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España en cuartos tras derrotar a Argentina

En un ejercicio de supervivencia sobresaliente la generación de Pau Gasol se plantó de nuevo en los cuartos de final. Tras superar con brillantez a Argentina la selección de baloncesto se mantiene en el camino. Próxima parada: Francia. Un rival con el que ha librado arduas batallas en los últimos tiempos. Sin ir más lejos la del Eurobasket del pasado año donde eliminó a los anfitriones en la prórroga o la de los Juegos del 2012, ésta también en el primer cruce. Eso será mañana. Si pasan a semifinales en el horizonte aparece EE.UU., con lo que en ningún caso se repetirán las finales olímpicas de Pekín y Londres. Para eso todavía queda. Anoche lo que exigía el guión era la victoria y la lograron con creces gracias a un magnífico despliegue liderado por Rudy Fernández (23 puntos), que rompió el partido, y Pau Gasol (19), que lo remató.

Antes de saltar a la cancha los españoles ya sabían que era un partido sin retorno porque Brasil había derrotado a Nigeria. O ganaban o se iban para casa con un fracaso monumental dentro de la maleta. Por lo tanto se trataba de una final dentro de la primera fase por culpa de no haber hecho los deberes antes. Además, el cara y cruz se jugaba en campo contrario en un pabellón repleto por la presencia masiva de aficionados argentinos y porque los brasileños necesitaban una derrota de España para acceder a la siguiente fase.

Es decir, una encrucijada de padre y muy señor mío que no admitía de miedos ni debilidades. Era un encuentro para no balbucear. España lo hizo de entrada cuando comprobó que quien tuvo, retuvo, en referencia a los dos triples de salida de Manu Ginóbili (16 puntos) que lideraban un 0-8 con sólo un minuto y medio de juego. Pero la reacción de los de Scariolo resultó fulgurante. Lejos de amilanarse se produjo un ciclón con Rudy Fernández soplando el ventilador, metiendo diez puntos rápidamente, con dos triples, con Mirotic ayudando con otros dos, con contraataques que desbordaban a los argentinos y con Ricky Rubio sacando la bola como los ángeles. En ese baloncesto dinámico España tenía las de ganar. Como consecuencia le endosó a su rival un parcial de 22-3, sin la necesidad de que Gasol brillara en ataque (sólo 2 puntos en este cuarto) y apretaba el acelerador para marcharse (25-15 al final del periodo).
Ni la presencia de suplentes para dar oxígeno a los titulares hizo cambiar el decorado porque Navarro tiró de experiencia y porque Rudy seguía con la mano tonta. Sólo Ginóbili, un placer verle jugar, daba la réplica en esta fase y España llegaba a mandar por 16 tras regresar Pau Gasol al parquet. El de Sant Boi se sumaba a la fiesta, hallaba el aro y el partido estaba bajo control al descanso (48-35).

En esta tesitura lo importante era que España no se desconectara, que no ocurriera como el día de Croacia, porque la diferencia no permitía dormirse y porque Argentina si algo tiene es experiencia para aprovechar cualquier resquicio que le dejen. El conjunto de Scariolo llevaba la batuta con soltura, con ese baloncesto fresco que le ha caracterizado cuando los jugadores ponen los cinco sentidos y se trataba de cuanto menos mantener el tono. Y el regreso no pudo ser mejor, con Gasol dándose un festín. Cinco puntos suyos hicieron que España alcanzara la barrera de los 20 arriba y nada hacía prever que aquello fuera a cambiar…salvo que el propio equipo español se relajara.

Sin embargo, lo que ocurrió fue que en una ceremonia del absurdo Navarro era descalificado con dos técnicas por protestar. Cabía el riesgo de que eso descentrara a los de Scariolo y enchufara a los argentinos pero el colchón seguía siendo importante (71-57 con el último cuarto por jugar). Nunca peligró la victoria.

(Juan Bautista Martínez, La Vanguardia)