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Ayuntamientos populistas: 18.000 millones ante el abismo por el desgobierno municipal

Los ayuntamientos gobernados por las marcas de Podemos experimentan estos días la dificultad de sacar adelante sus proyectos económicos y la mayoría iniciará el año sin cuentas. Tanto han tensado la cuerda sus alcaldes que se arriesgan a cuestiones de confianza, o a mociones de censura, comprometiendo la estabilidad municipal. La fórmula «colaborativa» que propugna Podemos no termina de calar y en ciudades como Cádiz se parapetan en la falta de costumbre «democrática» para justificar los retrasos. Otra seña de identidad de su gestión es el deficiente nivel de ejecución presupuestaria, que en Madrid no supera el 60%, según reconoce el equipo de gobierno de Carmena, que ha desafiado el techo de gasto que marca la ley. Las cuentas «populistas» recogen subidas en gasto publicitario y nutridas ayudas a organizaciones que comulgan con su credo.

- Madrid: Carmena prorroga.

Al Gobierno de Manuela Carmena no le salen las cuentas. La capital, que maneja el mayor presupuesto municipal de España, con 4.492 millones este año, corre serio riesgo de tener que prorrogarlo para 2017 tras el portazo dado por sus socios necesarios del PSOE. Los socialistas, que apoyaron en 2015 a Ahora Madrid para desbancar al PP, le reprueban a la alcaldesa haber exhibido un proyecto «rígido» durante la negociación, y le obligan a volver a intentar el acuerdo en enero.

«No son los presupuestos que Madrid necesita», aseveró la portavoz socialista, Purificación Causapié, ahondando así en la fractura entre las izquierdas de la capital. El PSOE sí se abonó a la fórmula de «proyectos participativos» y pactó en febrero pasado destinar 60 millones para que los madrileños decidan en qué invertirlos. Otra cosa es que se ejecuten. El equipo de Ahora Madrid ha dejado sin ejecutar hasta un 89% de las inversiones recogidas en las actuales cuentas, según un informe de Ciudadanos. Ello ha motivado, entre otras cosas, el retraso en la construcción de tres nuevas escuelas infantiles o la falta de iluminación en la Plaza Mayor. El delegado de Economía, Carlos Sánchez Mato, reconoció que las previsiones municipales es que se ejecutará el 61% de las cuentas de 2016.
Durante semanas, el Ayuntamiento ha librado un desafío con el Ministerio de Hacienda a cuenta del control de gasto público, al pretender superar el techo fijado. En una reunión mantenida el pasado 21 de noviembre para limar asperezas con el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, la alcaldesa aseguró que modificaría el proyecto de presupuestos para ajustarse a la legalidad. Sin embargo, al día siguiente Carmena ofreció una rueda de prensa para desmintirlo, añadiendo que los medios de comunicación la habían malinterpretado.

Seis dían antes de las elecciones generales de junio, Carmena anunció una bajada del IBI hasta el 18% en 22 barrios de la capital donde gobierna Ahora Madrid. Otra medida «estrella» anunciada para el 1 de enero de 2017 ha sido la implantación de una tasa económica a los cajeros automáticos de los bancos a los que se accede desde la vía pública. Con esta tasa el consistorio espera recaudar 745.000 euros anuales.

El proyecto tumbado ahora copia hasta 123 partidas del ejercicio anterior.

- Cádiz: moción de censura.

El alcalde de Cádiz, José María González «Kichi», promete que tendrá un proyecto de presupuestos para 2017 en el primer trimestre del año. Justifica el retraso en las complicaciones que genera confeccionar unas cuentas «participativas». Las de 2016 tuvo que aprobarlas en junta de Gobierno en julio tras rechazarlas en el Pleno la oposición. Con un montante global de 159 millones, contemplaba ingresos por impuestos directos de 54 millones y unos gastos de personal de 47 para una plantilla de 937 empleados. En Cádiz se habla ya de una moción de censura al alcalde que PP y PSOEno parecen dispuestos a negociar.

