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La hora de Junqueras (Robert Pastor)

La más reciente de las encuestas, de Gesop para La Vanguardia, da casi una repetición del actual mapa parlamentario catalán en lo que se refiere a la correlación de fuerzas entre independentistas y los llamados “constitucionalistas”, aunque más ajustado y con un reparto diferente.

Según el sondeo, pasaría a ser Esquerra Republicana (ERC) la más votada y más representada, con 37 escaños, por solo 27 de la antigua Convergència (PDeCat) y un hundimiento de la CUP hasta la mitad de los diez actuales. Con todo, la suma del conglomerado Junts Pel Sí ya no necesitaría el apoyo positivo de los izquierdistas radicales, les bastaría con la abstención. Se conservaría así la mayoría absoluta soberanista, aunque totalmente ajustada.

En el bando contrario, casi todos crecerían levemente, incluidos el PSC y el PP, además de los comunes, aupados con su proyecto de suma de izquierdas y apoyo condicionado al referéndum bajo la figura de la alcaldesa, Ada Colau, excepto la congelación augurada a Ciudadanos.
Otro dato curioso del estudio es que los dos grupos principales incluidos en el actual Govern obtendrían mejores resultados concurriendo por separado que unidos nuevamente. Muchos han coincidido, desde distintos puntos de vista, en descalificar estos pronósticos por un aspecto técnico (una muestra demasiado pequeña) y, aún más, por los cambios que se pueden producir antes de unos próximos comicios.

Si a todo lo dicho sumamos el protagonismo adquirido por el líder republicano, Oriol Junqueras, todo indica que ha llegado su hora, convertido en futurible president y al frente tanto de la centralidad política del país como del procés.

La sensación ha aumentado con la reunión entre Junqueras y la vicepresidenta española, Soraya Sáenz de Santamaría, en Barcelona, que sirvió para confirmar un nuevo portazo al proyecto refrendatario catalán y una falta absoluta de ofertas concretas del Ejecutivo de Rajoy en los temas que, según sus componentes, “interesan verdaderamente a la ciudadanía”.

Y aún hay que añadir un factor más: la reiteración actualizada por parte del president Puigdemont de que no volverá a ser candidato al cargo una vez culminado el proyecto independentista. Una afirmación sincera y realista, aunque podría tener en mente más que la posibilidad de llevar a buen puerto la consulta vinculante, las perspectivas de potencial apoyo a su PDeCat en plena refundación, realmente bajas, sin necesidad de leer encuestas.

Puigdemont, además, no acude a la convocatoria de la reunión de presidentes autonómicos, por considerarla tan inútil como el “diálogo” cacareado por el Ejecutivo español, con el agravante de ignorar la exigencia de bilateralidad, y el mantenimiento del “café con leche para todos”.

El gallego presidente ha venido a decir también que la Constitución no es inmutable. Pero no es nada aventurado prever por dónde irían los cambios, más centrípetos que centrífugos, cuestiones menores como la sucesión de la Corona al margen.

El verdadero termómetro del talante español en la cuestión catalana continúa en los tribunales. La Fiscalía del Estado ha abierto un procedimiento más contra la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, ampliada esta a cuatro miembros de la Mesa de la cámara: Lluís Corominas, Anna Simó y Ramona Barrufet, de la coalición gobernante, y Joan Josep Nuet, de Catalunya Sí que es Pot.

El juicio y sentencia contra el president Mas, la vicepresidenta, Joana Ortega (en el momento de los hechos, de la desaparecida Unió), y la consejera de Educación, Irene Rigau, y la inhabilitación de todos ellos puede ser un arma de doble filo en la voladura de lo que quede de Convergència al acabar con la inevitable tentación de recuperar el líder anterior en ausencia del actual. Y la Fiscalía del Supremo ha fijado la petición de condena al exnúmero 2 de la anterior Generalitat y actual portavoz de su formación en el Congreso de los Diputados, Francesc Homs, también por su participación supuestamemte activa en la realización de aquella consulta popular en urnas de cartón que tanto ridiculizaron y menospreciaron -antes, e inmediatamente después- desde la Villa y Corte.

Las movilizaciones populares contra la serie de procesos políticos ya están preparadas. Falta conocer el alcance de las sentencias, previsibles salvo sorpresas extraordinarias. Pero lo importante será saber si, de aquí a tres meses, como dice el calendario previsto, o con una prórroga, se puede celebrar materialmente el referéndum de autodeterminación de Catalunya o si hay que volver a unas nuevas elecciones anticipadas y plebiscitarias, como hace poco más de un año.

(Deia)