El chófer del que fuera director general de Trabajo de la Junta de Andalucía, Juan Francisco Trujillo, ratificó en dos juzgados todas sus declaraciones a la Policía en las que dijo que parte del dinero de las subvenciones de los ERE (900.000 euros) se l devolvió a su jefe y que l gastaban en cocaína, fiestas y copas. Pero en los juzgados de instrucción 1 y de Andújar, donde está siendo investigado por delitos fiscales, dijo más. Según el atestado de sus declaraciones judiciales, a las que ha tenido acceso ABC, Trujillo no solo ratificó que recibió dos subvenciones de 450.000 euros cada una, sino que admitió que todos los días al salir del trabajo se iban de copas y a consumir cocaína a cargo de la Junta. Trujillo, que declaró ante los dos juzgados que le investigan, recalcó que fue en un local de copas donde Guerrero le explicó que podía dar subvenciones «indiscriminadamente y sin necesidad de justificar nada».
«Cuando Guerrero finalizaba su jornada a mediodía tenía la costumbre de ir de copas y le acompañaba. Consumíamos cocaína a diario, que era pagada con el dinero de la subvención», dijo Trujillo. En ese interrogatorio el ex chófer confesó que le entregó «en mano a Guerrero entre 40.000 y 60.000 euros diarios».
Y explicó más detalles de a qué destinaban el dinero públic. Le compró un piano antiguo, cuadros, relojes de bolsillo, algo de ropa, música, telefonía, etcétera. Algunas de esas cosas, siempre según sus declaraciones, se las pedía expresamente su jefe pero, en otras ocasiones, «hacía comentarios de que le había gustado tal o cual cosa como dando a entender que quería que se la comprara». Trujillo también apuntó la existencia de una especie de intermediario «del cual no recuerda ningún dato más allá de que era gitano, que cree que se llamaba Juan y al que veía en Jaén, Sevilla o incluso alguna vez en Andújar».Trujillo, al que apodan en su pueblo «el ministro», confesó que en 2009 fue despedido de la Junta por no ir al trabajo y simular una enfermedad para obtener una baja. Y que desde esas fechas no tiene relación con Guerrero aunque alguna vez, cuando se lo ha encontrado y le ha contado la situación económica «delicada» en la que estaba, le dio 100 euros.
- «Me están puteando».
También reconoció que su madre fue incluida en un ERE por el que tuvo que responder ante Alaya. Asimismo reiteró que pese a que no ha cumplido la finalidad para la que se le dieron las subvenciones, ningún organismo público le ha pedido que justifique la realización del proyecto para el que le fue concedida, ni que reintegre el dinero. Según el sumario, Trujillo, que había sido interrogado varias veces por los delitos fiscales, se decidió a hablar el pasado 15 de diciembre porque lo habían «dejado tirado». «Quiero contar toda la verdad sobre el asunto ahora mismo y sin abogado porque me están puteando», dijo a la Policía antes de confesar.
Tras conocer esas declaraciones la juez Alaya dictó el 29 de diciembre un auto en el que reclamaba a ambos juzgados de Andújar que se inhibieran de la investigación relativa a las dos subvenciones de 450.000 euros recibidas por Trujillo, porque veía indicios de que ambas ayudas fueron concedidas de manera arbitraria, sin sujeción alguna y además «en provecho propio y para enriquecimiento personal por parte del director general de la Junta». En ese auto, al que ha tenido acceso ABC, la juez insiste en que ha iniciado «una nueva línea de investigación hacia otras consejerías que han utilizado también el mismo sistema de la transferencia de financiación para otorgar tales ayudas».
- Guerrero lo niega.
Ayer el ex director de Trabajo negó a través de su abogado los hechos. Según dijo a Efe «son totalmente falsas» las informaciones y que su cliente niega haber comprado cocaína y haber recibido parte del dinero de las subvenciones.
- «Me dijo que daba ayudas sin justificar en un bar de copas».
El denominado «fondo de reptiles» de la Junta de Andalucía para ayudar a empresas en crisis funcionó como un auténtico cajón de sastre donde todo tenía cabida: prejubilaciones falsas, ayudas discrecionales a empresas vinculadas a excargos del PSOE y subvenciones a ayuntamientos del mismo signo político. Las declaraciones ante la Policía Judicial y dos juzgados de Andújar (Jaén) del chófer oficial de Francisco Javier Guerrero, director general de Trabajo entre 1999 y 2008, amplían la onda expansiva de todo este «totum revolutum» de irregularidades, que aparecen recogidas con todo lujo de detalles en las montañas de expedientes y legajos que engrosan el sumario del caso de los ERE fraudulentos, bajo investigación de la juez Mercedes Alaya.
Juan Francisco Trujillo, conductor de este ex alto cargo de la Junta, se ha decidido a tirar de la manta después de que la Junta lo despidiera en 2009 en su opinión injustamente. Según su versión, el dinero destinado a sufragar expedientes de regulación de empleo también se utilizó para comprar antigüedades (pianos, relojes y cuadros), gastos en copas y adquirir la cocaína.
ABC reproduce a continuación la transcripción literal del atestado de la Policía Judicial de la Comisaría de Andújar que tomó declaración al chófer el pasado 15 de diciembre acerca de los 900.000 euros en total que recibió del Gobierno andaluz. Para recibir las ayudas, fundó dos empresas «ad hoc» sólo con este único fin.
«Preguntado si recuerda y si es cierto que en el año 2004 recibió de la Dirección General de Trabajo de la Junta dos subvenciones de 450.000 euros cada una de ellas, una para Iniciativas Turísticas Sierra Morena SL y otra Lógica Estratégica Empresarial SL, responde que sí lo recuerda y que es cierto que las recibió».