- Valencia: la mitad sin ejecutar.

«En cuatro años no se puede hacer todo». El alcalde de Valencia, Joan Ribó, se ha puesto la venda antes que la herida y ayer anunció su intención de presentarse a la reelección en los comicios de 2019. El dirigente de Compromís ha logrado fraguar un gobierno estable en el que los nacionalistas comparten responsabilidades con el PSPV-PSOE y València en Comú (la marca blanca de Podemos). Los votos de las tres formaciones han permitido aprobar los presupuestos (786 millones para el próximo año). Con todo, en 2016 (el primer ejercicio completo de su mandato), no se han ejecutado la mitad de las inversiones presupuestadas. Sobre un total de 128 millones previstos para obras, apenas se han abonado 58,2. Por contra, el equipo de gobierno ha nutrido con ayudas públicas a organizaciones que defienden las tesis de los «países catalanes» como Acció Cultural del País Valencià, cuyo entramado ha percibido este año 48.000 euros de subvenciones.

El principal encontronazo de Ribó con sus aliados en el Consistorio llegó por la subida del IBI a los comercios, pero finalmente los socios de gobierno cerraron filas en aras a la estabilidad.

Lo que no cesan, en cambio, son las críticas a las políticas de «movilidad» como la restricción al tráfico privado, la peatonalización de calles o la subida de precio del transporte público, por parte de las asociones de comerciantes y vecinos.

- Barcelona: Colau sin confianza.

Lastrado por estar en minoría –11 concejales de 41, a los que sumaron en mayo pasado los 4 del PSC–, el Gobierno de Ada Colau intenta avanzar a golpe de decreto. En año y medio ha aprobado 317, frente a los 174 de todo el mandato de su predecesor, el convergente Xavier Trias.

La alcaldesa de Barcelona ya ha encajado tres severas derrotas en su corto mandato por falta de apoyos. No pudo aprobar el Programa de Actuación Municipal (PAM) –la hoja de ruta del mandato–, ni el Plan de Inversiones Municipales, ni las nuevas ordenanzas fiscales. No obstante, el mazazo más importante se lo ha llevado en los presupuestos municipales para 2017 (2.500 millones). No logró la complicidad de la oposición para aprobarlos y ha tenido que echar ’mano de un mecanismo nada habitual: la cuestión de confianza. Colau activó el pasado 23 de diciembre esta medida. De resultas, si en el próximo mes natural el resto de grupos municipales no son capaces de pactar un candidato alternativo a la Alcaldía, la líder de Bcomú seguirá en el cargo y verá sus presupuestos aprobados de forma automática.

No habrá sorpresas: llegará el 23 de enero y Colau tendrá sus cuentas aprobadas. Porque, y ese es su salvavidas para un difícil mandato, la oposición es incapaz de unirse para desbancarla. Es impensable un acuerdo para gobernar entre ERC, la CUP Ciudadanos y el PP.

Aunque no logre aplicar en su integridad sus planes económicos y urbanísticos, Colau resiste por falta de rival. Puede disimular su parálisis en temas de fondo con gestos de cara a la galería. Como su batalla a los símbolos borbónicos. Además, paradójicamente, los ingresos que recibe la ciudad por el turismo que ella tanto combate –léase moratorias hoteleras–, permiten algunas alegrías en políticas sociales.

- La Coruña: alcalde ante el abismo.

El alcalde de La Coruña se ha asomado tanto al precipicio —y llevado con él a la ciudad— que si fracasan las negociaciones que abrirá «en una o dos semanas» con el PSOE para conseguir aprobar las cuentas públicas en segunda vuelta, el ayuntamiento quedará bloqueado. Xulio Ferreiro no descarta someterse a una moción de confianza después de ver cómo ayer el pleno municipal le negaba la luz verde a su proyecto de presupuestos de 245 millones, medio millón más que el año pasado. En 2015, con el último dato conocido, el 83% de las partidas reservadas para inversiones se quedó sin ejecutar.

