albur de los grupos parlamentarios su difusión. En este sentido, hay que valorar la decisión del PSOE y de UPyD de hacer pública la información individualizada de los viajes de sus parlamentarios.
Pero Posada no puede desentenderse de esta tarea porque, a la postre, es el jefe de personal de los diputados y tiene la responsabilidad de las rendir cuentas del presupuesto del Congreso. Además, su comportamiento deja en muy mal lugar al Gobierno -de su mismo partido-, que acaba de anunciar, por boca de Soraya Sáenz de Santamaría, que en menos de un mes se pondrá en marcha el Portal de Transparencia, al que los ciudadanos podrán acudir para consultar todo tipo de información pública. Bueno, casi todo, porque allí no encontrarán para qué tipo de viajes emplea su diputado favorito el dinero de sus impuestos. Es la diferencia entre transparente y translúcido.
(El Mundo)