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Niños y niñas de comunidades indígenas: magistrados por un día

La infancia tomó la Corte de Constitucionalidad de Guatemala; literalmente entraron y cogieron sus asientos, aunque solo fuese por unas horas. Los trece magistrados titulares de la máxima corte guatemalteca fueron reemplazados por unas horas por trece niños y niñas que, tras haber superado todo un proceso de selección, demostraron su capacidad de análisis, debate y resolución de conflictos.

Al escuchar a Yulissa, de 12 años, disertar sobre los derechos de la infancia, principalmente de aquellos que son vulnerados en las comunidades indígenas, nadie puede sorprenderse de que haya sido elegida como “Magistrada Presidenta”. Su elocuencia y la seguridad con la que se expresa parecen las de un verdadero profesional. En esta ocasión la acompañaron en el estrado los otros niños, magistrados por un día: David, Rony, Franklin y Lilian.

Es evidente que cualquier niño o niña de Guatemala no llega a ocupar estos puestos. Tampoco sabemos con certeza si las carreras de estos niños llegarán a puestos de relevancia que puedan cambiar la infancia de otros niños. Pero para comprender en toda su extensión lo que significa este acto de ver a Yulissa, David, Rony, Franklin y Lilian en el estrado de la Corte de Constitucionalidad hay que conocer de dónde vienen estos niños. Niños y niñas nacidos y criados en comunidades rurales completamente indígenas del departamento de Sololá, cuyo idioma materno es el Mam. Para la mayoría de ellos, esta es la primera vez que salen de su departamento.

- ¿Cómo llegaron a ser magistrados por un día?

Esta experiencia no ha surgido de la nada. Todos estos menores han sido formados y empoderados para defender sus derechos frente a quién sea, desde niños como ellos, pasando por sus padres, madres, profesores o profesoras, hasta la Corte Constitucional. Estos niños y niñas viven en áreas en las que World Vision trabaja a través de programas de desarrollo a largo plazo. Todos estos menores comenzaron a acudir a los Centros de Desarrollo Integral de la Niñez (CDIN), centros adecuados para brindar una atención integral (salud, nutrición, educación, pedagogía, procesos psicosociales y familiares, ambientes educativos y protectores) a la primera infancia, dentro del marco de protección de sus derechos fundamentales.
Tras esta primera etapa, pasaron a formar parte de las Redes de Protagonismo de World Visión, un programa formativo donde los menores participan en talleres de formación de derechos de la infancia, habilidades para hablar en público y estructuración de mensajes, entre otras destrezas, que en esta ocasión les fueron de gran utilidad.

- Promoviendo la educación de calidad.

La educación primaria, y por tanto la asistencia diaria a una escuela, debería ser obligatoria en todos los países del mundo. Sin embargo, no podemos quedarnos simplemente en este paso, debemos ir más allá. La falta de recursos, el elevadísimo ratio profesor/alumno, la falta de apoyo por parte de los progenitores y otros problemas que existen en muchas comunidades hacen que la educación que reciben niños y niñas no sea la más adecuada.

Los programas de educación de la ONG World Vision brindan acompañamiento y fortalecen la implementación de contenido de comprensión lectora y matemática del Ministerio de Educación en las escuelas ubicadas en las áreas de cobertura, mejorando significativamente el nivel académico de quienes asisten a estos centros educativos. Así es como realmente podemos transformar vidas no sólo al apoyar la formación académica formal, sino también al fortalecer las habilidades para la vida, al empoderar a los niños y niñas para que tengan una alta capacidad resolutiva, sean proactivos y estén seguros de sí mismos.

Esa misma seguridad fue la que mostraron Yulissa, David, Rony, Franklin y Lilian a hablar de frente a las máximas autoridades del país sobre lo que esperan que se haga en materia de derecho para mejorar las condiciones de la infancia en Guatemala.

Simplemente exigen lo que les pertenece. Todos los niños y niñas merecen esa oportunidad, en cualquier parte del mundo.

(Eloisa Molina, de World Vision, Planeta Solidario, La Vanguardia)