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Cesare Battisti reconoce sus asesinatos tras cuatro décadas fugado

Imagen de Cesare Battisti del pasado 14 de enero, cuando el exterrorista italiano llegó a Roma tras ser extraditado desde Bolivia
Los 'años de plomo'

El exterrorista italiano de extrema izquierda pide perdón por el dolor causado a los familiares

La confesión.- Battisti fue interrogado durante nueve horas este fin de semana en una cárcel sarda

Matteo Salvini (Ministro del Interior italiano).- "Espero que también pidan perdón los pseudointelectuales de izquierda que cubrieron y defendieron a este sórdido personaje. Mejor tarde que nunca"

Cesare Battisti por fin ha confesado sus crímenes. Después de una huida de 37 años, el escurridizo exterrorista de extrema izquierda italiano ha admitido este fin de semana su responsabilidad en cuatro asesinatos cometidos durante los años setenta que había negado durante tantas décadas. Lo ha explicado hoy el fiscal Alberto Nobili, jefe de la sección antiterrorista de Milán. “Me doy cuenta del dolor que he causado y pido perdón a los familiares” de las víctimas, ha dicho Nobili, poniendo voz a sus declaraciones.

El exmilitante de extrema izquierda fue interrogado durante nueve horas este fin de semana en la cárcel de Oristano, en Cerdeña, donde se encuentra desde mediados de enero después de ser capturado en Bolivia y extraditado a Italia con la ayuda de Brasil. Ha reconocido haber participado directamente en cuatro homicidios cuando era miembro de los Proletarios Armados por el Comunismo (PAC), un brazo de las Brigadas Rojas, y por los cuales está condenado por cadena perpetua. En dos de ellos fue el autor material, han asegurado las autoridades italianas.

Hasta entonces Battisti siempre se había declarado inocente. La estrategia de sus abogados era que su caso debía ser considerado como político, dada la situación en Italia durante los años de plomo del terrorismo, un oscuro periodo con turbias complicidades entre miembros de los servicios secretos italianos y el espionaje extranjero. Por eso se presentaba como una víctima y alegaba que su vida corría peligro si volvía a Italia. “Se refugió en el extranjero durante décadas, gracias a su imagen de ser una víctima inocente de la persecución política. Ahora ha decidido decir la verdad”, ha añadido Nobili. El abogado de Battisti, Davide Steccanella, ha confirmado la confesión y ha prometido que su cliente no busca mejorar sus condiciones en la prisión o pedir una sentencia reducida, sino explicar que es una persona diferente que cuando tenía veinte años.
Ahora tiene 64, pero no pisaba su país desde octubre de 1981. Se escapó de la cárcel de Frosinone y huyó a Francia, pasando por México. Battisti consiguió el apoyo del socialista francés François Mitterrand, que no permitió que extraditaran a ningún militante de extrema izquierda que renunciase a la lucha armada. En Francia vivió casi quince años, donde mientras ejercía de portero para llegar a fin de mes se convirtió en un exitoso escritor de novela negra, publicado por la casa editorial Gallimard, y logró el apoyo de intelectuales de izquierdas.

Cuando finalmente París se mostró abierto a devolverlo en el 2004, con Jacques Chirac, Battisti se fugó a Brasil. Tras tres años de clandestinidad fue detenido en Rio de Janeiro el 2007 y fue encarcelado, llegando incluso a empezar una huelga de hambre porque prefería “morir en Brasil que volver a Italia”. La Corte Suprema de Brasil autorizó después, en el 2009, su extradición, pero Lula da Silva se negó a permitirla. En el 2011 fue liberado y obtuvo un permiso de residencia permanente en Brasil. Se instaló en Cananeia, un puerto en el sureste del país, donde continuaba escribiendo, se casó con una mujer brasileña y tuvo una hija.

Pero los vientos políticos en Brasil han cambiado, y también en Italia. La amistad entre el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, y el ministro del Interior italiano, Matteo Salvini, ayudó mucho a su extradición final, en la que participaron agentes de la Interpol italianos y brasileños. Hoy Salvini también querido celebrar la confesión desde la región de Basilicata, en el sur de Italia, donde la derecha acaba de ganar las elecciones locales. “Varias décadas después, Battisti pide perdón. Espero que también pidan perdón los pseudointelectuales de izquierda que cubrieron y defendieron a este sórdido personaje. Mejor tarde que nunca”, ha declarado el líder de la ultraderechista Liga en una rueda de prensa.

El fiscal de Milán, Francesco Greco, considera que la confesión de Battisti hace “justicia a tantas polémicas que ha habido estos años, honra a las fuerzas del orden y a la magistratura de Milán y deja claro que este grupo, el PAC, actuó de manera brutal desde finales de los años setenta”.

(Anna Buj, La Vanguardia)