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Esperanza Aguirre: ‘‘No hay secreto para llevar 41 años casada. En todos los matrimonios hay crisis”

Me pregunto de dónde saca la fuerza y la energía Esperanza Aguirre, y creo no equivocarme si digo que le viene de la seguridad que le da haber nacido en una familia unida y de tener unas profundas convicciones ideológicas, segura como está de que el liberalismo es la solución a un mundo tan convulso como el que vivimos. Pero no es de su faceta política de lo que pretendo hablar con ella, por más que ésta se cuele en la conversación constantemente, sino de su lado más humano, de su experiencia, de sus aspiraciones como mujer madura, como madre y abuela, también de su último libro.

- Su libro, “Yo no me callo”, ¿está en consonancia con la imagen que se tiene de usted?

- No lo sé, lo que ocurre es que este libro tendría que haber salido cuando se pensó que las elecciones serían en octubre. Al retrasarse tanto lo dejamos para marzo pensando que ya habría gobierno; no ha sido así y es la razón de que lleve este título y de que salga ahora.
- ¿Alguna vez se ha mordido la lengua?

- Bastantes veces, no creas, por eso el siguiente libro se va a titular “Ahora sí que no me callo”. Yo me he educado en un colegio británico donde la sinceridad, la honradez y mostrarte como eres, sin doblez, es algo muy positivo.

- ¿Le marcó su paso por el colegio de la Asunción?

- Tengo recuerdos muy gratos y muy felices, tanto de los años en los que estudié en el Británico, como en las monjas, donde me llevaron mis padres porque pensaron que sería bueno que tuviera una educación religiosa.

- ¿Fue donde empezó a interesarse por el Liberalismo?

- Por supuesto que no, yo desde muy joven me interesé por las publicaciones del Club Liberal de Madrid, que coincidían con lo que yo pensaba. Era la época en que gobernaba UCD y cuando el Partido Socialista abandona el marxismo para pasarse a la socialdemocracia. Fue decisivo también el que la abuela de mi marido, que era nieta del duque de Rivas, y una gran aficionada a los jardines, hubiera ganado un concurso en la BBC con Pedro Schwartz de pareja. Fue ella la que me presentó en una cena a Pedro Schwartz, al que considero mi maestro.

- ¿A quién se parece, a los Gil de Biedma o a los Aguirre?

- Yo no sería buen juez, se lo tendrías que preguntar a mis hermanos, que te contestarían con más precisión. De lo que sí estoy segura es de que el ambiente en el que naces, en el que vives tu infancia y adolescencia te influye a lo largo de toda la vida. No sé quién escribió que el hombre es el niño que hemos sido.

- ¿Tener una familia tan amplia, le ha hecho más generosa y comprensible con los errores ajenos?

- Al ser la mayor, yo siempre he sido muy seria y estudiosa, me molestaba mucho que me pintaran los deberes, que me rompieran las cosas, pero sí es cierto que tener que compartir todo te obliga a ceder y también a tener unas características comunes.

- ¿Le ha marcado ser aristócrata consorte?

- En nada, porque mi marido es una persona que trata igual al que cuida las vacas, al que le vende los cereales, o a los Grandes de España.

- ¿Monárquica?

- Lo soy por convicción. No sólo por emoción, sino por convicción.

- ¿Las monarquías tienen futuro en la Europa del Siglo XXI?

- Precisamente porque es un momento convulso es por lo que tienen futuro. Inglaterra, Suecia, Holanda, Bélgica, España tiene una monarquía que es el vínculo que une a todos.

- Si tuviera que elegir entre Juan Carlos I o Felipe VI, ¿con cuál se quedaría?

- En estos momentos con Don Felipe, lo que no me impide reconocer la labor que ha hecho por España Don Juan Carlos. Fue él quien hizo posible el tránsito de la dictadura a la democracia, algo que no debemos olvidar, porque siendo muy complicado lo hizo pacíficamente, con mucho sacrificio, porque hoy todo parece fácil pero no lo fue en absoluto.

- ¿Qué resaltaría de Felipe VI?

- Que ha heredado lo mejor de su padre y lo mejor de su madre, Doña Sofía.

- ¿Y de la Reina Letizia?

- La conozco menos pero yo creo que está haciendo un papel fantástico para la Monarquía, en un momento en que todas las instituciones atraviesan una crisis. La valoración positiva que los españoles hacen de la Monarquía se debe al trabajo y la buena imagen de Don Felipe pero también de Doña Letizia.

- Isabel II cumple los 90 en el trono, ¿demuestra que hay reyes para rato?

- Piensa que ella no fue educada para reinar y que le tocó hacerlo siendo muy joven, sin experiencia ninguna, lo que no le ha impedido hacer una gran labor, algo que le agradecen mucho los británicos.

- ¿Reinará su hijo, Carlos?

- Le admiro porque es fantástico, por todo lo que ha hecho por amor a Camila Parker, que es otro crack, lo que demuestra que es una persona de valores.

- ¿Les conoce personalmente?

- Sí, yo era presidenta de la Comunidad de Madrid y coincidimos en la cena oficial que les ofrecieron en el Palacio Real, después ella visitó una residencia de perros porque le gustan mucho los animales. Posteriormente, el príncipe de Gales me invitó y fui a visitar la ciudad que él estaba construyendo: su ciudad ideal, casi utópica, porque es muy crítico con el medio ambiente.