La plataforma populista Marea Atlántica no ha sido capaz de atraer más apoyos que el único del BNG. Once en total, respecto a los dieciséis que suman PP y PSOE en la corporación. El rechazo de ambos conlleva un varapalo político añadido. El formato «participativo» de los presupuestos no contó ni con el favor de la ciudad (apenas participó el 1% de la población) ni con el respaldo clave del resto de grupos políticos. «Son los peores de la historia», ahondó, Rosa Gallego, del PP.

- Santiago: juego de vetos.

Durante una semana, los presupuestos de Santiago (102 millones en 2015) dependían, no de lo que pasara en el ayuntamiento compostelano, sino de Pontevedra. Si la Marea no secundaba los de la ciudad del Lérez, gobernada por un alcalde del BNG, los nacionalistas castigarían a los populistas santiagueses negándoles su apoyo y haciendo caer, de facto, la gestión de MartiñoNoriega.

Un juego de vetos cruzados resuelto a medias, porque el Bloque aún no ha decidido si dará su visto bueno al borrador de presupuestos «expansivos» que ha prometido Compostela Aberta. Ello, a pesar de que el alcalde aceptó su iniciativa de un Plan de Empleo Juvenil dotado con 350.000 euros. Pero los puentes rotos con el PSOE no le dejan otra alternativa a Noriega, que se escuda en que una buena parte de sus propuestas incluidas en el texto vienen «de la ciudadanía». El ayuntamiento reservó 100.000 euros para que los vecinos decidieran sobre actividades para la juventud. El destino de otros fondos se dejó al albedrío de decenas de asambleas convocadas por los barrios de la ciudad y un voto telemático que generó dudas entre la oposición. «Fuimos demasiado rápido», llegó a reconocer María Rozas, edil de Economía.

- Ferrol: ciudad sin presupuestos.

Ferrol fue durante todo este año una ciudad sin presupuestos. El alcalde rupturista, Jorge Suárez, renunció a presentarlos en el mes de septiembre, dijo entonces, para centrarse en los de 2017. En 2015, el montante de ingresos era de 54 millones. De momento, el alcalde ha perfilado que su «alianza natural» es con el PSOE (exsocio de gobierno) y con el BNG. La provisionalidad en su gestión le ha acarreado la denuncia que esta semana hizó pública el PP: en lo que va de año, el ayuntamiento financió 1,2 millones de euros a través de reconocimientos de crédito extrajudiciales.

- Zaragoza: más autobombo.

El gobierno de Zaragoza en Común (ZEC, Podemos-IU) empezará el año sin presupuestos al día. De momento, el proyecto de cuentas para 2017 lo ha sacado adelante con el apoyo del PSOE y la Chunta, pero está por ver qué ocurre en las semanas que restan hasta la votación en el Pleno. Los socialistas buscan el «trueque»: apoyar al alcalde Pedro Santisteve para que Podemos haga lo mismo con el presupuesto del Gobierno regional de Javier Lambán, que ni siquiera ha llegado aún a las Cortes de Aragón por no tener garantizados apoyos suficientes.

Las cuentas de la órbita de Podemos para el Ayuntamiento de Zaragoza /744 millones en 2016) prevén disparar el próximo año los gastos del área de Alcaldía en más de medio millón de euros, un 35% más. A comunicación oficial, imagen, publicidad y propaganda ha reservado casi 400.000 euros más que en el presupuesto de 2016. Mientras, buena parte de lo reservado en las cuentas de este año para gasto social se ha dejado sin ejecutar. Por ejemplo, los 1,59 millones que el 30 de noviembre aún quedaban sin gastar del «plan de choque contra la crisis», o los más de 2,5 millones que había reservado para cooperación internacional al desarrollo.

(ABC)