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El PP no se compromete a apoyar las medidas que propone Pedro Sánchez

El estado de España

Gamarra evitó el debate económico y censuró los acuerdos del PSOE con Bildu

Vox invita a los populares a “derogar la porquería legislativa del Gobierno”


Ni en la réplica, ni en la dúplica. Cuca Gamarra evitó contestar hasta en dos ocasiones a Pedro Sánchez cuando este le preguntó si el Partido Popular apoyará alguna de las medidas anunciadas por el propio presidente del Gobierno en la sesión matutina del debate sobre el estado de la nación.

La secretaria general del PP –quien ayer ejerció de portavoz del partido líder de la oposición ante la imposibilidad de Alberto Núñez Feijóo para hacerlo dada su condición de senador, y no de diputado– dio la callada por respuesta.

Fuentes populares explicaron en los pasillos del hemiciclo que “comprometerse a algo sin conocer los detalles sería demasiado arriesgado conociendo los antecedentes de Sánchez”, de ahí que Gamarra se ciñera al discurso trabajado la víspera por la cúpula de Génova.

A cambio, no sin antes acusar al Ejecutivo “de dejar un país peor y más pobre con sus políticas”, la portavoz del PP relegó el debate económico a un segundo plano y reprochó al Gobierno sus alianzas con Bildu de las que se ha materializado el acuerdo para la aprobación de la ley de Memoria Democrática.

Gamarra calificó de “inmorales” los pactos del Gobierno con este grupo vasco prolongando así las críticas lanzadas en los últimos días por cómo el Partido Socialista de Euskadi había organizado el reciente homenaje institucional por el 25.º aniversario del asesinato de Miguel Ángel Blanco a manos de ETA.

La estrategia del PP inicialmente orientada a exhibir argumentario económico para atajar la inflación, y de la que Feijóo había ofrecido varios spoilers en los días previos, viró hacia la acusación al Gobierno por “querer reescribir la historia traicionando a las víctimas”.

La portavoz del PP, protagonizó uno de los momentos singulares de esta primera sesión del debate cuando pidió guardar “un minuto de silencio” que fue secundado por el conjunto de la Cámara.

El gesto de Gamarra no solo no provocó la división pretendida –ya que junto a Sánchez y a la bancada socialista también se unieron los representantes de EH Bildu–, sino que, además, fue reprendido por la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, quien le recordó que se había saltado varios puntos del reglamento, ya que los minutos de silencio deben plantearse previamente en la Junta de Portavoces y ser aprobados por consenso.

Pero Gamarra no varió un ápice su intervención. El alcance y el rédito obtenidos el pasado fin de semana con su estrategia por los tributos al concejal de Ermua determinó la estructuración del discurso de la dirigente popular.

Al punto de poner a ambas cosas –la gestión del Gobierno y la lucha contra ETA– en el mismo nivel. Augurando que “ese mismo espíritu de rebelión cívica que alimentó a los españoles hace 25 años es el que nos sitúa ahora frente a este Gobierno”.

Ese fue el momento más bronco de esta intervención. A las quejas de la bancada socialista le siguió la respuesta directa de Sánchez: “Quienes realmente han utilizado el dolor de las víctimas del terrorismo con fines espurios han sido los dirigentes del PP”, recordando las horas posteriores a los atentados del 11-M.

Quien sí se centró en la coyuntura económica fue el líder de Vox calificando la situación de España de “muy grave” y alertando de que podría acabar siendo “dramática si continúa Pedro Sánchez en el Gobierno”. Santiago Abascal recalcó que el país necesita ya una alternativa que le expulse de la Moncloa, y para ello esbozó un discurso dirigido a partes iguales a criticar al PSOE y a atraer al PP. A quien tendió la mano para “derogar toda la porquería legislativa extremista que se ha traído a esta Cámara y las ilegalidades separatistas”.

Abascal dibujó un futuro de colaboración entre PP y Vox que la mayoría absoluta de Juanma Moreno en las pasadas elecciones autonómicas de Andalucía ha alejado más de lo que los ultranacionalistas desearían.

Y, convencido de que la suma de las derechas sí será necesaria tras las elecciones generales del 2023, finalizó discurso hablando en plural: “Reconstruiremos todo lo que destruyan y levantaremos todo lo que derriben: desde la economía hasta las cruces”, advirtió a Sánchez anticipando un último año de legislatura de oposición sin cuartel.

(Asier Martiarena, La Vanguardia, 13/07/22)