El 45,2% de las mujeres prefiere la oferta de los ‘populares’ frente a un 35% que opta por la de los socialistas.
Aquel «no nos falles» con el que los votantes más jóvenes recibieron al presidente Zapatero y al PSOE en el año 2004 ha caído en el olvido. Más aún, ahora se dirige al PP. Tres años desde el reconocimiento oficial de la crisis han sido más que suficientes para que aquella generación de votantes, y la que ahora se incorpora a las urnas, hayan decidido volcarse en favor de los populares.
Según los datos de la segunda oleada del tracking electoral de Sigma Dos para EL MUNDO, un 40,3% de los electores situados entre los 18 y los 29 años de edad votará el 20-N al Partido Popular. Y, sobre todo, el 49,7%, es decir, la mitad de los votantes de 30 a 44 años, también optará por Rajoy.
En esta última franja es en la que se aprecia una distancia mayor respecto al PSOE. Los socialistas, con la oferta de Alfredo Pérez Rubalcaba, sólo consiguen atraer a uno de cada cuatro votantes de 30 a 44 años, es decir, el 26,4%.
La marca del PSOE mejora entre los 18 y los 29 años –el 30,2% tiene la intención de votarles–, aunque tampoco en este colectivo, habitualmente más inclinado hacia la izquierda, se impone al PP que obtiene 10 puntos por encima de su rival.
En realidad, los socialistas no logran batir a los populares en ninguna horquilla de edad. Un 45,4% de los ciudadanos de entre 45 y 64 años apostará por Rajoy, frente a un 33,9% que lo hará por Rubalcaba (11,5% de ventaja para el PP). Y la distancia vuelve a aumentar cuando el foco se pone en los ciudadanos de más de 65 años. En este caso un 53,2% votará al PP, mientras que el 36,6% lo hará por el PSOE.
Los resultados globales de esta segunda oleada del tracking siguen arrojando una diferencia de 16,2 puntos a favor del Partido Popular. A medida que va aumentando el número de votantes encuestados se afinan los datos: así, ambos partidos ven rebajarse en dos décimas sus expectativas electorales respecto al domingo pasado –el PP se anota ahora un 47,6% de intención de voto y el PSOE un 31,4%–. Ello que se traduce en la pérdida de un escaño para los socialistas, que pasarían de 122 a 121, en tanto que los populares mantienen invariable la cifra de 193 puestos en el Congreso.
No parece, por tanto, que la Convención Nacional celebrada el pasado fin de semana en Málaga, bajo el lema Empieza el cambio, haya supuesto un empujón adicional para Rajoy. Sus expectativas de victoria se mantienen en máximos y a los ciudadanos parece no influirles negativamente el hecho de que, en el citado foro, realmente no se hayan presentado propuestas electorales concretas.
A la vista de los resultados, se desprende que tampoco las reiteradas advertencias del candidato socialista acerca de la supuesta intención de Rajoy y los suyos de recortar servicios sociales básicos, estén haciendo mella en los electores. De hecho, resulta curioso comprobar cómo el colectivo de ciudadanos que más afectado se vería por una rebaja de las prestaciones sanitarias o de educación son los que con más claridad se inclinan hacia la oferta del PP.
Así, por ejemplo, sucede con los votantes situados entre los 30 y los 44 años, entre los que se encuentra el grueso de familias con niños, para las que la sanidad y la educación públicas son servicios esenciales. A juzgar por la encuesta los vaticinios de tijeretazo, privatización o copago, no consiguen calar. Otro tanto cabe decir de los votantes de más de 65 años a los que afecta prioritariamente el servicio sanitario.
Y por lo que se refiere a la intención de voto en función del sexo se constata igualmente un cambio de tendencia. Ahora, un 45,2% de las mujeres se declara dispuesto a votar al PP, y un 10% menos, es decir el 35% asegura que lo hará al PSOE. La última encuesta que publicó EL MUNDO antes de las elecciones generales de 2008 ofrecía el pronóstico inverso: un 45,6% del electorado femenino se inclinaba por el PSOE y un 38,7%, por el PP.
Esta segunda oleada del tracking ofrece pocas diferencias para el resto de los grupos políticos. No obstante, cabe reseñar el aumento de un escaño en favor de CiU y anotar la pérdida de un diputado de Amaiur.
Marisa Cruz, El Mundo