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La marquesa Cayetana y el ‘experiodista’ Cebrián, tal para cual (Ángel Sánchez de la Fuente)

¿Qué tienen en común Cayetana Álvarez de Toledo, marquesa de Casa Fuerte y exdiputada del PP, y Juan Luis Cebrián, primer director de El País y actual presidente del todavía poderoso grupo Prisa? Como mínimo esto: ambos se han pronunciado por la suspensión de la autonomía de Cataluña con todas las consecuencias. Cayetana, a través de un artículo en El Mundo publicado el 6 de febrero, el mismo día en que empezaba el juicio contra Artur Mas por la consulta del 9-N, y Cebrián, en una entrevista que, dos semanas después, le hizo Cayetana en persona en las páginas de El Mundo. Curioso: el periodista metido a empresario le concede a la competencia la exclusiva de ser entrevistado para hablar de un asunto de Estado, en vez de hacerlo en su propio periódico. ¿Por qué? La respuesta está en el viento.

- ¿Quién es esta dama de alta cuna?

Antes de recoger algunos párrafos del citado artículo de Cayetana, veamos unos retazos biográficos de esta mujer, nacida en Madrid el 15 de octubre de 1974, descendiente de don Fadrique Álvarez de Toledo, segundo duque de Alba, que acompañó a Carlos V por el Flandes del Imperio en que no se ponía el sol. Hija de Juan Illán Álvarez de Toledo y Giraud, marqués de Casa Fuerte, nacido en Francia y combatiente con la Resistencia en la Segunda Guerra Mundial, y de una argentina emparentada con Patricio Peralta-Ramos, fundador de la ciudad de Mar del Plata.

Doctora en Historia Moderna por la Universidad de Oxford y diputada del PP de 2008 a 2015, Cayetana fue jefa del gabinete del exministro Ángel Acebes y dirigió el área de Internacional de la FAES, fundación presidida por José María Aznar. De 2000 a 2006 trabajó de redactora en El Mundo, diario al que regresó en 2016 como analista y entrevistadora. En 2001, se casó con el catalán José Joaquín Güell Ampuero (Joaco, para la familia), con el que ha tenido dos hijas (Cayetana y Flavia), a las que la alcaldesa de Madrid escandalizó hace un año al impulsar una cabalgata de los Reyes Magos étnica y rupturista. Fue famoso el tuit de protesta de la señora marquesa: “Mi hija de 6 años: ‘Mamá, el traje de Gaspar no es de verdad.’ No te lo perdonaré jamás, Manuela Carmena. Jamás.” El papá de las criaturas, Joaco Güell, es a su vez el primogénito de Juan Güell de Sentmenat y nieto de Eusebi Güell i Jover, vizconde de Güell y marqués de Gelida. Y, además, es primo de Cayetana en grado decimoquinto. Exdirectivo de la inversora Lazard (empresa en la que colaboró Rodrigo Rato), Güell fue uno de los que participó en el diseño de la catastrófica salida a bolsa de Bankia.
- De la soflama de 2014…

El 11 de septiembre de 2014, coincidiendo con la celebración de la Diada catalana, la asociación Libres e Iguales celebró un acto en Madrid en el que intervino su portavoz, Cayetana, quien, entre otras cosas, dijo: “A esta hora, en Barcelona, miles de personas están conmemorando una guerra civil [no se refería a 1936 sino a 1714]. Celebran una herida, una herida entre españoles. Su intención es que la herida permanezca.” Y remachó: “A esta hora, en las calles de Barcelona, desfilan las masas perfectamente encuadradas en una uve. Victoria, dicen. Vergüenza, decimos.” El éxito fue tal que hubo gritos de “presidenta, presidenta”. Sin duda, para subrayar la actuación de Mariano Rajoy con respecto al conflicto catalán que muchos como ella consideran demasiado blanda. A principios de 2016, no se cortó lo más mínimo al reclamar en la ultrarradio de Federico Jiménez Losantos que había que “elegir entre la suspensión de la autonomía o de la democracia.”

- …a la distopía de 2017.

Ha sido este pasado febrero cuando Cayetana Álvarez de Toledo y Peralta-Ramos ha tenido la desfachatez de profetizar los acontecimientos que se producirán en Cataluña dentro de unos meses. En el referido artículo de El Mundo nos obsequiaba con una distopía en toda regla. Porque si, según la Real Academia Española, distopía es la representación ficticia de una sociedad futura de características negativas, no hay duda de ello. He aquí unos párrafos de varias penalidades anunciadas:

— “El Senado aprueba la aplicación del artículo 155 por mayoría absoluta. […] El delegado del Gobierno en Cataluña se convierte en la nueva autoridad política de la comunidad. Deroga la convocatoria del referéndum y anula los acuerdos para su celebración. Junqueras y cuatro consejeros se rebelan y son sustituidos por funcionarios que distinguen entre la defensa de las ideas y el ataque a la legalidad. La nueva responsable de Economía pone fin al uso espurio del dinero de los contribuyentes. La democracia ya no financia su propia destrucción.”

— “La insurrección se traslada al Parlamento catalán. Forcadell llama a la insumisión. El Gobierno la sustituye como presidenta de la Cámara e insta a la Mesa y diputados a acatar la legalidad. La mayoría separatista mantiene el pulso y acelera la tramitación de las leyes de desconexión. El Gobierno suspende las competencias legislativas del Parlamento.”

— “Los medios públicos de comunicación catalanes arden en soflamas contra el Estado. Ya no es una payasa la que quema la Constitución en directo, sino los telediarios los que agitan la sublevación. El Gobierno suspende a los miembros de la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales y sustituye a los directores de TV-3 y Catalunya Ràdio. Los oyentes ya no serán preguntados si están dispuestos «a impedir físicamente» la actuación de los tribunales.”