Acerca del dinero solicitado, responde que el de Lógica era «para la creación de una empresa de muebles y la creación de una oficina de asesoramiento empresarial» y el de Iniciativas lo empleó en «crear un negocio de casas rurales en la Sierra de Andújar» que nunca llevó a efecto.
- Otros fines.
«Preguntado si no es más cierto que una vez que cobró el dinero de ambas subvenciones NO —en mayúsculas en el original— fue destinado para el uso para el que le fue concedido, responde que una parte de él, no recordando en este momento la cantidad, se empezó a destinar para ello, concretamente en Iniciativas Turísticas se compró un terreno en la sierra por una cantidad que no recuerda que iba a ser destinada a la construcción de casas rurales y además se pagó un estudio arquitectónico para ello».
En lo que respecta a los 450.000 euros concedidos a la otra firma que regentaba, afirma que «se compró un piso» en la céntrica calle San Luis de Sevilla, «no recordando la cantidad que pagó por el mismo, el cual iba a ser destinado a la sede de la empresa». «Preguntado si recuerda dónde fue destinado el resto del dinero, responde que sí lo recuerda» y pasa a desglosarlo: «Parte del dinero, no recordando la cantidad, se lo dio en mano a su jefe, Francisco Javier Guerrero, en aquella época director general de la Dirección General de Trabajo y Seguridad Social de la Junta».
«También a solicitud del Sr. Guerrero, le compró varios efectos, tales como material de telefonía, artículos de música, antigüedades, ropa y otros, siempre a solicitud de su jefe». «Y la mayor parte del dinero —prosiguió— lo dedicó A COMPRAR COCAÍNA para su jefe y para él —en una declaración posterior cifró la cuantía entre 40.000 y 60.000 euros—. Y otros gastos como ir de fiestas y copas».
- «Pelotazo» urbanístico.
Con posterioridad, Trujillo confirmó a los agentes de la Policía Judicial que la parcela que compró para hacer casas rurales la vendió y logró un «beneficio» en plena burbuja inmobiliaria de cerca de 150.000 euros. En cuanto al piso que adquirió en la capital hispalense, señaló que «lo perdió, se lo embargó por impago» una caja.
El chófer del ex director de Empleo también desgranó el particular modus operandi con el que se concedieron las subvenciones, sin control previo ni justificación a posteriori. Así, relata cómo trabó contacto con su «benefactor»: «Desde el año 1989 trabajaba como personal laboral fijo de la Junta de Andalucía realizando la función de conductor de altos cargos y desde finales de 2002 o principios de 2003, empezó a trabajar como conductor del director general de Trabajo, llegando a entablar una relación de amistad con él».
Recuerda que «una tarde en un local de copas a los que era “muy aficionado” el Sr. Guerrero, y a los que finalmente el dicente acabó aficionándose también, el Sr. Guerrero le comentó la potestad que tenía como director general de repartir» dinero con la partida autonómica para ayudas sociolaborales.
Abundando en la relación amistosa que mantenía con su superior, que trascendía de los despachos, indicó que «el Sr. Guerrero le comentó que como director general podía conceder subvenciones indiscriminadamente y sin necesidad de justificar nada». Así se lo manifestó una tarde «en un local de copas» que frecuentaban ambos, recordó ante el juez.
Según se expone en el atestado policial, «el Sr. Guerrero le dice que o bien le dé unas subvenciones o bien que el Sr. Trujillo creara unas empresas para así podérselas conceder a él, por lo cual él creó las dos empresas mencionadas». Argumentó que «preparó» la documentación «conforme a las directrices que le marcó el Sr. Guerrero», que se limitaban a «un par de folios en cada uno de los expedientes que teóricamente contenían un plan de viabilidad de un negocio y se lo entregó en mano» a éste. Las ayudas se pagaron «entre unos meses y un año» después de presentar los papeles.
Cinco días después, en su declaración ante el Juzgado de Instrucción número 1 de Andújar, a la que ha tenido acceso ABC, aportó más datos sobre el método trapacero con que se fraguaron las ayudas. Así, confesó que «no sabía que el destino de la subvención \[para Lógica Estratégica\] era la creación de puestos de trabajo». Explicó que «no recuerda» si los 450.000 euros concedidos los recibió «en un solo pago o en varias fracciones». El dinero «lo fue retirando a través de transferencias y entregas en ventanilla».
Trujillo indicó que entregó «en mano» al ex alto cargo de Empleo entre 40.000 y 60.000 euros y con este dinero, entre otros gastos, «le hizo regalos al Sr. Guerrero», tales como «un piano antiguo, cuadros antiguos, relojes de bolsillo, algo de ropa, música, telefonía, etc», especifica en su declaración el 19 de diciembre ante el Juzgado de Instrucción número 2 de la localidad jiennense. «Algunas de estas cosas las pedía expresamente el Sr. Guerrero y en otras hacía comentarios de que le había gustado tal o cual cosa como dando a entender que quería que se la comprara», argumentó. Trujillo declaró que cuando éste «finalizaba su jornada laboral a mediodía tenía la costumbre de ir de copas y le acompañaba el declarante, que consumían cocaína a diario que era pagada con dinero de la subvención».
El conductor de la Junta rememoró que incluso en una ocasión Guerrero —con quien perdió el contacto tras ser despedido en 2009 acusado de falsear una baja médica— le dio 100 euros cuando aquél le expuso que se encontraba «en una situación económica muy delicada»
Mercedes Benítez, A. R. Vega, ABC