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Sánchez abre la guerra en el PSOE

Pedro Sánchez se postula para volver a ser secretario general del PSOE y ubica el debate español en Ferraz, tratando de representar planteamientos que le dejaron fuera del poder. Investido Mariano Rajoy como presidente español, el dimitido líder se presentó ayer en el programa de Jordi Évole en La Sexta para declarar la guerra a la Gestora que le echó y postularse como alternativa. La crisis política que sufre el Estado tiene mucho que ver con el PSOE, que es quien ha vertebrado el régimen de 1978. Sánchez abre la veda e intenta recuperarse como líder: mano tendida a Podemos, de quien compró muchas propuestas, rechazo a la abstención que ha permitido la investidura de Mariano Rajoy y exigencia de unas primarias urgentes, quizás para aprovechar el enfado existente entre las bases de Ferraz. Como el líder del PP ha vuelto a matar el tiempo anunciando que no se conocerá su Ejecutivo hasta el jueves, el cisma del PSOE se reubica en el centro y Sánchez lo aprovecha.

«El giro de 180 grados no lo comparten ni los votantes ni los militantes». Sánchez no dejó títere con cabeza en su entrevista. Acostumbrados como estamos a diálogos mediáticos basados en argumentario, sonaba extraño que el exsecretario general hablase tan claro. Repartió a todos: al «establishment» de su propia formación, a Susana Díaz, su Némesis, a los medios de comunicación, especialmente a “El País” y, en definitiva, a la estructura del Estado. Todo eso a lo que no criticó cuando mandaba. Daba la sensación de que había decidido enarbolar los eslóganes apadrinados por Pablo Iglesias, líder de Podemos, como única alternativa para que sobreviva el PSOE. Puestos a asumir, llegó a reconocer que «Euskadi» y Catalunya son dos naciones, lo que es ir mucho más lejos de lo que no se ha reconocido nunca en Ferraz. Insinuó que pudo pactarse con el independentismo catalán para que él llegase a La Moncloa, aunque Gabriel Rufián (ERC) lo negó posteriormente.

Se puede interpretar la entrevista en dos ámbitos. En el interno y el externo. Los dos están relacionados. Lo que vino a decir fue que los «poderes fácticos» le impidieron un supuesto gobierno alternativo que, en realidad, nunca pudo concretarse. Insistió en que él quería un Ejecutivo con Unidos Podemos y que hubiese estado dispuesto a pactar con los independentistas. Nunca lo sabremos porque fue descabalgado.
- Patxi López, ¿de tapado?

Teniendo en cuenta que Rajoy ya ha sido investido presidente y presentará su gobierno el jueves, poco importa qué pueda decir el PP. El debate sobre presupuestos llegará luego. Y estará sobre la mesa del PSOE, que es el que le ha permitido ser presidente. La pregunta está en si para entonces habrá nuevo secretario general del PSOE o si Javier Fernández, el subordinado de Susana Díaz, seguirá liderando la Gestora. Los dirigentes andaluces no quieren que el cónclave se celebre pronto, porque son consciente de que el enfado de los militantes castigaría a su aspirante, Susana Díaz. En realidad, la presidenta andaluza nunca ha competido para ganarse el poder en el partido y siempre se ha apoyado en su capacidad de maniobrar en el aparato. Medios españoles aseguran que Patxi López se presenta como «tapado» de los partidarios de Alfredo Pérez Rubalcaba, que dijo que lo dejaba pero que nunca se marcha.

La semana de la reelección de Rajoy no viene marcada por el nuevo presidente, sino por el PSOE, que es quien se ha abstenido para entregarle La Moncloa. Que Sánchez se presente como «héroe de la clase obrera», que cantarían los Lehendakaris Muertos, es síntoma de descomposición. Nada terminó el viernes. Si el PSOE era el régimen, todo sigue cuesta abajo.

(Alberto Pradilla, Gara)