- ¿Le sorprende que el Papa Francisco se haya convertido en un referente moral?

- No, porque hay muchas cosas que me gustan de él y otras que no me gustan tanto. Ahora mismo, cuando ha estado en Lesbos, Grecia, me ha parecido muy bien que se traiga a 12 refugiados, pero por qué no a tantos cristianos como hay perseguidos por el mundo, también en Siria.

- No ha contestado.

- Yo era una gran admiradora del Papa Ratzinger, al que conocí en Roma: fue muy emocionante cuando entonó el Pater Nostrem desde el balcón de Castel Gandolfo. Era un gran melómano. El Papa Francisco, que es jesuita, está modernizando la Iglesia Católica, falta por saber si eso es útil o no.

- ¿Practicante?

- Mala practicante, pero sí soy católica.

- Lleva 41 años casada, ¿cuál es el secreto para llevar tanto tiempo juntos?

- No hay secretos, Rosa, yo creo que crisis las hay en todos los matrimonios, quizá yo diría que a veces cada uno de los miembros de la pareja da por hecho que el otro debe estar disponible y no siempre es así, eso produce roces y desencuentros.

- ¿La política le ha restado tiempo para estar con su familia?

- Yo he dedicado a la política lo que otros dedican a su trabajo habitual, pero de una cosa estoy segura: a un hombre no le harías esta pregunta.

- Se la hago, porque a las mujeres todo nos cuesta más.

- Es verdad, a nosotras nos resulta dificilísimo, más ahora, porque yo en mi época tenía ayuda en casa, pero no todas pueden decir lo mismo.

- ¿Estamos retrocediendo en derechos?

- Todo lo contrario. Ahora se aprecia más la maternidad. Todos somos conscientes de que necesitamos que nazcan más niños, ya que de lo contrario no vamos a poder cobrar las pensiones. En Francia y en Suecia, con ayudas han conseguido que aumente la natalidad.

- ¿Como mujer, qué le queda por hacer?

- Ahora que mis nietos son un regalo del cielo para mí, no renuncio a conocer a mis biznietos. Yo estoy encantada de ser abuela, de que mis nietos conozcan la clave de mi móvil, son tan listos los críos ahora...

- ¿Qué le empuja a levantarse cada mañana?

- Me levanto muy activa quizá porque duermo muy bien. Nunca he tenido pereza, tampoco he perdido la curiosidad y el querer hacer cosas nuevas, proyectos nuevos, ni en lo político ni en lo personal.

- ¿Por qué dejó la Presidencia de la Comunidad?

- Porque a cualquiera que le diagnostican un cáncer le sirve para rehacer la jerarquía de valores en su vida. Dejé la Comunidad pero no la política, porque quiero seguir defendiendo las ideas liberales en las que creo.

- ¿Sintió miedo cuando le dijeron que padecía cáncer?

- No, porque había asistido a una conferencia en la que me habían convencido de que el cáncer cogido a tiempo es una enfermedad curable, y como yo había aprobado una Ley en la que se podía elegir hospital y médico en la Comunidad de Madrid, eso es lo que yo hice. Hablé con los doctores José María Román, en el Clínico, y Miguel Martín, del Gregorio Marañón, porque sabía que eran muy buenos en lo suyo.

- ¿Quién es ella?

Nació en Madrid, el 3 de enero de 1952. Es la mayor de los ocho hijos del abogado José Luis Aguirre Borrell y de la aristócrata Piedad Gil de Biedma y Vega Seoane. Sobrina de Jaime Gil de Biedma, poeta de la generación del 50, y prima de la fotógrafa Ouka Leele.

Estudios: Se formó en el Colegio de la Asunción y en el Instituto Británico. Obtuvo la Licenciatura de Derecho por la Universidad Complutense en 1974.

Política: En política lo ha sido casi todo: Secretaria del Partido Liberal, Concejala, Teniente Alcalde y portavoz del Ayuntamiento de Madrid en varias legislaturas; Ministra de Educación y Cultura; Presidenta del Senado y Presidenta de la Comunidad de Madrid, siempre por el PP, en la actualidad, portavoz del PP del Ayuntamiento de Madrid.

Familia: El 1 de septiembre de 1974 contrae matrimonio con Fernando Ramírez de Haro y Valdés, Grande de España. La pareja tiene dos hijos, Fernando y Álvaro. Ha recibido distinciones como la de Gran Dama de la Orden de Carlos III, de Isabel la Católica, y la de Alfonso X el Sabio. Su último libro: “Yo no me callo” (Ed. Espasa).

- En pocas palabras.

- ¿Le preocupa la edad?

- Nada, no me gustaría volver a los 20.

- ¿Cómo es su vida fuera de cámara?

- Muy parecida a la de dentro de cámara, sólo que con más familia, más campo y más deporte.

- ¿Cómo se ve de viejecita?

- En el campo, con mis nietos y biznietos.

- ¿Caprichosa?

- No demasiado. No suelo comprar ropa cara.

(Rosa Villacastín, Diez Minutos)