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Ciudadanos impide a Rajoy inaugurar su curso político exhibiendo 170 votos

En la Carballeira de San Xusto, en la pontevedresa localidad de Cotobade, Mariano Rajoy esperaba blandir las tablas con el más de centenar de medidas que aún ultiman el PP y Ciudadanos para sellar un acuerdo de investidura. Por eso, los populares han estado apretando toda la semana para cerrar el pacto antes de hoy a mediodía. Por eso Ciudadanos lanzó el jueves un ultimátum que finaliza hoy sábado a la tarde-noche, pasado el acto del PP. Por eso y porque el partido de Albert Rivera apura los plazos con el objetivo de lograr alguna cesión de calado del PP que permita rentabilizar ante la opinión pública su vuelco estratégico desde el veto a Rajoy al sí a su investidura como presidente. Aunque en las próximas horas podría oficializarse el acuerdo, se baraja que la firma y presentación serán el domingo. Así que Mariano Rajoy inicia el curso político en Cotobade sin acuerdo.

Mediodía del viernes en el Congreso. Técnicos de la Cámara Baja trasladan cámaras, atril y micrófono desde el conocido como Escritorio, lugar habitual de las declaraciones de los políticos, al hall de un edificio anexo, en el que mantienen las reuniones PP y Ciudadanos. Cunde el frenesí en el gremio periodístico. Montan la puesta en escena de la firma del acuerdo de investidura. Pero no era para ayer. Finalmente parece que será el domingo.

En las últimas horas los equipos negociadores han entrado en los pormenores de un acuerdo que desde las dos formaciones se da por cerrado. Haciendo un símil con el fútbol, desde Ciudadanos lanzan balones a la olla para ver si rematan a gol alguna medida que permita una venta mediática más que óptima. De hecho, el propio Rivera ejerce de delantero, pues el jueves por la tarde envió un SMS a Rajoy en busca de un impulso para el acuerdo. Según fuentes oficiales de Ciudadanos, transmitió al líder del PP su preocupación y apeló a la necesidad de que el PP adopte voluntad de diálogo en la negociación para poder avanzar en las reformas institucionales y en los compromisos para cuantificar las políticas sociales y desbloquear la situación. Como adelantó este diario, ambos líderes estaban decididos a implicarse para salvar los «últimos escollos». «Rajoy sigue al minuto el desarrollo de las conversaciones», confirmó el viernes Fernando Martínez-Maillo, vicesecretario de Organización del PP y miembro de la negociación. «Es evidente que se implica porque hablamos con él».
Desde el inicio hace una semana de las conversaciones, el PP siempre señaló en rojo el calendario de ayer. Firmar el pacto suponía una alfombra roja a Rajoy en su acto de inicio de curso escolar, como lo califica su propio partido, que Ciudadanos ha estado dispuesto a extender. Desde el equipo de Rivera se mantuvo, pese a la presión y la prisa del PP por firmar, que la semana duraba hasta el domingo. «Hay avances, pero las posturas están aún separadas para decir que puede haber acuerdo como para firmar», zanjó ayer José Manuel Villegas, vicesecretario general de Ciudadanos, en una suerte de definitivo jarro de agua fría para Rajoy, en su deseo de atacar a Pedro Sánchez hoy mismo para que cambie su no por una abstención liderando un ejército de 170 diputados. «No sé cuándo podremos firmar, no descarto ninguna fecha. Firmar hoy (por el pasado viernes) va a ser complejo», asumió minutos después Maillo, durante un receso de la reunión. Aunque añadió: «Tener 170 escaños es un magnífico argumento no sólo por el número sino por el contenido, para que Sánchez y el PSOE reflexionen y no obstaculicen la formación de Gobierno», reflexionó Maillo.

Durante toda la semana de negociación se ha visualizado cómo el PP apartaba o desoía algunas de las principales medidas de Ciudadanos. El contrato único, el plan de choque social, las ayudas a los autónomos, recuperar 2.800 millones de la última amnistía fiscal, la supresión de diputaciones y Senado.

En el equipo de Ciudadanos cundió el malestar por lo que consideraban un 'no' sistemático a sus propuestas bandera. Ante esta situación, la estrategia pasó por atacar por el flanco débil: denunciaron que los populares no querían despolitizar el Poder Judicial. Una acusación en vísperas del inicio del juicio de la Gürtel. Al final, ambos partidos han llegado a un acuerdo: la modificación de la Ley Orgánica del Poder Judicial para que doce de los vocales integrantes del Consejo General del Poder Judicial sean elegidos directamente por los jueces y magistrados, según confirman fuentes próximas a la negociación.

Esta decisión supone una modificación de la Ley Orgánica del Poder Judicial, para lo que se exige mayoría absoluta del Congreso (176 votos). Como el PP y Ciudadanos suman 169 votos, necesitan de la participación del PSOE. Se trata de un acuerdo en materia de reforma del Poder Judicial, pero fuentes de ambos partidos señalan que no supone que haya un acuerdo global de las medidas que debaten, aunque es cuestión de horas que se oficialice.

(Raúl Piña, El Mundo)