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Carta a Luzón: Le toca ser Elliott Ness, no otro fraude (fiscal) (Luis Pardo)

Estimado señor Luzón:

Compréndanos. Nos hemos criado delante de la tele y tanta ficción acabó por construir en nuestras mentes un arquetipo de fiscal. Ya sabe: un tío duro e incorruptible, un perro de presa sin corazón ni sentimientos, incapaz de empatizar con la existencia de atenuantes; como si fuese uno de Los Intocables, movido solo por el cumplimiento de la ley (y, en ocasiones, por su reelección, que ya se sabe que en Estados Unidos los fiscales son cargos políticos. Vale, aquí también, pero de otra manera…).

Con ese ideal en la cabeza, imagine cómo hemos asistido al desprestigio de la institución. Cómo nos costaba creer que fuese el juez y no el fiscal el que insistiese en juzgar a la infanta. Cómo la Audiencia de A Coruña ordenaba reabrir la instrucción del accidente de Angrois después de que el fiscal la diese por cerrada con la única imputación del maquinista. Pero, sobre todo, cómo su predecesor en Anticorrupción (alguien a quien teníamos por fuerza que imaginar como el Elliott Ness de los fiscales) se largaba a su chalet pagado con dinero panameño después de hacer todo lo posible por entorpecer la investigación en el caso Lezo (sí, aquí los fiscales también son cargos políticos, pero de otra manera…).
Si además de "transmitir esa imagen", de verdad acaban con la impunidad, miel sobre hojuelas

Estoy seguro de que usted comparte lo que digo. De hecho, en el proyecto que le valió ser elegido nuevo fiscal jefe Anticorrupción (yo ya lo veo como a Kevin Costner) dejó clara la necesidad de transmitir la imagen de que el Ministerio Fiscal no tolera espacio alguno de impunidad para tratar de "regenerar la confianza en las instituciones democráticas y en quienes las sirven" que "buena parte de los ciudadanos parecen haber perdido". Motivos nos han dado, don Alejandro. Y créame: si además de "transmitir esa imagen", de verdad acaban con la impunidad, miel sobre hojuelas.

Pero, para esta tarea titánica, va a necesitar algo más que voluntad. Lo ha dicho usted: en una década, el número de informes que los peritos de Hacienda redactan al año se multiplicó por tres, pero la plantilla sigue siendo la misma. La justicia, si es lenta, no es justicia. Pelee por más medios. Kevin Costner fichó a Sean Connery, a Andy García y al otro tío, el de las gafas, el que descubre que Capone había evadido impuestos. Él solo no hubiese podido hacerlo.

Si consigue que volvamos a creer en la Fiscalía Anticorrupción, prometo tomarme una copa para celebrarlo. Como Ness cuando se derogó la ley Seca.

Mientras, brindo por ello.

(20 Minutos)