— “Encapuchados provocan altercados públicos en el centro de Barcelona. Rompen cristales, queman autobuses y agreden a funcionarios leales a la ley. El director de los Mossos d’Esquadra vacila. Algunos mandos conspiran. El Gobierno coloca al cuerpo a las órdenes del Ministerio del Interior. Los disturbios aumentan. El Gobierno, con el apoyo del Congreso, aplica el artículo 116 de la Constitución y declara el estado de excepción en Barcelona. Los violentos son detenidos y puestos a disposición de la Justicia. Veinticuatro horas después, regresa la calma. Los manifestantes se disuelven. Los turistas lo agradecen y la burguesía inicia un proceso de introspección. Hay que reconstruir el catalanismo. Hay que abandonar la frivolidad política y corregir el camino emprendido.”

La referencia al agradecimiento de los turistas es un escarnio inconcebible si no surgiera de la mente frívola de una marquesita pija. Y lo del proceso de introspección de la burguesía catalana, poco menos que un chiste. Por cierto, ¿qué hacía Cayetana sacando fotos, con la anuencia de los Mossos d’Esquadra, en el Palau de Justícia, el día del juicio contra Artur Mas? La respuesta también está en el viento, porque a fotógrafos profesionales se lo prohibieron.

- Para Cebrián, Artur Mas es un chorizo como Conde o De la Rosa.

Parece que, con la edad y el ejercicio del poder omnímodo que los empresarios tienen en este país (con minúscula), Juan Luis Cebrián Echarri (Madrid, 30 de octubre de 1944) se ha desmelenado a la hora de abordar temas tan complejos como el problema catalán. Él fue un periodista modélico para muchos colegas cuando desempeñó con tanta valentía como éxito la dirección de El País (con mayúscula). Después, su trayectoria derivó hacia derroteros empresariales y se convirtió en un personaje irreconocible para muchos de sus compañeros de profesión. Y en esas estamos. En la mencionada entrevista con Cayetana Álvarez de Toledo hemos podido apreciar un Cebrián desencadenado, como el Django de la película de Tarantino, pero en política. Algo así como si en una entrevista en un periódico ajeno no sintiera las cadenas que le impiden decir en su propio periódico todo lo que piensa. Algunas de las afirmaciones de Cebrián nos han hecho recordar aquellos viejos tiempos del franquismo, cuando Vicente Cebrián, su padre, era un jefazo de la prensa falangista del autodenominado Movimiento Nacional. Veamos.

– Pregunta de Cayetana Álvarez de Toledo: ¿Y si convocan el referéndum?

– Respuesta de Juan Luis Cebrián: Hay que prohibirlo.

– CAdeT: ¿Y si ignoran la prohibición?

– JLC: El artículo 155. Suspendes el Gobierno de la Generalitat. Al presidente de la Generalitat. A la presidenta del Parlament. A uno, dos, tres cargos públicos. A los que hayan convocado el referéndum. Acabados. Ocupas tú el poder.

– CAdeT: ¿Y entonces qué ocurriría?

– JLC: Entonces el debate ya no sería cuándo van a lograr la independencia, sino cuándo van a recuperar la autonomía. La clave, insisto, es si los independentistas tienen o no poder. Y no lo tienen. El Estado, sí. Se habla de enviar a la Guardia Civil e inmediatamente se dice: «No, hombre; la Guardia Civil, no». ¿Pues por qué no? La Guardia Civil está para lo que tenga que estar. También dicen: «Con los Mossos es suficiente». Pues no sé si sería suficiente.

– CAdeT: ¿Y por qué hay tanto miedo a decir esto que usted ha dicho con naturalidad? En sus editoriales, El País critica la «efervescencia» judicial y reclama cesiones al Gobierno.

– JLC: Creo que El País ha sido bastante contundente. Yo cuento la historia empezando por el final. La sangre no llegará al río. Cataluña no va a ser independiente. Por lo tanto, los que pugnan por la independencia van a generar una frustración grande, sobre todo entre los propios separatistas. Como la sociedad catalana todavía mantiene el seny, esa frustración no se va a convertir en revuelta, salvo en el caso de grupúsculos reducidos. No habrá una confrontación violenta. El conflicto derivará en depresión. Incomodidad. Falta de cohesión social. Y eso va a ser malo para Cataluña y malo para España. Es curioso. Dicen: «¿Artur Mas a la cárcel? Imposible». ¿No va a ir a la cárcel el yerno del Rey? ¿Por qué no va a ir a la cárcel Artur Mas? ¿No fueron a la cárcel Mario Conde y Javier De la Rosa? A la cárcel irá todo el que cometa un delito que conlleva cárcel. Luego hay un tema peor, que ha denunciado la fiscal jefe de Cataluña, que es el odio. No es un fenómeno exclusivo de Cataluña. Todos los populismos, sean de derechas o de izquierdas, generan odio. Trump, Le Pen, Podemos…

- Breve apunte sobre Eduardo Inda.

Aunque creemos que no merece la pena perder un minuto con un cantamañanas como Eduardo Inda, en una antología de sandeces como esta haremos un hueco a uno de los mayores despropósitos que le hemos escuchado en febrero a través, cómo no, de la radio de Jiménez Losantos. Tomen nota: “El nivel de violencia de Cataluña no se ha vivido ni en el País Vasco de los años duros. Porque allí podían matar algún juez o algún fiscal, pero tampoco muchos.” ¿Se puede ser tan sinvergüenza como lo es Eduardo Inda? ¿Se puede distorsionar la realidad y mentir tanto como lo hace este señor sin escrúpulos?

(La Lamentable)