A sus 65 años y después de 30 años de gobierno socialista, José Antonio Griñán quiso ayer presentarse como «el candidato del cambio» durante su proclamación como aspirante a la Presidencia de la Junta de Andalucía.
En un acto que se convirtió en una escenificación del cierre de filas ante los malos augurios de las encuestas para los socialistas andaluces, Griñán estuvo rodeado de históricos dirigentes socialistas, casi todos de su quinta y algunos incluso más jóvenes que él.
En el hotel de la Cartuja, donde tuvo lugar la proclamación, estuvieron los ex presidentes Manuel Chaves y José Rodríguez de la Borbolla o los ex presidentes del Parlamento, José Antonio Marín Rite y Javier Torres Vela. También, Gaspar Zarrías y otros muchos socialistas, con el secretario de Organización del PSOE, Marcelino Iglesias como introductor del acto.
Iglesias aprovechó su breve intervención para lanzar un ataque a Arenas al que, además de recordar que no ha ganado nunca, acusó de tener «el pecado original» por su postura en la elaboración del Estatuto de Autonomía. Y garantizó el apoyo de la federal al PSOE del que dijo que es «imbatible» en Andalucía.
Luego, después de que Susana Díaz, presentara a Griñán como «un gran hombre y un hombre honesto» e incluso aprovechara también para contestar a Cayetano Martínez de Irujo asegurando que Andalucía «se levanta con ganas de trabajar cada día», le tocó a Griñán. La novedad es que el candidato socialista por primera vez se enfrenta a las urnas después de haber accedido a la Presidencia de la Junta en abril de 2009 por designación de Manuel Chaves cuando éste se marchó a Madrid de ministro con Zapatero.
Tras hacer un repaso de los logros de treinta años (no faltó el AVE, la educación, la sanidad o incluso la subasta de medicamentos que acaba de aprobarse) el candidato, cuyo lema de precampaña es «hagamos nuestro propio camino» no pudo evitar un mensaje a la desesperada: «Podemos evitar que toda España se vea ocupada por la marea conservadora», pidió a la vez que reclamó a los socialistas que se echen a la calle «porque ya es hora». Apelando también al sentimentalismo aseguró que no puede entender la vida sin Andalucía, la tierra en la que, recordó, «donde me hice persona, donde estudié, donde conocí a mi compañera, donde tuve a mis hijos y donde me hice socialista».
Pese a todos esos mensajes, se le notó algo que parece intuir los resultados cuando dijo que el PSOE es un partido «que no sólo tiene su razón de ser estando en el Gobierno».Y en la línea de querer presentarse como líder del cambio, Griñán abogó por «tomar la calle», dijo que su prioridad será la lucha contra el paro, y que la formación que dirige está dispuesta a «ser austera pero sin recortar derechos».
«La gente quiere cambio pero decir que el PP lo es, es como ponerse pantalones bombachos para ir a la moda», aseguró Griñán. Tras ser aplaudido por los suyos el ya candidato oficial a la Junta de Andalucía se marchó sin aclarar la única incógnita que queda: cuál será la fecha para las elecciones.
En cuanto a la postura de la Junta con el próximo Gobierno de Rajoy, José Antonio Griñán prometió que la Junta de Andalucía «no va a echar la culpa de todo al Gobierno de Rajoy» y le ofreció «la colaboración que nunca tuvo del PP» Zapatero.
Griñán aseguró que la mejor manera de luchar contra la crisis y los mercados e influir en las decisiones que tome al respecto la UE es «una acción concertada» de todas las administraciones y mantener una «posición sin fisuras en apoyo del Gobierno».
Para ello, anunció que si gana las elecciones andaluzas lo primero que hará será proponer a Rajoy la convocatoria de una Conferencia de Presidentes para buscar soluciones contra la crisis. Así, Griñán ironizó con quienes «usaron el paro como garrote político que parecen haber descubierto ahora que hay una crisis internacional».
Mercedes Benítez, ABC