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‘El viaje de Don Quijote’ (Julio Llamazares). Una sola Dulcinea

En la barbería de Manolo, en El Toboso, “pueblo orgulloso de su importancia en la historia de don Quijote (es el sitio más citado con su nombre)”, le dicen a Julio Llamazares que en la localidad solo hay una mujer que se llama Dulcinea. El escritor, en El viaje de Don Quijote, recopilación de las crónicas que fue publicando en El País el pasado verano y que acaban de ser editadas por Alfaguara, cuenta esta y otras anécdotas mientras van desgranándose nombres evocadores, reales e imaginarios, como La Almunia de Doña Godina, la ínsula Barataria, la Venta de la Inés o el Campo de Criptana. Al escritor le acompaña el libro de Azorín La ruta de don Quijote (15 crónicas publicadas en 1905 en el periódico El Imparcial).

“Los molinitos de Criptana andan y andan”, escribió Azorín, que se quedó maravillado de la horizontalidad del paisaje manchego, de los poblachones al final de cuyas calles “la llanura se columbra inmensa, infinita”, una llanura “bermeja, monótona, rasa”. Llamazares, por su parte, va captando los detalles de esa vida rural que transcurre bajo la aplastante luz esférica que fascina al pintor de Tomelloso Antonio López. Las casas con “el zaguán de entrada empedrado, el portalón trasero y la huerta”, escribe Llamazares, la gran llanura de Ciudad Real que “se extiende como una lámina en la que espejean en primer plano las tablas de Daimiel y el retorcido hilo del río Guadiana”.
Si hay una frase que define al Quijote, ésta sería la que abre el capítulo cuarto: “La del alba sería cuando Don Quijote salió de la venta, tan contento, tan gallardo, tan alborozado por verse ya armado caballero, que el gozo le reventaba por las cinchas del caballo”. Llamazares comienza su libro adaptando la frase y dejándola inconclusa con unos puntos suspensivos: “La del alba sería cuando el viajero salió de su casa…”. En el prólogo, Jean Canavaggio dice del autor que “en una acertada variación de tonos y registros en la que alternan simpatía, emoción, lucidez y humorismo, sus crónicas nos descubren una geopoética del Quijote que suscita y renueva constantemente el interés y el placer del lector”.

‘El viaje de don Quijote’. Julio Llamazares. Editorial Alfaguara, 2016. 16,90 euros.

(Andrés Fernández Rubio, El País)